El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, está haciendo tal vez su jugada más audaz desde que está al frente de la cartera laboral del Gobierno. Pocas horas antes del partido que marcó la renuncia de Lionel Messi a la selección argentina, el funcionario macrista negoció con Guillermo Pereyra, líder del Sindicato de Petroleros de base de la Cuenca Neuquina, el más importante del país, el texto de las tres resoluciones publicadas ayer con el que el Gobierno buscó cerrar la discusión por las paritarias petroleras.
Las normativas –que llevan los números 365, 366 y 367- establecen una suba salarial del 30% para los gremios petroleros desagregada en tres etapas: 18% en julio, 7% en noviembre y 5% en enero del año próximo. Además, contemplan el pago de una suma no remunerativa por única vez de $ 15.000 por no actualizar los sueldos durante el primer semestre. Sólo podrán cobrarlo los trabajadores que tengan asignadas tareas. No así los casi 4000 operarios que permanecen en sus casas sin actividad recibiendo el salario mínimo en el marco del Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) firmado en marzo.
La eficacia de la jugada de Triaca se terminará de definir hoy a las 15 cuando gremios y empresas petroleras se vean las caras en las oficinas de Alem, en pleno microcentro porteño. El ministro cuenta con el respaldo explícito de Pereyra, que a su vez es senador nacional por el MPN y preside la Comisión de Energía en la Cámara Alta. Pereyra, al igual que Manuel Árevalo, titular del Sindicato de trabajadores Jerárquicos de Neuquén, levantó ayer a las 20 el paro que él mismo había impulsado. Desde su óptica, el aumento del 30% acordado con el Ejecutivo es suficiente para seguir en la carrera de contendientes que aspira a integrar la conducción de la CGT unificada a partir de septiembre próximo.
Sin embargo, el Sindicato neuquino quedó sólo en el mapa sindical de la industria. El resto de los gremios –con la excepción del sindicato de Tierra del Fuego, que responde a la Federación de Petróleo y Gas Privados- mantiene por estas horas la tesitura de continuar el plan de lucha iniciado el domingo a la noche. Jorge ‘Loma’ Ávila y Claudio Vidal, líderes de petroleros de base de Chubut y Santa Cruz respectivamente, sintieron el destrato de Trabajo porque conocieron las resoluciones del Ministerio recién ayer a la mañana, cuando ya estaban firmadas. Sólo Pereyra conoció la letra chica del texto. De ahí el malestar de los sindicatos. En Salta y en Mendoza, provincias periféricas dentro de la industria, el paro se mantenía en todos los yacimientos hasta ayer a la noche.
De todos modos, Triaca actuó con una red de contención. Fuentes gremiales y empresariales indicaron a El Inversor Online que desde Presidencia y Jefatura de Gabinete monitorearon de cerca las negociaciones.
La resolución 365 de Trabajo es otra jugada ambiciosa: estipula la creación de una Comisión Técnica de Análisis para mejorar la productividad del sector petrolero, uno de los pedidos de la industria, con YPF a la cabeza. La comisión -que estará integrado por Rodrigo Ramaccioti (Pan American Energy), Domigo Rocchio (YPF), Gustavo Barba (San Antonio) y Luis Ríos (Bolland) en representación de las empresas, dos referentes por cada sindicato y funcionarios del Gobierno- tendrá 30 días para definir un plan de acción para readecuar la operación de la industria. El principal objetivo de YPF –y de las compañías de equipos torre- es modificar el régimen laboral. Se apunta a establecer una jornada de tres turnos de ocho horas en lugar de los dos turnos de 12 horas, como sucede hoy. Es la propuesta de las compañías de servicios y operadoras para evitar el despido de 8300 trabajadores que hoy están sin actividad.
