Es la historia de Marcia Almeira Sanhueza, defensora de Río Mayo. «Llegué a odiarme a mí misma», sentenció la zaguera, que encontró en el fútbol un refugio. Integró el plantel del equipo que ganó el título en la Liga Norte de Santa Cruz en 2021. «Fue una revancha por todo lo que sufrí», agregó.
Por Francisco Caputo para Jornada
El bullying es un infierno para quien lo padece. Es un auténtico martirio. Y en
determinadas ocasiones, puede haber desenlaces nada felices.
Marcia Almeira Sanhueza, defensora de Río Mayo, lo padeció. “Llegué a odiarme a
mí misma”, sentenció. Pero la vida supo recompensar su resiliencia. Encontró en
el fútbol un soporte clave para lidiar con la situación.
Los hechos fueron encadenándose. Y el año pasado, concretó una bella
satisfacción personal. En su primera experiencia oficial, se proclamó campeona
de la Liga Norte de Santa Cruz con “Las Leonas” riomayenses. “El título fue una
revancha por todo lo que sufrí; en parte es así”, describió.
Esta historia puede narrarse en cualquier momento del año. Pero hacerlo en el
contexto del Día Internacional de la Mujer le da un cariz diferente.
El inicio
Marcia, de 23 años, es oriunda de Ricardo Rojas, localidad rural cercana a Río
Mayo. Allí empezó el maltrato. “Sufrí bullying cuando era chica y adolescente
en la escuela. Era una chica que engordaba y adelgazaba, no tenía un punto. Me
molestaban con eso”, le indicó a Jornada. “Fue muy difícil la verdad, no se lo
deseo a nadie”, narró.
El fútbol se convirtió en uno de sus cables a tierra. Lo empezó a jugar con su
abuelo materno. “Mi pasión por el futbol empezó de muy chica. Empecé a jugar
con mi abuelo José. Y a los 8, 9 años, comencé a entrenar con Alberto Correa,
un gran maestro”, expresó la defensora.
El placer
“Jugábamos con los varones porque no éramos muchas niñas. Solíamos viajar a Río
Senguer para jugar partidos. Así empezó mi amor por el fútbol”, narró.
“Después de un tiempo armamos un equipito para jugar en salón con chicas de mi
pueblo para salir a jugar a los pueblos cercanos”, describió.
“El fútbol es espectacular. No hay día que no lo juegue, ya
sea con varones o mujeres. Cuando juego se me olvidan todos los problemas y los
miedos”, explicó. “Al jugar, me concentro en jugar y en disfrutar”, añadió.
“Algún que otro episodio de machismo tuve que soportar. Perolas mujeres tenemos
el mismo derecho de jugar al fútbol que los hombres”, disparó.
Fútbol mata bullying
El fútbol, además de darle bienestar físico y mental, le dio una amistad
crucial a Marcia. Esas amistades le permitieron combatir el bullying que sufría.
“Me hice amiga de Tamara Pavez en la escuela. Cuando se fue,
sufrí mucho”, puntualizó. Pero luego nos hicimos amigas de Belén, hija de mi
primer DT y compañera de fútbol. Somos como hermanas”, comentó. “Con Tami (sic)
pese a la distancia, seguimos en contacto”, narró
En Río Mayo
En 2018, partió a Río Mayo. “Ya viviendo en el pueblo. Me convocaron para
integrar un equipo de futsal, llamado Las Sureñas. Ahí estuve por dos años.
Después jugué en otros equipos. Además de fútbol, siempre jugué futsal”, enumeró.
El fútbol 11 oficial era una deuda pendiente que Marcia tenía. Pero había un
problema: la ausencia de Río Mayo a una liga afiliada a la AFA. Como se ha
contado en este espacio, la petición del “León” no era aceptado en las ligas
oficiales de Chubut con el pretexto de las largas distancias.
La lucha del club
Tras una lucha de 77 años, el “León” pudo incorporarse al fútbol formal en
2021. Lo hizo en la Liga Norte de Santa Cruz. Allí compite en la Subsede
Noroeste, con equipos de Los Antiguos y Perito Moreno. Con el respaldo de Pablo
Toviggino, presidente del Consejo Federal, y de Javier Treuque, secretario
general del CF, el pueblo pudo cumplir su sueño.
Esto le cambió la vida a muchos hombres, mujeres, pibes y pibas. Entre ellos, a
Marcia.
Consumada la afiliación, se abrieron las pruebas para
integrar los planteles del club. «En 2020, ya se hablaba mucho de la
posibilidad concreta de afiliación del club. Y cuando surgió la chance de
sumarse al equipo femenino ese año, no lo dudé. Fui a anotarme”, resaltó la
zaguera.
“Este grupo de mujeres es lo mejor que me ha tocado. Gracias a ellas se me fue
esa timidez social que tenía. Son buenísimas conmigo”, sentenció. “Con 2 de
ellas forme un vínculo amistoso enorme: Marianela Zárate y Sabrina Brítez”,
indicó.
Tuvo que hacer un sacrificio, dado que ella hace poda de yuyos de 8 de la
mañana a 2de la tarde, de lunes a viernes. Trabajar antes de entrenar provoca
un desgaste físico indudable. Pero Marcia, quien vive con su madre Gladys y su
hermano Tiago, logró compatibilizar todo.
La gloria
Tras la pretemporada, comenzó el torneo oficial, cuyo inició se demoró por la
pandemia.
Marcia estuvo presente en el triunfo por 3-1 ante Estrellas Unidas en Los Antiguos el domingo 10 de octubre de 2021. Fue el puntapié inicial para el título logrado el 11 de diciembre ante Urbano, en Perito Moreno.
“La verdad es que se vivió el título con mucha emoción, con
mucha alegría y con muchos llantos; nunca había jugado en un club y haber
salido campeonas el primer año es algo único la verdad”, enfatizó. “Con el
equipo de Primera de varones, está todo más que bien”, enfatizó.
El futuro
Río Mayo comenzó a prepararse para su segundo torneo oficial. Y el futuro es
promisorio para Marcia y el club. Pero ella no pierde la vista en el próspero
presente.“Me permito disfrutar el momento. Es muy lindo todo esto. Me lo
merezco”, concluyó.
Esta es la historia de Marcia Almeira Sanhueza, la joven que le ganó al bullying por goleada y se proclamó campeona.
Los agradecimientos de Marcia
Gladys Sanhueza (madre) y Aldo Almeira (padre)
Tiago Almeira de 20 años y Denis Almeira de 12 años (hermanos)
José Sanhueza † y Josefa Polanco † (abuelos maternos)
Elsa Castillo (abuela paterna) y Ubaldo Almeira (abuelo paterno) †
Alberto Correa † , su primer DT
Mariano Moreira, presidente de Río Mayo y el resto de la comisión directiva del
club
Compañeras y cuerpo técnico de Río Mayo
Municipalidad de Río Mayo
Todas sus amigas