El gobernador Mario Das Neves buscará ponerle un “moño” esta semana a su plan para crear una empresa provincial de energía, capaz de asociarse a los capitales que están dando vueltas alrededor del país y meterse de lleno en los negocios energéticos, posiblemente el déficit estructural más grande y millonario que tiene la República. La designación del presidente tiene la arquitectura típica de las jugadas provocadoras de Das Neves. El radical Carlos Lorenzo, último candidato a gobernador del radicalismo y de Cambiemos, es el “Plan A”. Y el diputado del Frente para la Victoria Javier Touriñan, es el “Plan B”.
El Gobierno Nacional tiene grandes planes energéticos. También Chubut. Y no son pocos los intereses que se mueven alrededor de la energía. Es lo que desde Arroyo Verde hasta el límite con Santa Cruz y de mar a Cordillera llaman “los negocios”. Das Neves controla y los mira de reojo, pero avanza en sus planes.
De esta forma, el asunto inmediato no está en la energía convencional sino en las renovables. Consiste en “colarse” en los beneficios impositivos de una Ley que sancionó Cristina en octubre del año pasado que y reglamentó Macri este año, la 27191, un plan de energías renovables detrás del que hay muchas caras conocidas y que ha provocado la preocupación de Pymes y potenciales inversores nacionales y locales, porque el piso de generación e inversión es muy alto, de acuerdo a la licitación del plan RenovAr.
Independientemente de este marco general, la decisión política de Das Neves es la de jugar fuerte en el negocio energético. Pero queda por definir los actores, y el formato.
En este marco, se empezó a hablar del presidente de la empresa de energía antes de discutir qué tipo de empresa se tendrá. Este último aspecto quedó en la cabeza del jefe de gabinete Víctor Cisterna, de la mano de una posible asociación con Nación.
La designación del presidente tiene la arquitectura típica de las jugadas provocadoras de Das Neves. El radical Carlos Lorenzo, último candidato a gobernador del radicalismo y de Cambiemos, es el “Plan A”. Y el diputado del Frente para la Victoria Javier Touriñan, es el “Plan B”. Esto último es todo un dato político en sí mismo. Touriñan fue una de las espadas políticas del primer dasnevismo, en la Legislatura. Luego pasó de ser candidato a vicegobernador del Nuevo Espacio, detrás de Carlos Eliceche; de allí pasó a ser ministro de Buzzi cuando el ex gobernador abrazó al kirchnerismo, y ahora preside el bloque de diputados del FpV. “Déjame pensarlo unos días”, habría dicho Touriñan cuando le llegó la oferta del dasnevismo.
Todo ocurrió después de unas declaraciones de Touriñán en El Chubut. Le habían preguntado por la posible designación de Carlos Lorenzo al frente de la empresa provincial de energía, y dijo: “A mi modesto entender, me parece que debería darse un perfil más técnico para la conducción”. Cuentan que Das Neves vio allí la posibilidad de un “Plan B”, ante los condicionamientos políticos que tiene Carlos Lorenzo para asumir en el gobierno de Das Neves. Y mandó a ofrecerle a Touriñan, que es ingeniero, la conducción del plan estratégico más importante que tendrá la provincia en estos años: la conducción de su propio programa energético.
Así las cosas, Javier Touriñan deberá ahora pasar en el FpV por la “molienda” interna que le tocó a Lorenzo en su propio partido. El bloque radical y los dirigentes de la UCR le pusieron todo tipo de trabas al ex candidato a gobernador radical, aunque en el Gobierno aún no lo descartan.
Dicen que el mensajero es el mensaje. Lorenzo quiere realmente asumir el desafío de conducir la política energética, sabiendo que será Das Neves quien se reserve las decisiones principales. Pero hay un problema de “formatos” que no es menor. Y hay varios trabajando en una suerte de “bypass” que neutralice las embestidas del radicalismo. El plan consiste en reformar el objeto de la empresa Vientos de la Patagonia SA, una sociedad creada en 2006 cuando Das Neves transitaba su segundo mandato y Kirchner era presidente.
El socio principal de esta firma es la petrolera estatal Enarsa con el 80% del paquete accionario, y de hecho las oficinas de Vientos de la Patagonia SA están allí, en la Avenida del Libertador. Chubut tiene el 20% de esta firma. Cuando fue creada, el presidente de Enarsa era Exequiel Espinosa, un hombre de Julio De Vido con raíces en Comodoro Rivadavia y uno de los pocos que pudo escapar del escándalo de la valija de Antonini Wilson, ya que viajó en aquel famoso vuelo entre Caracas y Buenos Aires el 4 de agosto de 2007.
Historia al margen, ahora esta empresa es regenteada por las nuevas autoridades nacionales. “Esta es una empresa nacional en rigor. Si Lorenzo va allí, es un cargo de Cambiemos, no debería hacer ruido en el radicalismo”, dijo una fuente.
Vientos de la Patagonia SA ya ha trabajado en Chubut con la firma NGR, la empresa cuyo representante es el ex ministro de Economía Ismael Retuerto, con quien el ex gobernador radical Carlos Maestro está trabajando en tándem. Es alrededor de estas fórmulas que se busca la llegada de Lorenzo al Gobierno de Das Neves. “Una cosa es que Carlitos sea designado por Das Neves, y otra por Macri”, dicen los radicales.
Mientras tanto, en el dasnevismo deshojan la margarita. Hoy habrá una reunión entre el jefe de gabinete Víctor Cisterna y Lorenzo. Cisterna es quien iría a Buenos Aires esta semana a mantener reuniones y a hacer arqueología de papeles en Enarsa, para analizar todo este asunto.
El objeto social de Vientos de la Patagonia SA le permitiría a Das Neves hacer casi todo lo que quiere con sus planes energéticos, pero sólo respecto de las energías renovables. Para meterse con la generación térmica, fósil, o convencional, habría que modificar el estatuto y eso sólo puede hacerlo la mayoría del Gobierno nacional. En verdad, son ecuaciones muy complejas. “Es mucho más fácil hacerlo local, la manejamos nosotros, y lo ponemos a Touriñán”, dijo una fuente dasnevista.
Antes de todo esto, hubo una reunión previa entre Pablo Korn y Carlos Lorenzo, semanas atrás. Pero sólo se habló del marco general, y no de los detalles que están en manos de Cisterna. En el medio hubo quien recordó que Lorenzo fue uno de los impulsores del “Impuesto al viento” para las inversiones eólicas.
