Se fue con la cabeza en alto. En Mataderos, superó a la Cerveza pero no le alcanzó y vuelve a la B Nacional. Su gente lo despidió copando la cancha.
Tardó 20 partidos en lograr la primera victoria en la máxima categoría del fútbol argentino, a la que volvió luego de pelearla abajo. Sobre el cierre de este torneo de 30 equipos, Chicago hilvanó cinco triunfos al hilo para irse, sí, porque vuelve a la B Nacional, aunque con la frente bien en alto. El 2-1 sobre Quilmes en Mataderos no le alcanzó al Torito para salvarse, pero se despidió como debía, sin bajar los brazos, corriendo, metiendo. Y su gente, que copó Mataderos, armó una fiesta que no frenó la tormenta ni el descenso.
Fueron 12 minutos de gloria, en los que Belgrano pirateó en Parque Patricios y, sumado al gol de Gagliardi en Mataderos, obligaba a jugar un desempate entre Chicago y Huracán. Del gol de Zelarayán al Globo al empate de Braña para Quilmes, que volvió a poner al Torito en la zona roja. Para colmo, al minuto, el Chiqui Pérez, en contra, le dio más que aire al Ducó. Llegó la tormenta, el apagón en Temperley, el problema de la TV y el suspenso duró más de lo esperando…
En el ST, y con un hombre más por la roja a Uglessich a los 36′ del PT, Chicago fue por el triunfo que le daba media vida y lo logró. Baldunciel buscó a Carrasco y a cobrar: 2-1. Al toque, como para incentivar más a su gente, entró Gomito Gómez, 10 y emblema de Mataderos. Pero eso fue todo. Ganó, pero perdió la categoría.
Los 19 partidos sin ganar le pasaron factura. La ilusión nació con cuatro victorias en fila. Sin embargo, la realidad es el descenso, la palabra tan poco deseada. Con respecto a Quilmes, irá a la Liguilla pre-Sudamericana, en donde tiene la localía asegurada.
