Río Negro coincidió con Neuquén: “No hacer olas”

A diferencia de la vecina Neuquén, Río Negro ha tenido largos liderazgos políticos, como el de una versión caudillista de radicalismo, pero sin que el poder llegara a estar hegemonizado por un movimiento familiar como…

lunes 08/04/2019 - 21:54
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A diferencia de la vecina Neuquén, Río Negro ha tenido largos liderazgos políticos, como el de una versión caudillista de radicalismo, pero sin que el poder llegara a estar hegemonizado por un movimiento familiar como sucedió con el MPN, fundado hace más de medio siglo por los Sapag.

Sin embargo, en ambas provincias patagónicas, la elección desdoblada la ganaron los oficialismos por amplio margen. Y en Río Negro, inclusive, la candidatura finalmente triunfadora de Arabela Carreras fue definida casi a última hora cuando la Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó la posibilidad de una re-reelección al actual mandatario, Alberto Weretilneck, un vecinalista que había sido intendente de Cipolletti y acompañó en la fórmula al justicialista Carlos Soria, pero tuvo que reemplazarlo casi sin que éste llegara a asumir al ser asesinado por la esposa.

Martín Soria, sucesor de su extinto padre en la alcaldía de General Roca, acaba de perder el comicio provincial precisamente ante el actual oficialismo rionegrino, personalizado en Weretilneck.

El denominador común de las urnas en Neuquén y Río Negro fue que ni la coalición gobernante nacional, Cambiemos, ni el kichnerismo con el que intenta polarizar aportaron votos como para modificar el cuadro político de una y otra jurisdicción, aunque nada haya tenido en común.

Una primera y rápida lectura, si se agregan las experiencias pampeana y la chubutense en marcha, sin mencionar a la cordobesa en ciernes, es que predominan los microclimas domésticos por sobre eventuales conveniencias presentes o futuras de alineamientos, provengan de uno u otro lado de la denominada grieta.

La concentración de las decisiones presupuestarias sancionadas por ley del Congreso en manos del jefe de campaña de Cambiemos, Marcos Peña, lo mismo que del manejo de una caja no tan chica para contratar sofisticados asesoramientos internacionales y encuestas con los que construir la estrategia de la reelección de Mauricio Macri lo único concreto que consiguió hasta ahora fue fortalecer las chances electorales de los oficialismos locales que desdoblaron y, al mismo tiempo, dotarlos de influencia para participar en las instancias nacionales de la 1ra vuelta, en octubre, y procurar su adhesión en el casi seguro balotaje presidencial de noviembre.

Las PASO de agosto serán, en consecuencia, determinantes para la constitución de las listas por sobre la inducción de nombres provenientes de los clásicos punteros y de la tradicional digitación a través de las cúspides partidarias.

El 23 de junio vence el plazo para presentar las distintas propuestas y hasta entonces los lugares no se reservarán por aclamación ni por imposición, sino por la representatividad que acrediten en las respectivas jurisdicciones.

Como el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, le anunció al precandidato que le disputa espacio político, Roberto Lavagna, lo apoyaría pero si primero va a las PASO.

La influencia bien entendida empieza por casa

El orden que se va imponiendo en la actual impronta electoral es que primero viene la afirmación territorial, desde el municipio a la provincia, para recién luego habilitar la negociación del poder nacional.

En el caso de distritos decisivos como Ciudad y Provincia de Buenos Aires, gobernados por puntales del Pro, como Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, respectivamente, constituyen un frente único con la Casa Rosada y los resultados que obtengan en octubre serán de algún modo vinculantes.

Estos son los cimientos de la arquitectura electoral que diseñó el politólogo ecuatoriano Jaime Durán Barba para retener el poder en la zona núcleo de la política nacional. Savón en mano, como en las apuestas de naipes, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, es el fiel ejecutante de la partitura.

Se aferra a bajar un par de escalones a la inflación a partir de mayo, que los aumentos de las paritarias y la movilidad jubilatoria se hagan sentir en la calle que hay un poco más de dinero, que no lleguen nuevos tarifazos domiciliarios en los servicios públicos ni en el transporte, que la nafta se mantenga dentro de los actuales parámetros y que el plan Ahora 12 devuelva la sensación de consumir con pagos en cuotas sin interés.

