Darío se reencontró con sus hijos en Gran Hermano y no pudo aguantar las lágrimas de emoción: “Estoy muy orgulloso”

Darío Martínez Corti pasó un emocionante momento al recibir la visita de Fran y Victoria en Gran Hermano a modo de congelados y no pudo aguantar las lágrimas al verlos llegar.

martes 30/04/2024 - 9:16
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Esta vez fue el turno de Darío de recibir a un familiar en el juego de congelados de Gran Hermano, aunque tuvo la suerte de recibir a dos de sus cuatro hijos. De esta manera, no pudo aguantar el llanto delante de sus compañeros al emocionarse, indica Radio Mitre.

La visita para Darío Martínez Corti fue en dos tramos, dado que en la primera ocasión, entró Francisco a saludar a su padre dentro del certamen de Telefe. Luego llegó Victoria, a quien ni siquiera esperaba, dado que hasta ya había hablado con Santiago del Moro agradeciendo por esta situación, por lo que fue una sorpresa total para él.

La entrada de Francisco, el hijo de Darío, al “Congelados” de Gran Hermano

Pancho, como lo llama tiernamente Darío, entró al patio y el participante de Gran Hermano se dio cuenta inmediatamente de que se trataba de un regalo especial para él, por lo que ya soltó las primeras lágrimas. Luego de saludar a cada uno de los integrantes que estaban inmóviles, se fundió en un abrazo con su padre.

“Estoy muy orgullos de vos”, le remarcó el joven que pedía que no se moviera en lo más mínimo. “Te juro que es increíble esto, pa. Estás aprovechando tu momento, después de todo lo que hiciste con tu familia, con tus hermanos, ahora a nosotros y te veo disfrutando así en esta casa hermosa, no lo puedo creer”, soltó acerca de su pasado.

Luego, miró a los hermanitos y les remarcó lo que significa para él: “Este tipo estuvo ayudando a su familia toda su vida y ahora lo tenemos acá, aprovechando su momento”. También insistió en que ingresó a una “casa bastante picante” y al momento de despedirse soltó su pasión: “Aguante Boca”.

La entrada de Victoria, la hija de Darío, a Gran Hermano

Cuando el oriundo de La Plata ya se había secado las lágrimas, volvió a romper en llanto nuevamente al ver que minutos más tardes llegó su hija Vicky, quien lo abrazó fuertemente. “Te quiero tanto, no te muevas, eh”, le expresó.

Para su tranquilidad, le advirtió que estaba “orgullosa” de él y le reclamó su entrega con la familia: “Estoy feliz, después de todo lo que hiciste por nosotros tanto tiempo, estás haciendo esto por vos y por primera vez que haya priorizado”.

También le avisó que tenga cuidado con los liderazgos y los golpes que se dio: “Cuídenmelo… no hagas bolud… en las pruebas que después te vas a caer otra vez. A vos con lo que te gusta competir. No sos el Chino que se gana todo”.

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