El Bodeguero sumó su primera victoria en el certamen y su quinta en ocho visitas al Monumental, donde se impuso por 2 a 1 esta noche.
Pensando en los partidos del domingo frente a Rosario Central y en el del jueves próximo ante Trujillanos, por la copa Libertadores, Marcelo Gallardo optó por preservar a la mayoría de los futbolistas titulares.
En ello influyó la propuesta de Godoy Cruz, que no se vio intimidado por el escenario y el rival y planteó un partido inteligente, favorecido por la temprana ventaja.
A los 10 minutos, Guillermo Fernández bordó una gran jugada, dejando hombres en el camino desde el centro hacia la izquierda, y cedió al corazón del área para Santiago García. El toque del uruguayo fue repelido por Marcelo Barovero, pero en el rebote Diego Viera empujó a la red.
La ventaja cargó de presión a River y le dio una tranquilidad extra a la visita, que explotó a fondo el contragolpe y tuvo varias ocasiones para aumentar.
A los 18 García combinó con Jaime Ayoví, pero el ecuatoriano perdió en el cara a a cara con Barovero. Cuatro minutos después, Ayoví peinó tras un lateral al área, García ganó la espalda de los defensores y definió apenas desviado.
El panorama del equipo de Gallardo, ya opaco, se oscureció aún más debido a la expulsión de Leonardo Pisculichi, quien a los 31 derribó desde atrás a Guillermo Fernández y se hizo acreedor a la tarjeta roja de Germán Delfino.
Sin embargo, en su peor momento River alcanzó la igualdad con una pincelada de Gonzalo Martínez, quien a los 39 minutos recibió en la medialuna y casi sin recorrido para su pie sacó un zurdazo que se clavó en el ángulo derecho del arco de Rey.
El ingreso de Andrés D’Alessandro (volvió a jugar en el Monumental con la camiseta de la banda roja tras 12 años, 7 meses y 12 días) le dio más dinámica y fluidez a la ofensiva. Así, el local tuvo su mejor momento en el partido y acarició el segundo. A los 24, una palomita de Arzura se encontró con el travesaño.
Sin embargo, la noche no era para River. En una jugada en mitad de cancha, D’Alessandro sintió una molestia muscular fuerte que lo hubiese obligado a salir, de no ser porque Gallardo ya había agotado los cambios.
Y si hacía falta una muestra más, a los 38 minutos Gabriel Carabajal, quien había ingresado por Fabrizio Angileri, encontró un balón suelto a 30 metros del arco de Barovero y se jugó un pleno con un bombazo que se clavó en el ángulo izquierdo y enmudeció a todos en Núñez.