Para contener por un par de meses las movilizaciones en la vía pública, les abrieron el cofre a las organizaciones de piqueteros para repartir planes y a la llamada burocracia sindical le transfirió para las obras sociales.

El cambio de humor resultante que imaginan en la quinta de Olivos, donde se instaló la carpa reelectoral, con la presencia cotidiana de Durán Barba, dependió de una repentina amnesia del Fondo Monetario Internacional del compromiso de déficit 0, que permite a Peña soltar amarras con la asignación de los recursos que fueron liberados para inyectarle al mercado y descomprimir algo la condena macroeconómica de la sociedad en general, y hasta de los propios aliados electorales, como la UCR, en particular.

Tiene a favor que las cajas políticas de la oposición se encuentran interrumpidas por carecer de financiamiento privado, consecuencia directa de cómo afectaron los cuadernos los flujos de fondos no registrados.

La espada de Damocles que pende sobre la cabeza de los diseñadores de la campaña es el dólar, sobre todo en una plaza que moviliza menos de US$100 millones diarios, y las operaciones voluminosas la pueden hacer zozobrar en cuestión de minutos.

Ya se vio que el efecto contagio corre como reguero de pólvora. Después de serruchar, la paridad queda por encima de cuanto empezó, los precios se ajustan por los picos más altos y después casi nunca retroceden.

La excepción fue el incremento dispuesto por Shell para los combustibles, seguido por algunas privadas, hasta que YPF apareció con el suyo por la mitad y, dada su posición dominante en el share de las naftas, obligó a los demás a retrotraer.

El desembolso aprobado por el FMI de US$10.800 millones representa un alivio para la oferta de divisas, mucho más cuando está visto que las liquidaciones de la cosecha gruesa se ralentizarán a la espera de un mejor cambio.

Los resultados que se vayan dando en las elecciones provinciales desdobladas contribuirán a crear expectativas, pero actualmente la prioridad del gobierno pasa más por tranquilizar la economía y demostrar que controla al dólar que por sumar y restar porotos de las contiendas territoriales preliminares.

Las investigaciones que encarga el ecuatoriano usando la cuenta corriente con reputadas consultoras que Peña se encarga de oblar siguen los comportamientos de los distintos cortes de la ciudadanía para identificarla en 11 sesgos, como clasifica Helena Matute, catedrática de psicología de la Universidad de Deusto, a los “atajos, mecanismos que usamos cada día y que funcionan muy bien para tomar decisiones rápidas”, por más que puedan terminar siendo equivocados.

En un artículo publicado en 2016 en El País de España, titulado «Tu voto no es tan racional como crees: así influyen los sesgos», firmado por Jaime Rubio Hancock, referido a una 2da vuelta, se alertaba acerca de que «todos somos víctimas de los sesgos cognitivos, que son interpretaciones ilógicas de la información disponible”.

Las 11 serían:

  • la identificamos con una posición política en 1er lugar para, a partir de ahí, interpretar la información para que encaje en nuestro modelo de la realidad;
  • la confusión de apariencias con esencia, que suele ser aprovechada por los influenciadores en las redes;
  • extraer conclusiones diferentes según cómo sean presentados los datos,
  • la interpretación de que todo tiene que ver con todo,
  • la adopción de descripciones vagas y generales como si fueran específicas y detalladas,
  • que cueste cambiar de opinión cuando se viene votando por una opción,
  • la autocalificación del voto,
  • registrar quién dice en lugar de lo que se dice,
  • el arrastre ideológico de los entornos,
  • sobreestimar nuestros acuerdos, y
  • no ser conscientes de nuestros sesgos.

Que se hayan consolidado oficialismos regionales en las últimas elecciones no significa un voto a favor de Mauricio Macri ni en contra de CFK, si no lo que es: en el medio de un tembladeral a nivel país, es preferible en casa no cambiar las cosas de cómo están.

Para un balotaje presidencial el diseño es otro: implica ordenar los votos por los sí y por no debido a la polarización.

Desde la perspectiva de Cambiemos, aun en medio de la disidencia radical con la gestión, se privilegia el no, cuyo nombre y apellido es Cristina Fernández de Kirchner.

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