Fue campeón del mundo con Argentina, pero se retiró a los 29 años y hoy no tiene ni auto ni celular: “Era un futbolista sin ganas de jugar al fútbol”

El Negro Ortiz brilló en San Lorenzo, River e Independiente, además de ser uno de los héroes de la Albiceleste en el Mundial 78. Sin embargo, para el icónico wing el fútbol siempre fue un…

lunes 18/04/2022 - 8:57
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El Negro Ortiz brilló en San Lorenzo, River e Independiente, además de ser uno de los héroes de la Albiceleste en el Mundial 78. Sin embargo, para el icónico wing el fútbol siempre fue un trabajo: “La medalla de campeón la perdí, no extraño nada de esas cosas”

“No toqué la copa tras la final ganada ante Holanda en el Mundial 78, ni lloré por haber sido campeón del mundo», comentó Oscar »El Negro» Ortiz, uno de los 43 jugadores de la historia de nuestro fútbol que ganaron una medalla de campeón en el certamen ecuménico, aunque la perdió con el paso del tiempo, según publica Infobae.

»Veía a mis compañeros que estaban desesperados por ir a tocarla y yo ni me acerqué. Soy bastante diferente, porque vivo el fútbol de otra manera, como lo que es, un juego”, sostuvo.

“Algunas cosas perdí en mudanzas, otras me robaron, y muchas camisetas que tenía se las regalé a mis hijos y a mis nietos. No hay, ni nunca hubo, un cuadro como futbolista en mi casa. Igualmente, no extraño nada de esas cosas, eh. No le doy importancia”, reveló el ex delantero, que disputó seis de los siete partidos del Mundial.

El pasado 8 de abril, el Negro Ortiz cumplió 69 años. Nacido en Chacabuco en 1953, creció rodeado de la humildad en los potreros de la ciudad de Junín, lugar desde donde San Lorenzo se lo llevó para hacerlo debutar con 17 abriles en Primera en 1971. Allí ganó el Metropolitano y el Nacional de 1972, y el Nacional del 74. Luego de cinco temporadas, se fue a Gremio de Porto Alegre, un año después llegó a River, pasó por Huracán y finalizó su carrera en Independiente con apenas 29 años.

“Me quería retirar apenas terminó el Mundial 78, pero seguí jugando por mi familia, por mi madre. Me cansé, porque había varias cosas con las que no estaba de acuerdo. El fútbol no es diferente a la política y son todos iguales, dirigentes y políticos”, enfatizó.

Ante el recuerdo del último enfrentamiento en la Copa del Mundo del 78, explicó que: »Fue en el cuarto partido de la fase de grupos. Ingresé faltando 10 minutos para el final. Fue un partido bastante difícil, porque Ubaldo Fillol le detuvo un penal a Kazimierz Deyna. Resultó ser un juego muy ajustado y parejo».

Y agregó: »En los primeros 30´ estuvo mejor la selección europea, pero luego lo sacamos adelante. Mario Alberto Kempes la rompió toda. Marcó los dos goles y fue la figura del partido. En sí, ningún encuentro de aquel Mundial fue fácil. Brasil nos tendría que haber ganado, pero el Pato sacó cinco pelotas. Yo me erré un gol que le pegué cruzado al segundo palo y se fue afuera».

Ante ser consultado sobre el triunfo frente a los polacos, y si consideraba que eran firmes candidatos para el ´titulo, reconoció que: »No, nunca lo pensamos. En la final ante Holanda íbamos 1 a 1, el Pato saca una pelota fundamental que pega en el palo y se va afuera. Después, le ganamos en el alargue».

»Luego, hubo un planchazo de Mario por el que zafó de ser expulsado. Si debemos ser lógicos, hay que decir que Holanda no mereció perder la final contra Argentina. Pero no siempre gana el que juega mejor. El fútbol es tan lindo y es un accidente del juego. A veces te atacan todo el tiempo, te generan situaciones que pegan en los palos y termina uno ganando el encuentro, pero no se puede jugar sin palos», manifestó.

Además, cuando se le preguntó sobre que balance hacía en relación a su actuación dentro del Mundial, dijo que podría haber sido mejor.

»Buen balance, aunque pudo haber sido mejor. El primer partido no lo jugué por una molestia muscular, ni al banco fui. Luego, estuve ante Francia, Italia, contra Polonia, Brasil, Perú y luego disputé la final ante Holanda», sostuvo.

Explicó que fue lo que Menotti le pidió en aquella final: »Que me retrasara para agarrar la subida de Johan Neeskens, que manejaba todo. Como era el último partido le dije que sí. Cuando en el segundo tiempo salí para que entrara René Houseman, íbamos ganando 1-0, pero René entró por derecha y pasó Bertoni a mi lugar, ahí perdimos un poco la marca y nos embocaron el empate».

