Dolarización: cuáles son los “talones de Aquiles” de la propuesta, según los economistas

Los especialistas destacan los riesgos sobre los pasos previos, los puntos débiles que ven en el esquema, para encarar el proceso.

lunes 01/05/2023 - 10:00
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Mientras más valor pierde el peso frente al dólar, más se habla sobre si dolarizar es o no la salida al problema de la inflación. Y, en esto, el consenso en la mayoría de los economistas es que no necesariamente es la mejor soluciónTN conversó con tres economistas para entender cuáles son los puntos débiles que ven en el esquema propuesto o, al menos, a qué puntos habría que prestar atención si se optara por ese camino en el futuro. Y alegan que tiene suficientes “talones de Aquiles” como para adoptar esta medida de manera sustentable.

El primer riesgo, coincidieron, reside en los pasos previos a encarar el proceso. “El primero, entonces, es el tipo de cambio al cual dolarizás, y eso depende de la escasa cantidad de reservas (activo) contra la enorme cantidad de pasivos que hay que cubrir”, dice Juan Ignacio Paolicchi, economista de Empiria.

Tal como explicó TN, la opción que más se menciona en el círculo de Javier Milei es la del economista Emilio Ocampo, que diseñó una ingeniería financiera que implica un canje de algunos instrumentos por otros y el armado de un fidecomiso que emita papeles comerciales para intercambiar por las Leliq, la deuda del Banco Central con los bancos, que hoy constituyen gran parte del pasivo que habría que cubrir con dólares. El modelo requiere previas reformas y depende, en gran parte, de la credibilidad que un nuevo gobierno pueda generar, no solo en la Argentina, sino también en el exterior.

Según Paolicchi, además, la expectativa de que se dolarice a un tipo de cambio más alto del que esté en ese momento puede adelantar esa corrección en el tipo de cambio paralelo, y a su vez gatillar una aceleración fuerte en la inflación y los salarios. (Foto: Reuters)
Según Paolicchi, además, la expectativa de que se dolarice a un tipo de cambio más alto del que esté en ese momento puede adelantar esa corrección en el tipo de cambio paralelo, y a su vez gatillar una aceleración fuerte en la inflación y los salarios. (Foto: Reuters)

Según Paolicchi, además, la expectativa de que se dolarice a un tipo de cambio más alto del que esté en ese momento puede adelantar esa corrección en el tipo de cambio paralelo, y a su vez impulsar una aceleración fuerte en la inflación y los salarios.

Para evitar buena parte de los problemas que se pueden generar al dolarizar, suma María Castiglioni, socia de C&T Asesores Económicos, antes de encarar un esquema así habría que corregir precios relativos, algo que Ocampo considera en su modelo. Esto implicaría, por ejemplo, una suba fuerte en tarifas y la liberación de los precios que están bajo acuerdos del estilo de “Precios Justos”.

Cuanto antes se pueda resolver esto, dice Castiglioni, mejor, porque una vez que se fija el tipo de cambio de dolarización, el cambio en los precios relativos es más complicado. “Una inflación con un tipo de cambio que ya está fijo, a menos que al principio sea muy competitivo, te saca competitividad. Cuando vos ya estás fijo, la economía necesita ser mucho más flexible para corregir los cambios inflacionarios”, explica. Para eso, hace falta flexibilizar el mercado de trabajo, modificar lo impositivo y otras regulaciones, “que no es tan rápido de hacer”.

Cuál es la “rigidez” de la dolarización

“La pregunta es, si hacemos el ajuste fiscal, corrección de impuestos, corrección de precios relativos y estabilización, entonces, ¿para qué vamos a dolarizar? Si ya logramos funcionar, ¿nos vamos a quedar con la rigidez del tipo de lo que implica la dolarización?”, añade la economista.

En el mismo sentido, Gabriel Caamaño, director de la consultora Ledesma, señala que para que un esquema tan restrictivo como la dolarización -que hace que la Argentina renuncie a su política monetaria y dependa de lo que decida la Reserva Federal, algo así como el banco central estadounidense- funcione, primero hay que encarar esas reformas, porque, caso contrario “la economía va a absorber todos los shocks con recesiones y saltos en la deuda que después te llevan a crisis de deuda”.

Dolarizar genera una ilusión de mayor credibilidad. (Foto: NA/PABLO LASANSKY)
Dolarizar genera una ilusión de mayor credibilidad. (Foto: NA/PABLO LASANSKY)Por: PABLO LASANSKY | NA

“Todas esas reformas que necesitamos hacer se vuelven mucho más necesarias si vas a dolarizar. Al punto que, si no las hacés antes o de entrada, dolarizar se puede volver una muy mala idea”, sigue: “El argumento de que dolarizar o adoptar rigideces monetarias va a forzar las reformas tiene muchos contraejemplos, incluso propios: los ‘90 en la Argentina y Ecuador son algunos”, apunta, escéptico, el economista.

“Dolarizar genera una ilusión de mayor credibilidad al imponer la idea de que ‘ahora no hay salida’, pero si no hacemos las reformas esto termina peor. Ya pasó: pusieron la rigidez y no se hicieron las reformas con la profundidad y la secuencia suficiente”, dice, por la convertibilidad en la Argentina.

Segundo riesgo: la rigidez que implica un esquema así. En este escenario, la Argentina tiene que seguir las decisiones de política monetaria de Estados Unidos. “La relación, entonces, en base a la tasa de interés y las decisiones de política monetaria de la Reserva Federal, va a ser la relación del dólar versus otras monedas, como el euro, el yuan y el real brasileño, las monedas con las que la Argentina comercia”, explica.

Entonces, si el dólar se aprecia -o dicho de otro modo, se fortalece en el mundo- cuesta ganar competitividad (es decir, los productos de la Argentina se encarecen en relación con los brasileños, por ejemplo). “Muchas veces, esa apreciación del dólar coincide con la caída de precio de commodities [producto estrella de la economía argentina, como la soja y el maíz], y eso también impacta en las exportaciones argentinas”, señala.

Dolarizar haría que la Argentina pierda margen de acción ante shocks

Dolarizar implicaría que la Argentina tenga rigidez de precios y salarios. Esto es, que estas variables no ajusten rápidamente a pesar de cambios en la economía. “Lo que ajusta, entonces, es la actividad económica: algo como lo que pasó a mediados del ‘98 y hasta 2001, que tuvo un fuerte periodo de recesión y alto desempleo”, precisa Castiglioni. Un cambio de ciclo exportador, entonces, generaría complicaciones internas.

En otras palabras, la Argentina pierde márgenes de acción ante shocks. (Foto: Adobe Stock)
En otras palabras, la Argentina pierde márgenes de acción ante shocks. (Foto: Adobe Stock)Por: Adobe Stock

En otras palabras, la Argentina pierde márgenes de acción ante shocks. “Si de pronto Brasil devalúa para ganar competitividad, no tenés forma de abaratar tus bienes de otra manera que no sea bajando fuerte los salarios de la gente o reduciendo impuestos, para lo cual necesitás bajar muy fuerte el gasto. Ajustás vía cantidades -recesión y empleo- y no vía precios -con tipo de cambio-”, advierte Paolicchi.

A modo de conclusión, el economista indica que la dolarización puede ser muy atractiva al ingreso, porque baja rápido la inflación, pero suele ser traumática después, “porque nunca se encuentran los incentivos políticos para salir a tiempo”: los costos son inmediatos y los beneficios mediatos, cierra el economista.

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