A la mayoría de los productores de petróleo de la cuenca Neuquina les sobra parte del crudo de extraen de sus yacimientos. Es una postal novedosa en la industria. Hasta hace seis meses, el petróleo Medanito era el más requerido por las refinadoras locales (YPF, Shell, Axion Energy, Petrobras y Oil). Hoy el escenario es exactamente inverso: existe una sobreoferta.
La situación es compleja: petroleras como Chevron, Entre Lomas, Pluspetrol, Medanito y CGC, entre otras, están acopiando un porcentaje significativo de su producción (en algunos casos hasta un 15%) porque no encuentran compradores en el mercado. Hubo dos consecuencias inmediatas: se cayeron varios de los contratos de venta de crudo a los refinadores y en consiguiente, los productores están vendiendo más barato su petróleo para intentar mantener, infructuosamente, su cuota de mercado,
La terminal de almacenaje de Bahía Blanca –operada por Oiltanking, donde confluyen el oleducto de Oldelval proveniente de Neuquén con el crudo que se extrae en el Golfo San Jorge- está al límite de su capacidad, por lo que las petroleras advierten que si la situación se extiende en el tiempo deberán reducir su producción de crudo, En la práctica, eso se traducirá en menores inversiones, algo que el Gobierno pretende evitar. Lo cierto es que la terminal pueda acopiar 18.000 metros cúbicos (m3) de crudo y hoy está al límite de su capacidad.
Frente a esa situación, el Ministerio de Energía y Minería, que dirige Juan José Aranguren, había convocado para hoy a una reunión con refinadoras para evaluar los pasos a seguir, pero el encuentro podría reprogramarse.
¿Cuál es el problema de fondo? Se combina una serie de factores, pero la variable con mayor incidencia es el incremento de las importaciones de crudo y combustibles líquidos y la retracción del mercado de combustibles. Pese a la caída de la demanda de gasoil –el principal combustible del mercado, un claro indicador de la recesión económica-, durante el primer trimestre se elevó la importación de petróleo crudo y de combustibles líquidos a pedido de las refinadoras. En febrero se importó un cargamento de crudo proveniente de Nigeria y en mayo llegará otro. También se dio luz verde para importar un pequeño volumen de naftas (más de 50.000 m3 en el primer bimestre), algo que durante el año pasado no había ocurrido. Todo eso cuando la demanda de naftas está estancada y la de gasoil cayó cerca de un 3% en el primer trimestre.
Las refinadoras defienden su negocio: con el precio internacional por debajo de los 40 dólares, hoy es más rentable traer crudo y derivados del exterior que comprarlos en el mercado local, donde el barril tiene un precio medio de 60 dólares. Los productores, por el contrario, sostienen que es una contradicción implementar una política de precios sostén en el mercado interno –el crudo de Neuquén se paga US$ 67,50 a fin de garantizar la continuidad de las inversiones-, y al mismo tiempo avalar la importación de crudo y derivados. En ese marco, el Gobierno evalúa dictar una resolución para evitar la importación de combustibles, en especial en cabeza de traders como Glencore, Vitol y Trasfigura que prevén aumentar la importación de combustibles en la segunda mitad del año, tal como adelantó El Inversor Online.
A los problemas generados por la importación de crudo y derivados se le suman las consecuencias no deseadas de la delicada situación que enfrenta Oil, la petrolera del empresario Cristóbal López, que solicitó el concurso de acreedores para enfrentar una deuda millonaria de casi $ 8000 millones que mantiene con la AFIP. La respuesta defensiva de los productores fue cortarle el crédito a Oil, que hoy está comprando menos crudo.
