El acuerdo federal petrolero que pondrá cierre a meses de discusión sobre la política de mediano plazo para el sector podría firmarse el 10 de enero. Al menos esa es la fecha que manejan en el Ministerio de Energía que conduce Juan José Aranguren.
Claro que si de fechas se trata, ya es un mal antecedente. El funcionario había dicho tiempo atrás que habría novedades para el 12 de diciembre, algo que no ocurrió.
Pero la situación ahora es distinta. Las empresas y los gobiernos provincial y nacional ya se pusieron de acuerdo sobre temas clave, como la continuidad del barril criollo, y las subas de combustibles. La continuidad del Plan Gas, o de algún sistema similar, es el tema que aún resta pulir.
También existe una pretensión de parte del gobernador Omar Gutiérrez de que las empresas expliciten su plan de inversión para los próximos años. Será una especie de zanahoria para el sector gremial, que en medio de una fuerte retracción de la actividad y la pérdida de puestos de empleo podrá al menos mostrar que habrá una reactivación en los próximos años.
Justamente el tema gremial es el que frena la firma del acuerdo. La tan ansiada foto del primer acuerdo intersectorial del macrismo se hace esperar por la situación de unos mil trabajadores que perderán sus fuentes de empleo debido a la baja de equipos de parte de YPF, según informa el portal Río Negro.
La solución pasaría aquí porque las operadoras se comprometan a sostener algunos de esos equipos para evitar la sangría. Y los trabajadores que queden afuera podrían cobrar un subsidio a la espera de que la actividad mejora y pueda volver a incorporarlos. Sin embargo, el tema todavía está en proceso de negociación y se aguarda una definición también para enero.
De esa discusión depende también la adenda al convenio colectivo de trabajo que permitirá condiciones más flexibles en el sector para los años que vienen.
