El viernes 7 de abril, la ciudad chubutense de Puerto Madryn celebró la 19° edición del Vía Crucis Submarino, una actividad única en el mundo durante la cual turistas y fieles acompañaron el recorrido de una de las ceremonias más importantes del catolicismo, en una modalidad original. Durante el acontecimiento, kayakistas, buzos y nadadores ayudaron a sumergir una enorme cruz de cuatro metros de largo.
El evento fue realizado por primera vez en el año 2000 y llegó a obtener la bendición del Vaticano. En 2022, más de 100 personas se sumergieron en el agua para acompañar las horas finales del Viernes Santo.
En esta nueva edición, la procesión inició alrededor de las 18 horas en las puertas de la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús. Allí, cientos de personas comenzaron a caminar el primer tramo de las catorce estaciones que conforman el recorrido, en las que un grupo de actores personificaron el paso a paso de Cristo antes de ser crucificado.
Luego de su tránsito por el centro de la ciudad, el Vía Crucis arribó casi una hora después de iniciado al muelle Piedra Buena, donde la caminata continuó pero de modo subacuático.
Mientras un equipo de buzos profesionales aguardaba bajo el agua, una enorme grúa se preparaba para el momento más esperado por los espectadores: el descenso de la cruz. Fue a las 19:52 que la enorme estructura -de cuatro metros de largo y fabricada con tubos de PVC- fue lanzada desde las alturas sobre las costas del puerto.
Una grúa elevó a la enorme estructura.
“Marchan atrás de él los grandes hombres de nuestra Argentina, aquellos que la forjaron, los que compartieron el sueño de la libertad, la igualdad y la fraternidad que otros habían enherbolado y que acá se convirtió en una urgencia de independencia. A 40 años de recuperación de la democracia nosotros podemos mirar aquel sueño de país”, expresaron desde la conducción del Vía Crucis. El Padre Roberto “Chobi” Álvarez, designado obispo auxiliar de Comodoro Rivadavia por el Papa Francisco en 2017, estuvo a cargo de la última etapa de la procesión, según informó el sitio LU17.
Como ya es costumbre, el camino subacuático de la cruz fue acompañado por luces y el relato del sacerdote, desde un hidrófono. En tanto, los nadadores y buzos lo escoltaban con banderas albicelestes y mensajes de paz.
La cruz fue sumergida a ocho metros de profundidad.
Luego, el recorrido finalizó con su salida a la playa, donde el público esperaba en la superficie con sus velas encendidas, junto a los actores que personificaban a Jesucristo y a las personas que lo siguieron hasta el final del Vía Crucis. De fondo, el coro Estable Municipal y el Municipal de Jóvenes de Puerto Madryn, dirigido por Diego Lacunza, completó la ceremonia con un repertorio de canciones religiosas.
“Se vivió un momento muy emotivo, de reflexión, con nuestros buzos y nuestra gente acompañando a todos los asistentes. Vivimos una noche hermosa, completa. La gente de la ciudad, siendo fieles o no, acompaña esta iniciativa”, dijo la secretaria de Turismo de Puerto Madryn, Cecilia Pavia, en diálogo con el citado medio.
El Vía Crucis contó con la participación de buzos, nadadores y kayakistas.
El Vía Crucis Submarino es organizado por la Secretaría de Turismo de la Municipalidad de Puerto Madryn, la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús (Diócesis de Comodoro Rivadavia) y la Asociación Operadoras de Buceo. Además, esta edición contó con la participación de Marcelo Gabriel Millhuber y el acompañamiento de José María “Popey” Goity, Ricardo “Pinino” Orri y Ricardo Vera, y con el apoyo del Ente Mixto de Promoción Turística, la Administración Portuaria Puerto Madryn y Prefectura Naval Argentina.
“Nos empezaron a llamar de muchos países porque esto levantó mucho interés, y era gracioso porque el primer Vía Crucis estábamos atajando todos los penales y de golpe nos llamaban de España, de Italia, de Turquía, de Alemania, y dijimos ¿qué pasó? El Vaticano dio su permiso. Que todo esto que decimos en broma, por supuesto es una ceremonia religiosa con toda la seriedad que corresponde”, dijo Goity en una entrevista con la agencia Télam.
