Catalá: «El gobierno provincial no prioriza a Comodoro»

El titular de la Secretaría de Salud de Comodoro, Carlos Catalá, reveló que la ciudad petrolera está enfrentando la pandemia de Coronavirus exclusivamente con el soporte financiero del Municipio y con la articulación del sector…

domingo 12/04/2020 - 21:05
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El titular de la Secretaría de Salud de Comodoro, Carlos Catalá, reveló que la ciudad petrolera está enfrentando la pandemia de Coronavirus exclusivamente con el soporte financiero del Municipio y con la articulación del sector público y privado en el Comité de Crisis.

El médico pediatra formado como sanitarista lleva dos gestiones al frente del área y responsabilizó al gobierno provincial por la falta de insumos y porque «no sumó infraestructura ni personal en el sector de Salud Pública de la ciudad». Catalá reveló que la Municipalidad lleva invertidos cerca de $30 millones en la compra de insumos, aparatología y refacciones destinadas a apoyar al sector sanitario frente al avance del Coronavirus.

Catalá dialogó con el medio El Extremo Sur y detalló la capacidad del sistema de Salud Pública de la ciudad.

En la actualidad existen en Comodoro Rivadavia si se suman el sector público y el privado un total de 274 camas de internación; 65 de terapia intensiva y 52 respiradores operativos. A ese equipamiento se le suman 136 bombas de infusión respiratoria operativas. Se estima que esa capacidad de internación podría prácticamente duplicarse ante la pandemia, llegando a unas 120 camas con oxígeno y sumándose además 4 respiradores que enviaría Provincia, 4 que compró el Municipio y 2 que aportaría una empresa petrolera.

¿Cómo es la situación de la ciudad en materia sanitaria?

Carlos Catalá – Hasta el momento estamos bastante bien porque atravesamos diferentes etapas. La más importante fue tomar determinaciones rápidas. En varios aspectos el intendente Juan Pablo Luque tomó definiciones más rápidas que en otros lugares del país y en la propia provincia; y en algunos casos antes que Nación también. Eso nos permitió en alguna medida bloquear el ingreso de gente y evitar una gran circulación de los que ya estuvieran en la ciudad. Eso nos dio un tiempo muy importante para ingresar en otra de las etapas, que para mí es fundamental y que tiene que ver con la articulación de todos los efectores del sistema sanitario que nos va a tocar intervenir, tanto en el sector público y el privado.

¿Cómo avanza la coordinación entre lo público y lo privado?

CC – Tenemos armado un Comité de Crisis, con un referente de provincia, los directores de los hospitales públicos, los directores de La Española y la Clínica del Valle y el Municipio. Allí comenzamos a evaluar dónde estábamos parados y con qué contábamos, tanto en cuanto a las camas disponibles, las que contaban con respirador y las tareas que podíamos concretar en los distintos espacios para trabajar con el aislamiento.

¿Cuál es el detalle de camas de terapia y respiradores?

CC – Contamos con alrededor de 60 camas de terapia con oxígeno. Sin embargo, para poder recuperar ese número La Española debe liberar un piso completo que aportaría 17 camas más -algo que tiene previsto- y el Municipio está refaccionando un espacio del Hospital Alvear para sumar otras 40 camas. En el Hospital Regional se están haciendo tareas para incorporar unas 10 camas.

Vamos a recibir una carpa de Pan American Energy que tiene 18 camas disponibles con 2 respiradores; la vamos a colocar cerca de alguno de los dos hospitales. Si sumamos todos esos datos, contaríamos con aproximadamente 120 camas en total dotadas de oxígeno y tenemos 52 respiradores disponibles pudiendo sumar un mínimo de 8 más. Otro dato importante es que se pusieron a disposición los anestesistas y los terapistas, lo que aportaría entre 10 y 12 respiradores más.

¿Eso es tranquilizador o persisten los problemas de infraestructura e insumos?

Yo creo que relativamente sí, pero no puedo dejar de mencionar que hace rato que Comodoro no está en un lugar de prioridad en las decisiones de Salud pública de la provincia. Por ejemplo, la provincia tiene dos equipos de PCR para diagnosticar Coronavirus: uno de ellos está en el Esquel y el otro en Trelew.

El Municipio de Comodoro tuvo que comprar uno que va a tener en comodato funcionando en el Hospital Regional. Lo habilitamos el miércoles pasado, pero aún no nos llegaron los reactivos para hacer los test. Por eso este domingo 12 saldrán camino a Rawson las muestras para efectuar las pruebas que podríamos estar efectuando en nuestra ciudad. La Provincia nunca pensó en mandar uno a Comodoro y sumó uno en Trelew.

Estamos comprando material sanitario complementario para atender esta situación. Tres respiradores están en el Hospital Alvear y equipos de protección personal para hacer barbijos, guantes y camisolines. Con la excepción de lo que pueda llegar de Nación la gran mayoría de la inversión la está poniendo directamente el Municipio por determinación del intendente. Llevamos invertidos unos 30 millones de pesos.

¿Se fue desarmando con el paso de los años la estructura sanitaria local?

Yo creo que sí.

¿Desde cuándo se viene produciendo el desfinanciamiento y la falta de atención para la Salud pública en Comodoro?

