“Tenemos un sexo alucinante”: dijo el hombre que se enamoró de su madre biológica

Ben Ford y Kim West estuvieron 30 años separados y en 2016 dijeron que al conocerse experimentaron la llamada Atracción Sexual Genética. Hoy, la tierra se los tragó. Una madre que dio a su hijo…

domingo 22/05/2022 - 13:34
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Ben Ford y Kim West estuvieron 30 años separados y en 2016 dijeron que al conocerse experimentaron la llamada Atracción Sexual Genética. Hoy, la tierra se los tragó.

Una madre que dio a su hijo en adopción hace más de 35 años se terminó enamorando de él. La oración es difícil de comprender, pero resume la historia de Kim West (57) y Ben Ford (38), antes madre e hijo biológicos y, tiempo después, feliz pareja, según publicó Clarín.

El mundo conoció esta historia en 2016, y fue tan enorme la polémica que los involucrados decidieron pasar a la «clandestinidad» desde entonces.

West, que creció en Islington, Londres, y quedó embarazada a los 19 mientras era una estudiante en California, dio en adopción a su hijo a sólo una semana de su nacimiento. En diciembre de 2013, Ford, por entonces de 29 años y residente en Estados Unidos. junto a su esposa Victoria, envió a su madre biológica una carta para proponerle un reencuentro. Apenas se vieron, en 2014, comenzaron un vínculo entre madre e hijo más que inusual. Los medios ingleses los llamaron «los amantes imposibles».

«Cada vez que tenía relaciones sexuales con mi esposa, me imaginaba que era mi madre, sino no hubiese podido excitarme», describió el propio Ford al diario The New Day. La pareja afirmaba entonces haber sentido atracción sexual «desde el minuto 1». Y el primer beso fue acompañado con una botella de champagne en un hotel, justo antes del sexo. Tres días después de haber tenido relaciones sexuales por primera vez, Ford le dijo a su esposa que ya no la quería más y que se iría a vivir con su madre biológica. Y le reconoció: «Tenemos un sexo alucinante».

Los «amantes imposibles» vivieron juntos en Michigan y soñaron con tener un hijo.

West, que por entonces trabajaba como un diseñadora de interiores, dijo a la periodista Alley Einstein, de The New Day: «Esto no es incesto, es Atracción Sexual Genética (GSA, por sus siglas en inglés). Somos como dos gotas de agua y estamos destinados a estar juntos». Y siguió: «Sé que la gente va a decir que somos repugnantes, que debemos ser capaces de controlar nuestros sentimientos, pero cuando uno es golpeado por un amor que te consume, estará dispuesto a renunciar a todo por él. Hay que luchar por él. Es una oportunidad única y algo a lo que Ben y yo no estamos dispuestos a renunciar».’

El incesto es ilegal en el estado de Michigan, por eso decían que estaban dispuestos a mudarse a donde «les permitan ser felices legalmente». La Atracción Sexual Genética de la que habla West es un fenómeno sobre el que poco se conoce y se produciría entre hermanos, medio hermanos, primos y los hijos adoptados y sus padres biológicos cuando estos se reencuentran después de mucho tiempo.

Dentro de ese síndrome, se describen «sentimientos de intensa intimidad que se producen entre dos parientes que estuvieron separados durante los años críticos del desarrollo y la unión, al reunirse por primera vez como adultos». En psicología, la definición engloba una característica constante: «Cuando un adulto-niño y su padre biológico finalmente se encuentran, el cerebro tiene dificultad para asociarse entre sí como familia. Al compartir aspectos físicos similares y gustos, eso de acopla con sentimientos de intimidad y sexualidad». Esto puede llevar a ambas partes a expresar sus emociones sexuales.

El fenómeno fue identificado por primera vez por Barbara Gonyo en 1980, tras publicar un libro llamado «Soy tu madre, pero no es mi hijo», en el que cuenta su historia con el hijo que había dado en adopción a los 16 años.

La Atracción Sexual Genética es infrecuente entre padres el hijos que estuvieron juntos en la primera infancia del niño, debido a una «impresión sexual inversa» que se conoce como el efecto Westermarck, lo que insensibilizaría la atracción sexual. Los expertos en el tema creen que ese efecto se desarrolló para evitar la endogamia (parejas entre personas de la misma familia).

Hace seis años la noticia de la relación entre Kim y Ben fue tan fuerte y recorrió el mundo tan rápidamente, que la presión con la que empezaron a vivir fue insostenible. Entonces tomaron una drástica decisión: pasar a la clandestinidad. Desaparecer y hacer como si se los hubiese tragado la tierra.

Desde 2017 no hay datos certeros sobre ellos. Rumores y versiones sobran: que viven en Estados Unidos tras haber logrado cambiar su identidad, que volvieron a Inglaterra y hasta que optaron por radicarse en un pais de Centroamérica para poder vivir su amor con plena tranquilidad. El motivo de la decisión de esfumarse está claro: ambos tenían miedo de ser procesados por esa relación ilegítima, que hasta en realidad nadie sabe a ciencia cierta si aún continúa.

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