El pasado sábado por la noche, en el escenario Norte del Cosquín Rock, el rapero Dillom, conocido como Dylan León Masa, sorprendió al público al cambiar una línea de la canción «Sr. Cobranza» para dirigirse de manera provocadora al ministro de Economía, Luis Caputo. La frase modificada decía: «A Caputo en la plaza lo tienen que matar».
@somoscorta “A Caputo en la Plaza lo tienen que matar” Dillom hizo un cover de ‘Sr Cobranza’ en el Cosquín Rock y reemplazó el verso original de “Norma Plá a Cavallo lo tiene que matar” por uno contra el actual ministro de Economía. #dillom #luiscaputo #cosquinrock #javiermilei ♬ sonido original – Corta 🏆
La canción original, lanzada por la banda Las Manos de Filippi en los años noventa, llevaba una crítica hacia la gestión del ex presidente Carlos Menem y mencionaba al ex ministro de Economía Domingo Cavallo. Dillom decidió adaptar la letra para apuntar directamente a Caputo, generando un impacto inmediato en el público y en las redes sociales.
Dillom, de 23 años y originario de Once, se hizo conocido en 2018 con su canción «Drippin», que él mismo produjo. Desde entonces, ha seguido lanzando éxitos como «Superglue» en colaboración con el músico Ill Quentín, y ha trabajado en la producción de canciones en FL Studio. Su participación en el Cosquín Rock le ha dado aún más visibilidad, pero también ha generado controversia debido a sus declaraciones polémicas.
Tras su presentación en el festival, el nombre de Dillom se convirtió en tendencia en las redes sociales, con opiniones encontradas sobre su frase dirigida a Caputo. Algunos lo apoyan por expresar su postura política a través de su música, mientras que otros critican su elección de lenguaje violento.
La polémica declaración del rapero ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre el rol de los artistas en la expresión de sus opiniones políticas y el límite entre la libertad de expresión y el uso de lenguaje violento. El Cosquín Rock, conocido por ser un espacio de encuentro de diferentes géneros musicales y expresiones artísticas, se ha convertido en escenario de un debate que trasciende lo estrictamente musical.
