La cuestión argentina (la cuestión de Macri): El miedo

Jaime Durán Barba tiene relevancia en The Graduate School of Political Management, escuela fundada en 1987 en The George Washington University y líder en estudios de política aplicada, que tiene un Seminario Ejecutivo de Gerencia…

sábado 08/07/2017 - 11:27
Compartí esta noticia

Jaime Durán Barba tiene relevancia en The Graduate School of Political Management, escuela fundada en 1987 en The George Washington University y líder en estudios de política aplicada, que tiene un Seminario Ejecutivo de Gerencia Política, y un famoso Seminario Ejecutivo en Campañas Electorales, «dirigido a profesionales que desean ampliar sus conocimientos en el manejo de campañas electorales y marketing político.» Pero el autor advierte: «Con el marketing político puede ser que se haya ganado la Presidencia, pero también por el marketing la puede perder».

“La cuestión es saber cómo lograremos restablecer la dinámica, la capacidad de convencer, porque no se trata solo de aplicar políticas a países o a pueblos. Hay que ser capaces de convencerlos, de hacerlos soñar. Francia no tendrá ninguna capacidad motora si no tiene un discurso claro y si no observa el mundo con una mirada lúcida. Pero tampoco la tendrá si no fortalece su economía y su sociedad. Por eso he pedido al Gobierno que inicie las reformas fundamentales que son indispensables para Francia. Nuestra credibilidad, nuestra eficacia y nuestra fuerza están en juego. Pero la fuerza de algunos no puede alimentarse durante mucho tiempo de la debilidad de los demás”- Emmanuel Macron al diario El País (Madrid, España).

No quiero aparecer como enemigo del marketing, aunque en mi experiencia empresaria me causó más dolores de cabeza que beneficios, ya que sus objetivos cuantitativos de venta, superaban largamente la calidad de sus resultados.

A veces, la venta debe tener un límite, por aquello de los costos marginales y también porque a veces la abundancia de ventas impulsa a la gente a la competencia. La escasez es una necesidad para valorar la calidad.

Lamentablemente el “marketing” ingresó en la política y así la corrompió.

Por eso destaco el párrafo de la entrevista citada, en el fragmento que afirma que hay que restablecer “la capacidad de convencer”, cuando el marketing dice lo contrario, “hay que decir lo que la gente quiere escuchar”; y si llevamos este razonamiento al extremo habría que eliminar el Código Penal, el sistema tributario, la policía, y sumergirnos en la anarquía.

Por obra y gracia del marketing, el gobierno nacional, en vez de salir a convencernos, de persuadirnos, nos pretende asustar con Cristina.

El uso del miedo es un pésimo recurso, pero es el recurso de los “marketineros” y los asesores de imagen que en definitiva elevan la hipocresía y el cinismo a nivel de virtudes.

“No le tenemos miedo a Cristina”, dijo un funcionario del gobierno, cuyo nombre no vale la pena memorizar: ¿Y…?

Es algo elemental en sicología que muchas afirmaciones disfrazan debilidades o que muchas veces el inconsciente nos traiciona, pero es evidente que no sólo el gobierno le teme a Cristina sino asimismo una parte de los argentinos quienes, en algún momento, la votaron por amplísima mayoría.

Ella misma se jactó de que habría que temerla un poquito.

La ecuación dice ganarle a Cristina es ganarle a nadie. Es “Cambiemos” en todo el país, contra la 3ra. Sección Electoral de la Provincia de Buenos Aires: es como que un equipo, que sale con todos sus jugadores al campo de juego contra un rival con la mitad… y pierda.

Lo trascedente seria que el gobierno gane intentando persuadir, convencer, porque lo que está en juego es la credibilidad de la política.

Con el marketing político puede ser que se haya ganado la Presidencia, pero también por el marketing la puede perder.

Vuelvo a Emmanuel Macron: “Mi elección, como la mayoría conseguida en la Asamblea, no suponen un freno: son un inicio exigente”.

Y luego: “No hay una receta milagrosa, es una lucha diaria. He apostado por la inteligencia de los franceses y de las francesas. No les he adulado, sino que le he hablado a su inteligencia. Lo que agota a las democracias son los responsables políticos que piensan que sus conciudadanos son idiotas, utilizando con demagogia sus temores y sus contrariedades y apoyándose en sus reflejos. La crisis del imaginario occidental es un inmenso desafío y no lo cambiará una persona. Pero deseo volver a retomar el hilo de la historia y recuperar la energía del pueblo europeo, para contener el auge de los extremismos y de la demagogia. Porque esa es la lucha de la civilización”.

 

Compartí esta noticia