En una cita de Tinder se incendió la casa y él la encerró en el baño: “Casi muero prendida fuego”

La historia comenzó con un vino y una picada y culminó con llamas y confesiones inesperadas. TN – Ludmila miró el reloj y advirtió que faltaban ocho horas para que comience el show. Un evento…

viernes 11/02/2022 - 9:45
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La historia comenzó con un vino y una picada y culminó con llamas y confesiones inesperadas.

TN – Ludmila miró el reloj y advirtió que faltaban ocho horas para que comience el show. Un evento de música electrónica al que iba a asistir junto a sus amigas en uno de los complejos nocturnos más conocidos de la Ciudad de Buenos Aires.

Corroboró la dirección y advirtió que quedaba muy cerca del complejo de departamentos en el que vivía Cristian, un joven ocho años mayor que ella, a quien había conocido a través de Tinder, la aplicación de citas.

Hablamos durante una semana por Tinder y ese día me di cuenta que andaba con tiempo. Entonces le escribí por la aplicación y le dije que tenía una fiesta y que, si quería, podíamos vernos, para conocernos”, explicó la joven de 25 años a TN.

Cristian aceptó inmediatamente. Coordinaron para las 20 en el departamento de él. “La verdad es que no sospeché nada. Sé que mi error fue no haberlo buscado en otras redes sociales. No haber chequeado Instagram por ejemplo. Pero bueno, sentí que estaba todo bien”, recordó.

Un vino, una picada y un desenlace inesperado

“Llegué y todo se dio mejor de lo que lo había imaginado. Empezamos a hablar, abrió un vino y sacó un quesito de la heladera para hacer una picada. Nos sentamos a tomar algo tranqui, contándonos nuestras vidas”, continuó Ludmila.

En una cita de Tinder se incendió la casa y él la encerró en el baño: “Casi muero prendida fuego”

“Yo en ese momento trabajaba en un salón de fiestas infantiles. Me llamó la atención que me preguntó cuánto salía alquilar el salón. Luego admitió que tenía una hija y me sorprendió; no porque me molestara si no porque nunca me lo había dicho”, explicó la joven, que prefiere resguardar su identidad y la de Cristian “para no generarle un problema”.

Y prosiguió: “Seguimos charlando, me preguntaba cosas por el cumpleaños de la hija”. Para ese entonces no había transcurrido ni media hora del encuentro. Fue en ese instante cuando ella comenzó a escuchar “ruidos extraños” a sus espaldas.

Ambos se dieron vuelta para entender qué estaba sucediendo. Fue Cristian quien se dio cuenta que se estaba prendiendo fuego la térmica de luz que compartía con el vecino. “Era el mismo sonido que se oye cuando se prende el carbón o la leña para el asado. Esas chispas”, dijo.

Ludmila rememoró: “Le pasé un vaso de agua para apagarlo, porque era una llama menor. Pero el fuego se avivó, se cortó la luz y fue ahí cuando me pidió que me metiera rápidamente en el baño”.

Le pregunté por qué me encerraba, pero en el apuro lo acepté. Ya en el baño, a oscuras y sin poder salir, pensaba que era una boluda, porque si el departamento se prendía fuego en su totalidad yo quedaba ahí adentro”, continuó.

Tras apagar las llamas, el hombre quiso continuar el encuentro en el cuarto de su hija (Foto ilustrativa/Adobe Stock).
Tras apagar las llamas, el hombre quiso continuar el encuentro en el cuarto de su hija (Foto ilustrativa/Adobe Stock).

“En ese momento pensaba en qué mierda estaba haciendo. Escuchaba que llamaba al vecino, que tiraba más agua, todo habrá durado 15 minutos. Cuando me sacó, le volví a preguntar por qué me había encerrado. Me respondió que estaba casado y vivía con su mujer”, contó Ludmila.

El hombre permitió que uno de los vecinos ingresara al departamento para ayudarlo a resolver ese inconveniente. Al entender que iba a notar la presencia de Ludmila, Cristian le pidió que se encerrara para evitar que su mujer se enterara.

“Luego charlamos sobre la situación y me llevó a otro cuarto. Cuando abro los ojos estábamos en la habitación de la hija. Toda la cama llena de peluches. Le dije que realmente no daba hacer algo en la cama de ella. Me contestó que no quería que quedaran pelos en la cama que compartía con su mujer”, indicó la joven.

“Ahí se pinchó todo: le dije que me tenía que ir. En el camino me di cuenta que me había olvidado una campera, pero no volví. Después le mandé un mensaje para decirle eso y no me contestó. A los tres meses volvió a escribirme para ofrecerme hacer un trío. No sé si seguía en pareja, si estaba de novio o qué, pero ni le respondí”, concluyó.

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