El “año político” empieza a armarse, con opciones de desarrollo o pobreza

Recién arranca el año pero la agenda de problemas a gestionar hizo que todos aceleren. Y se va perfilando un nuevo escenario. ¿Un acuerdo Luque-Sastre? El peronismo le “escapa” a Maderna. El reloj de la…

lunes 24/01/2022 - 0:47
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Recién arranca el año pero la agenda de problemas a gestionar hizo que todos aceleren. Y se va perfilando un nuevo escenario. ¿Un acuerdo Luque-Sastre? El peronismo le “escapa” a Maderna.

El reloj de la política chubutense siempre se adelanta de seis meses a un año. Es un fenómeno raro y propio de la política local, muy probablemente por la atomización que ha ido viviendo el peronismo gobernante en sus diversas versiones desde 2003, hasta llegar al gobierno de Mariano Arcioni, que nació con el dasnevismo y luego fue tomando forma propia y más distanciada del peronismo local, pero “adherente” del gobierno nacional de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, introduce la columna De Puño y Letra de El Chubut.

La reciente y muy resonante derrota de todos los peronismos y oficialismos filo peronistas existentes en Chubut a manos de Juntos por el Cambio y especialmente del reciente senador “Nacho” Torres -un sub 40, además- es la que está acelerando los tiempos en el peronismo.

Desde el año pasado, funciona un eje de “diálogo” en el que confluyen el intendente de Comodoro, Juan Pablo Luque, el vicegobernador Ricardo Sastre, y el gobernador Mariano Arcioni. Comenzaron a hablar por un problema puntual, que fue la fallida ley minera, pero esa mesa se sostendría en el tiempo.

Arcioni -aunque lo ve “de afuera”- es uno de los convencidos de que sólo una alianza entre Luque y Sastre puede ordenar a un peronismo “razonable” con el que su frente político, el gobernante “Chubut al frente”, pueda confluir en 2023. Saben el Gobernador, tanto como Luque y Sastre, que una oferta dividida los podría enfrentar a una nueva derrota electoral contra JxC, especialmente si Torres o el radical Damián Biss son los candidatos opositores de mayor peso.

La pregunta es cómo hacer confluir los intereses de Luque y Sastre, ya que ambos se sienten en condiciones de encabezar un proyecto por la gobernación de Chubut. Desde ambos sectores confirman que hay diálogo y que la idea es mantenerlo en un cauce de normalidad el mayor tiempo posible. Claro que en Puerto Madryn sostienen que ya hubo bastante de gobernadores de Comodoro (Buzzi y dos períodos de Arcioni) y que “le toca al Valle”. Y que la gente de Luque piensa distinto y que el propio peso de la ciudad determinaría un orden. ¿Es posible una fórmula Luque-Sastre o Sastre-Luque? En política, todo se puede.

LA OPCION “LE TOCA AL VALLE”

Esa alternativa de la que muchos peronistas hablan excluye por completo al intendente de Trelew Adrián Maderna. Ni Luque ni Sastre ni Arcioni lo tienen en cuenta para un “armado” 2023. Las versiones van desde el “nos hartamos…” hasta el “no es peronista…”, que algunos esgrimen recordando que el intendente de Trelew, ya de regreso “formal” al peronismo, compitió en las elecciones de 2015 y 2019 por el frente dasnevista primero y arcionista después.

En realidad, el problema es mucho más profundo. Es cierto que el estilo de gestión política del intendente, que le dice lo que quiere oír a cada uno de sus interlocutores aunque deba hacer afirmaciones contradictorias, ha terminado desgastando sus relaciones con el Gobierno provincial y con los principales dirigentes del peronismo.

Ese estilo es el que llevó a que quienes se sienten con derecho o legitimidad para sucederle dentro de su espacio, diriman sus diferencias políticas con acusaciones de corrupción. Pero en verdad, lo que diferencia a Adrián Maderna de Luque o de Sastre, es el modelo político. Basta ver cómo están Comodoro y Puerto Madryn, que parecen ciudades imparables en su desarrollo, su comercio, sus industrias, su infraestructura, y cómo ha ido involucionando Trelew de la mano del “pobrismo”, para comprenderlo.

Una ciudad donde la paz social se rompió al punto que “no tan desconocidos” destrozaron el edificio municipal y quisieron incendiar el diario El Chubut, mientras los concejales oficialistas se preocupaban de cambiarle el nombre a la calle Roca.

Sin embargo, todos los ciudadanos tienen el derecho político de querer ser el gobernador o gobernadora. También Adrián Maderna. De hecho, uno de sus principales alfiles, Héctor Castillo, acaba de declarar que trabajará por el proyecto “provincial” del intendente. Incluso por fuera del peronismo, si fuese necesario.

Es cierto, basta recorrer la Ruta 25 al oeste y la 3 hacia el sur, para descubrir que algunos madernistas empezaron el trabajo territorial o que por lo menos han hecho algunas pintadas. ¿Pero qué tiene para ofrecer Maderna como modelo de gestión para la provincia? ¿Lo hecho en Trelew? ¿Asistencialismo, planes, acuerdos con organizaciones piqueteras, pobrismo, cooperativas de empleo de baja intensidad, repartir nylon cuando llueve, destrucción del tejido social, y culpar a Mauricio Macri?

Es cierto que la presidencia de Macri tuvo un muy pobre resultado económico y ni qué hablar de la deuda que dejó. Pero los Sastre en Madryn, Luque en Comodoro e incluso Carlos Linares, Sergio Ongarato en Esquel y hasta Rawson que cambió de signo político, coexistieron con el gobierno de Cambiemos y crecieron igual. Al mismo tiempo Trelew se fue degradando. Y no hay mejor palabra que lo defina.

La política suele dar muchas sorpresas. Pero es difícil que un ciudadano de Comodoro, Madryn, Rawson o Esquel, prefiera optar por el “modelo Trelew” del madernismo. Los resultados están a la vista. Y aún queda por ver el recorrido judicial de las causas por los incidentes en Rawson, y el atentado incendiario contra diario El Chubut.

Las pericias telefónicas podrían arrojar sorpresas, y posibles relaciones y comunicaciones entre los ejecutores, y algunos referentes, aliados o integrantes del oficialismo municipal. Por el caso de los destrozos a la Casa de Gobierno hay una docena de personas identificadas, y cuatro por el incendio a El Chubut. El peritaje telefónico ya dio un resultado increíble. Algunos de los teléfonos secuestrados -una decena en total- no se pudieron desbloquear aún. Algunos de los vándalos usaron equipos Iphone, de acuerdo a información a la que pudo acceder este diario. Si hay pobreza, que no se note justo en una revolución.

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