Venció 2-1 a Estudiantes y ahora jugará el derby de Avellaneda contra Independiente por un lugar en la Copa. El que no podrá estar en la ida (de visitante el 29/11) será Diego Milito, quien fue (mal) expulsado por Pitana. La vuelta (el 6/12) se define en el Cilindro.
Racing venció, de punta a punta, a Estudiantes 2-0 en un partido áspero y friccionado. El equipo de Cocca, mejor en lo futbolístico, contó con la magia de Marcos Acuña y fue él que le metió pinceladas frescas a un partido al que le faltó juego: primero el zurdo metió un latigazo de derecha para el 1-0. Luego, otra vez él, se sacó de encima a dos rivales con una gambeta, envió el centro pasado y Lollo, de cabeza, sentenció el 2-1 con el que Racing consiguió el pasaje a la final contra Independiente por un lugar en la Libertadores (el perdedor va a la Sudamericana). Eso sí, el que no podrá estar es Diego Milito, quien fue (mal) expulsado por Pitana. Otro que vio la roja fue Jara en el Pincha.
Más allá de que venía controlado el partido para los de Avellaneda, la decisión del árbitro de echar al Príncipe los hizo pasar zozobra. Mendoza aprovechó el desconcierto y la desconcentración de Racing y anotó el descuento. Estudiantes fue sin mucha claridad pero con entusiasmo y no le alcanzó para poner la igualdad que los hubiera llevado a los penales.
El ciclo de Cocca tiene su toque especial: se terminará jugando el clásico de Avellaneda y con la chance de sacarse la espina, ganar y clasificar a Racing en la Copa Libertadores. La puerta grande ya la tiene abierta, sólo le queda ponerle el brillo. Eso sí, se las tendrá que arreglar sin el capitán, sin Milito. Y será ida y vuelta: primero en Independiente y luego en Racing. El ganador pasa a la Libertadores y el perdedor, a la Sudamericana.
