Con los aumentos de los últimos días, la nafta ya trepó 12% en lo que va del año. Según estimaciones privadas, por el impacto directo e indirecto en la formación de precios, una suba de esta magnitud le agrega 4 puntos porcentuales al índice de precios al consumidor (IPC).
Según publica Clarín la inflación fue del 4% en enero y se espera que en febrero el registro sea de 3,5%. El Gobierno aspira que el IPC se vaya desacelerando y termine el 2021 con un alza del 29%. Para esto ya decidió atenuar el ritmo de la devaluación, lo que implica que la cotización del dólar no debería crecer más de 25% este año.
Pero el ajuste de los combustibles no termina en este 12% acumulado en 45 días. En menos de 30 días se esperan dos subas más por el impacto del biocombustible y por temas impositivos. Según estimaciones del sector, los aumentos de marzo representan entre un 2% y 3% adicional a los valores actuales.
Para Guido Lorenzo, director de la consultora LCG, «el aumento de las naftas impacta en el acumulado del índice de precios con 0,3 multiplicado por lo que suben los combustibles. En 3 meses una suba de 12% agrega 4% al índice de precios, aproximadamente».
Las subas de los combustibles tienen dos niveles de impacto sobre los precios. El primero es el incremento directo que se siente en el surtidor. El segundo, y más considerable, es el indirecto que incide sobre los precios que tienen algún eslabón relacionado con el transporte. es decir, casi todos.
Según el economista Fausto Spotorno, el rubro combustible representa entre un 5% y 6% en la canasta que mide la inflación. En este caso, un aumento en la franja del 1%-1,2%, como el que se viene aplicando en estos días, representaría una suba del 0,05%/0,06% en el índice de precios.
Para Matías Carugati, director ejecutivo de la consultora Seido, la incidencia directa de los aumentos de combustibles está en torno a los 0,5 puntos porcentuales. «El tema es siempre el impacto indirecto, porque pega en el costo de producción y del transporte, lo cual se va encadenando hasta llegar al consumidor final», precisa.
Con este panorama, el aumento de los combustibles es un punto en contra en la estrategia del Gobierno que busca que los precios se desaceleren para tener mejores chances en las elecciones de octubre.