CC – Esto comenzó a producirse desde hace por lo menos 6 u 8 años atrás, con la no incorporación de ningún tipo de personal al Hospital Regional. A lo sumo fueron pasando a la planta los que estaban contratados, pero con ingresos cero. La provincia pasó por dos etapas distintas.

Una etapa se inició cuando se comenzó a «descomplejizar» la Zona Sur, porque antes Comodoro recibían casi todas las complejidades y ahora desde Comodoro tenemos que derivar algunos casos específicos a Esquel, Trelew o Puerto Madryn. Eso significa que se decidió instalar o desarrollar hospitales de alta complejidad en ciudades que no son la poseen mayor población de toda la provincia.

¿Ese rol que fue dejando de cumplir el Gobierno provincial, lo está de alguna supliendo el Municipio?

Nosotros estamos sosteniendo abiertos nuestros centros de salud todos los días desde hace 8 años, cuando Provincia y el Ministerio de Salud dejaron de cumplir determinadas funciones sanitarias. En este este momento de urgencia, dado que el Municipio tiene una gestión ordenada y con fondos todas estas tareas adicionales recaen sobre nuestra Municipalidad.

¿La descentralización de Salud pública de los años ’90 de Nación a las provincias, en estos últimos 8 años se convirtió en traspaso por la vía de hechos al Municipio?

Fácticamente sí, porque ellos saben que nosotros terminamos haciéndonos cargo desde acá de muchas cosas que hacen falta y entonces en Provincia lo compran para destinarlo a otros lugares del Chubut.

¿Le alcanza al Municipio para coordinar y dar respuesta a esta pandemia?

En realidad, los pacientes que surjan de esta pandemia no van a ser internados obviamente en ningún lugar dependiente de la Municipalidad. Nosotros estamos dando soporte a todas estas estructuras provinciales que son débiles y limitadas, porque cuando haya que internar a la gente se hará en el Hospital Regional, en el Alvear y en las dos clínicas privadas. Por eso estamos comprando el equipamiento necesario para poder ayudar a dar la mejor respuesta posible. Con la articulación entre el sector público y el privado, más el soporte del Municipio soy optimista de que vamos a poder dar respuesta.

¿Qué acciones concretas se hicieron en los barrios con los sectores de mayor riesgo?

Una muestra clara ha sido la tarea que llevamos adelante con las vacunas antigripales, ya que montamos un esquema de llamados telefónicos para vacunar a los grupos de riesgo y a los adultos mayores. Con la infraestructura vehicular municipal salimos a vacunar por los barrios evitando que la gente tenga que salir de sus casas. Es evidente que si estamos en cuarentena esa gente no debe salir a vacunarse; por eso salimos nosotros a hacerlo con más de 12 enfermeros de la carrera. Aplicamos 500 vacunas en dos días y tenemos una lista de espera de casi 200 personas, pero no estamos pudiendo resolverlo porque nos quedamos sin stock de vacunas.

¿Y con los más pobres?

En los sectores más pobres hay mucha gente que está pidiendo alimentos. Ya entregamos más de 4.000 bolsones alimentarios. En los barrios hay mucha gente dentro de la informalidad que necesita salir a trabajar para ganarse el mango, pero veo a la gente bastante tranquila y el Municipio tiene como para acompañarlos con alimentos por casi uno o dos meses.

¿Qué piensa de la disyuntiva planteada entre salud y economía?

Creo que no hay ningún sistema que se sostenga sin gente. Si la gente se muere no hay economía que resista. Hay un estudio efectuado ya hace algunos años que muestra que el espiral siempre es descendente; cuando sos pobre en los grupos de riesgo y las sociedades son cada vez más pobres. Creo que hay que mirar esos dos aspectos, pero uno depende indispensablemente del otro; no se trata solamente de uno o el otro, pero si no cuidamos a la gente no habrá economía que funcione.

¿Lo peor está por venir?

Yo creo que sí porque en realidad todavía no pasó casi nada, por lo menos a nosotros. Hemos ganado mucho tiempo para armarnos de insumos y equipamiento, trabajar los protocolos y la cabeza de los equipos de salud.

¿Ese tiempo ganado sirve para prepararse para lo peor o para que no suceda?

CC – Creo que para que no suceda. Si no hubiéramos podido prepararnos comprando muchos de los elementos necesarios, lo peor hubiese sido un panorama de desastre o una carnicería con el personal de salud. Veo que esta pandemia no nos va a agarrar por sorpresa, porque tomamos las decisiones a tiempo, le estamos poniendo el pecho y la vemos venir de frente; eso en la cabeza del que trabaja en Salud resulta algo muy distinto.

En base a eso, ¿nada de relajación de la cuarentena?

Para nada, al contrario. Nosotros estamos trabajando para que la gente que necesita atenderse la salud pueda moverse con un permiso especial en determinados horarios, que salga para ir al médico y se vuelva a la casa. Las curvas que mostró el presidente Alberto Fernández son bien claras, porque tener 1.900 infectados frente a los 50.000 que podíamos tener significó que en lugar de llegar a 80 muertes ya hubiésemos superado los 1.600 fallecimientos.

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