Alquilaba el vientre y dio a luz a 13 bebés

Carole Horlock es una mujer que alquiló su vientre y es conocida como «la más prolífica del mundo» después de tener 13 bebés para otras parejas. Pero lo que supone felicidad por poder superar algún impedimento de gestación, tiene un capítulo oscuro en su vida: uno de los hijos que tuvo resultó ser de su propio marido.

sábado 21/01/2023 - 11:29
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Carole dio a luz al bebé de 4 kilos en junio de 2004 por subrogación de vientre, creyendo que era el hijo de otra pareja, creado a partir de su óvulo pero con el esperma del marido de la otra mujer.

Sin embargo, la pareja llevó a cabo una prueba de ADN seis semanas después del nacimiento y descubrió que el bebé era de Paul, el esposo de Carole, publicó Clarín.

Ante semejante escenario de angustia y desconcierto, Carole y Paul acordaron que aún podían adoptarlo. Pero quedó devastada cuando se rompió el contacto con la otra pareja y ahora confiesa. «No dejo de pensar en él».

En la actualidad, la mujer oriunda de la región de Essex, Inglaterra, está en el Registro de contactos de adopción con la esperanza de que él quisiera conocerla cuando cumpla 18 este año.

Carole, cuyo logro se inscribió en el Guinness World Records, explica: “Estoy inmensamente orgullosa de mi carrera como madre subrogada y de tener 13 bebés que son amados por sus familias».

Y admite: “La subrogación me ha traído a mí y a las familias a las que ayudé una alegría inconmensurable, pero también me llevó a los momentos más oscuros de mi vida».

Más allá de lo maravilloso que significa el acto en sí, remarca que existe un lado sombrío cuando las cosas salen mal: «angustia, montaña rusa de emociones y un sabor devastador”.

Gestado por accidente en un acto de amor
El caso del bebé de Carol y Paul, hoy de 55 y 69 años, fue su novena experiencia. “Este niño pequeño fue gestado accidentalmente con un acto de amor entre mi pareja y yo», cuenta en el periódico Mirror.

Asegura que no lo sabía nada cuando lo entregaron, y al momento de enterarse y replantearse la situación al final decidieron dejar que se lo quedaran.

“La gente me pregunta cómo pude entregar este bebé si era mío, pero muchos de los bebés sustitutos que he dado han sido míos biológicamente», resalta Carol.

“La diferencia era que este niño también era de Paul. Ni un solo día dejamos de pensar en él. Vivimos con la esperanza de que esté pendiente de nosotros y, cuando cumpla 18 años, quiera vernos”, insiste sobre su objetivo.

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