El esquema de la sentencia no resulta adecuado. La concursante no absuelve ni condena, sino que se limita a no aplicar pena. La fundamentación de su fallo no es correcta».
Así evaluó el Consejo de la Magistratura a una candidata a juez para Sarmiento, que en su examen debió resolver un caso concreto.
En el coloquio no le fue mejor: «Las respuestas a las preguntas no fueron satisfactorias. Es más: se contradijo y cambió sustancialmente su conclusión. Manifestó un desconocimiento total de los principios que rigen el proceso contravencional. Su respuesta en torno al deber de excusación tampoco fue correcta».
El caso de esta concursante no es aislado sino cada vez más común. Por eso, debido al bajo nivel de quienes aspiran a cargos en el Poder Judicial, el Consejo de la Magistratura del Chubut quiere crear una Escuela de Capacitación y Formación Judicial para que, antes de presentarse en los concursos, durante un año los candidatos aprendan algo más de la función que quieren ejercer, sean jueces, fiscales o defensores.
No es apenas de una idea local: el consejero Oscar Massari, que representa a los empleados judiciales, la explicó en la 2ª Jornada del Foro Federal de Consejos de la Magistratura -en Salta-, y sugirió que el proyecto debería implementarse a nivel nacional.
Al presentar la iniciativa a sus colegas de todo el país, Massari explicó que tras asumir su cargo «comenzamos a verificar la dificultad que teníamos para seleccionar jueces penales, específicamente para Comodoro Rivadavia, no así con otros cargos y con otras ciudades». En la ciudad petrolera «se necesitan como mínimo 11 jueces penales y en la actualidad hay 6 jueces en funciones».
Con el tiempo, esta dificultad para elegir se extendió a los fiscales. «Y ahora observamos con preocupación que se está extendiendo a otras ciudades y en diversos cargos: generalmente cuesta designar y tener candidatos a aspirantes».
En un principio el Consejo pensó que sólo era el caso de Comodoro, por su alto costo de vida, difícil de afrontar con el sueldo de juez. Pero tras varios meses de trabajo «en la casi generalidad de los cargos hay pocos candidatos anotados, tanto de nuestra provincia como de otras provincias del país, muchos de los que lo hacen luego no se presentan y los que concursan no alcanzan las condiciones mínimas exigidas para el cargo».
«Mayormente (los concursos) se declaran desiertos -añadió Massari- o nos toca decidir entre dos o tres candidatos de nivel medio o que alcanzan mínimamente a reunir las condiciones técnicas exigidas.
Son raras las ocasiones, y créanme que las festejamos, cuando podemos seleccionar entre dos candidatos de excelente nivel, que a veces sucede, pero las menos de las veces».
En Chubut, para cargos de más responsabilidad no se presentan funcionarios de menor cargo, como auxiliares letrados, abogados adjuntos, funcionarios de Fiscalía o Defensoría, secretarios, etcétera. «O no quieren asumir cargos de mayor responsabilidad y prefieren conservar uno menor, o se anotan pero después no se presentan por temor al examen», explicó el consejero, quien no dejó afuera a una tercera especie: «Están también los que con un bajo nivel de preparación se presentan a ver qué pasa, y como se dice popularmente ´se tiran a la pileta´».
Este preocupante escenario «nos hace pensar en la necesidad de la creación de una Escuela de Capacitación y ´formación´ de aspirantes a magistrados, defensores, fiscales y funcionarios del Poder Judicial de nuestra provincia». En Chubut ya existe una Escuela de Capacitación Judicial que depende del Superior Tribunal. Pero «no cumple con las necesidades y objetivos” buscados. La Escuela que auspicia el Superior organiza jornadas de actualización de temas procesales que duran «a lo sumo una semana».
En cambio, lo que se plantea ahora es una escuela judicial que forme y capacite, previo a un examen ante el Consejo, «a abogados en el ejercicio privado de su profesión, funcionarios, empleados judiciales con título de abogados, para ir conformando posibles aspirantes a la administración de justicia con un nivel óptimo de preparación y dispuestos a asumir las responsabilidades que el cargo amerita».
El proyecto incluye a los empleados judiciales como Massari, «sin título de abogado, porque en un futuro pueden elegir esa profesión o también para especializarlos y actualizarlos permitiéndoles ascender en la carrera judicial, todo en beneficio de una mejor administración de justicia».
A los empleados que sí sean abogados «se los puede ir preparando para que asuman cargos de adjuntos, auxiliares letrados o secretarios, e ir haciendo experiencia y acreditando los 7 años que la Constitución les exige para así en un futuro ser posibles jueces, fiscales o defensores». A los abogados privados o funcionarios en ejercicio con 7 o 10 años acreditados, según el caso, se los formará y capacitará para acceder a cargos de jueces, defensores, fiscales o camaristas.
Massari puntualizó que ya hay otras escuelas y citó la Unión Europea, el Centro de Estudios Judiciales del Uruguay, la Escuela nacional de la Judicatura de la República Dominicana, la academia judicial de Chile, la de EE.UU. y Chaco. El curso deberá durar como mínimo un año para estar “en condiciones de concursar».
Aunque aprender en esta Escuela no sería obligatorio ni un requisito para competir, «será una herramienta más para poder dar un buen examen en lo técnico y en lo personal. Y a los que no se presentan por temores, los dotará de mayor seguridad a la hora de participar, los irá puliendo y afinando en sus conocimiento». Así, el pleno del Consejo de la Magistratura chubutense contará con «mayor número de candidatos en un nivel adecuado de preparación».
(Jornada)