Considera que el título era algo indiscutido, pero que »siempre le dan más importancia al Mundial 86 que al del 78. No todos, pero sí mucha gente. Dicen que se salió campeón porque jugamos de local, por la dictadura. Yo no les doy bola. Nosotros jugábamos al fútbol, como la mayoría de la gente que continuó trabajando en sus respectivas profesiones, en sus oficios. Después, con el regreso de la democracia, nos enteramos de los desaparecidos y los asesinatos. Pero nosotros estábamos al margen».

Ante el momento, recalcó que no tocó la Copa del Mundo, ni se emocionó por salir campeón: »Ganar el Mundial fue lindo, pero no me puso como loco. Veía a mis compañeros que estaban desesperados por ir a tocarla y yo ni me acerqué. Soy bastante diferente, porque vivo el fútbol de otra manera, como lo que es, un juego».

Al ser consultado por la cantidad de dinero que cobraron por ser campeones del mundo, dijo: »Nada, muy poquito, no comprabas nada con esa plata. Cobramos 25 mil dólares. El fútbol es así. Hoy existen jugadores que en Argentina no juegan nunca, pero en el exterior la rompen y se hacen millonarios. Pude ir a jugar a Europa muchas veces, pero no quise, porque no me gusta vivir fuera de Argentina. Estuve en Estados Unidos, en Frankfurt (Alemania), pero fui únicamente para conocer la cultura de aquellos países, no por el fútbol en sí».

Explicó que no asistió a disputar el Mundial del 82 en consecuencia de que: »había estado siete meses concentrado para jugar siete partidos en 1978 y no quería repetir esa experiencia. Yo me preguntaba: “¿Quiero estar cinco meses concentrado para jugar siete partidos?” Por eso le dije que no. Aparte, ya me había sacado el gusto de haber participado de un Mundial».

Cuando le preguntaron si el contexto político de la Guerra de Malvinas tuvo que ver en su decisión, declaró que no.

»No. Lo de las Malvinas es otra cosa, aunque nunca estuve de acuerdo con el conflicto bélico. Durante el Mundial del 78, y en plena dictadura militar, nosotros no nos dimos cuenta de que estábamos jugando al fútbol mientras mataban a chicos. Mas allá de la última dictadura, y todo el problema político que atravesaba nuestro país, no estuve de acuerdo con estar cinco meses concentrado, lejos de mi familia. Además, a España fue el 80 por ciento de los que disputaron el anterior mundial, más Diego Armando Maradona», explicó.

Con Diego compartió la gira de 1979 con la Selección Mayor, dirigida por Menotti, y en el avión de regreso a Buenos Aires, recuerda: »disputé un empate sin goles entre Argentina y Holanda, ganamos 8 a 7 en los penales, en Berna, que se promocionó como la revancha del Mundial, y me lesioné. Estuve varios días sin poder practicar y le pedí a Cesar que me dejara volver, porque no tenía sentido seguir ahí. Regresé sólo en el avión, desde Escocia, y cuando me desperté a las 6 AM sufrí una parálisis facial».

»Según los médicos, sufrí una suba o baja de presión, pero nunca se supo bien qué fue. No fue un problema grave porque seguí jugando al fútbol. Apenas pisé Ezeiza, fui para mi casa y luego me llevaron al Sanatorio Güemes y quedé 20 días internado’, sostuvo.

Cuando se le consultó si tenía alguna cuenta pendiente, dijo: »No. Cumplí el sueño de ganar una Copa del Mundo. Es más, tras el Mundial 78, y después de conocer todo lo que pasaba en el mundo del fútbol, me quería retirar apenas terminó».

»Seguí jugando por la familia, por mi madre. Me cansé, porque había varias cosas con las que no estaba de acuerdo. El fútbol no es diferente a la política y son todos iguales, dirigentes y políticos», señaló.

Y agregó: »Con lo que gané, me compré un gimnasio cerca de mi casa y me puse una galería en Estados Unidos cuando estuve allá. Hoy, vivo del alquiler del gimnasio y del bono que me da la AFA por haber sido campeón del mundo».

En cuanto su vida laboral, comentó que: »Estaba trabajando hasta antes de la pandemia en el fútbol recreativo de San Lorenzo. Los fines de semana iba a Ciudad Deportiva, pegada al Nuevo Gasómetro, a trabajar con los chicos menores para enseñarles a jugar fútbol. Yo hice dos años de docencia porque nunca me interesó ser entrenador de Primera. Por ahora, sigue todo parado».

Finalmente, en relación a su estado de salud, declaró: »El pasado 8 de abril cumplí 69 años. Tengo dolores de cervical, de la cabeza y del ciático. Pero vamos para adelante».

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