Iker tiene 10 años y hace tiempo que tener la vida de cualquier otro nene de su edad le resulta imposible. El pequeño tiene una cardiopatía dilatada por una falla médica que ocurrió cuando era apenas un bebé y está en emergencia nacional a la espera de un trasplante de corazón. Su familia comenzó una campaña de concientización sobre la donación pediátrica.
@uncorazonparaiker es la cuenta de Instagram a través de la cual Daniel, el papá del chiquito, cuenta el día a día de cómo es vivir esperando un corazón.
“La donación de órganos es un acto de amor. Hay mucha gente que decide hacerlo a pesar del dolor de la pérdida de su ser querido. Sepan que la donación le da vida a otra gente, que ese ser querido que se va vive, sus órganos siguen y su vida queda en otros chicos”, manifestó Daniel a TN.
Un error médico que cambió su vida para siempre
Iker ama jugar a la pelota, pero por sobre todas las cosas admira a Lionel Messi. Sueña con conocerlo algún día, poder darle un abrazo enorme y hasta jugar con él. Su estado de salud le impide volver a ponerse los botines.
El pequeño tiene cardiopatía dilatada y se encuentra con una disfunción severa. Actualmente, está en emergencia nacional en el Incucai y necesita un trasplante de corazón urgente.
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La situación se desencadenó por una falla médica. “Iker nació con problemas en los intestinos, una membrana duodenal, y además tenía un pequeño agujerito en el corazón, pero estaba normal. El problema empezó cuando lo operaron. Por un error médico, una bacteria de la materia fecal se le metió en el cuerpo y afectó la zona cardiaca”, explicó Daniel.
Desde entonces su estado de salud comenzó a empeorar. Las visitas al médico se hicieron cada vez más frecuentes y hace algunos meses se encuentra internado en el Hospital Italiano porque su cuadro es crítico.
“Su corazón empezó con disfunción y no se pudo mantener más solo. Ahora espera un trasplante y está en emergencia nacional”, detalló Daniel.
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Hace algunas semanas, Iker comenzó a necesitar oxígeno. Dormía sentado por la falta de aire y cada vez le costaba más mantenerse activo. Es por eso que su familia insiste en concientizar sobre la donación pediátrica de órganos debido a que en el caso de los menores son los padres quienes deben autorizarla. A través de sus redes sociales cuenta el día a día del pequeño para que la gente conozca cómo es vivir necesitando un corazón.
“Lo principal es la concientización. Queremos mostrarle a la gente que la donación de órganos es algo hermoso, es un acto de amor de gente que decide dar a pesar del dolor. No es solo agradecerle a esa familia, sino también acompañarla en el dolor de la perdida de su ser querido y contarle que con la donación da vida a otra gente, que ese ser querido que se va vive, sus órganos, su vida queda en otros chicos”, destacó.
Ante esto, Daniel remarcó que el hecho de que se tome conciencia es primordial para situaciones como las de Iker. “Es algo que Dios ve, que agradece y que ama. Difundir es fundamental para que llegue a más gente que quizás no está al tanto de estas cosas”, explicó.
