Seis claves sobre la droga inyectable para la obesidad que estará disponible en Argentina

La inminente aprobación del fármaco para el descenso de peso en el país brinda un nuevo escenario para el tratamiento de esta condición. Cuáles son los reparos para su administración, según expertos de Harvard, Clínica Mayo y Monte Sinaí

lunes 07/08/2023 - 11:55
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La obesidad es causada por “una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud”, según define la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, esta condición tiene aristas más profunda, ya que se trata de una enfermedad multicausal, que es considerada como una epidemia y un problema de salud pública global, indica Infobae.

Siguiendo con los datos del Ministerio de Salud, en Argentina «6 de cada 10 adultos presenta exceso de peso», siendo que «en niños y niñas en edad escolar, el 30% tiene sobrepeso y el 6% obesidad». A mediados de 2022, la OMS advirtió que «las tasas de obesidad han alcanzado proporciones de epidemia en toda Europa y continúan en aumento», ya que «cerca de tercios de los adultos, el 59% y casi uno de cada tres niños, el 29% y el 27% de las niñas, viven con sobrepeso o son obesos».

Ante este panorama, la ciencia puso el foco en esta realidad y, además de recomendar un abordaje terapéutico integral, comenzó a analizar nuevas drogas para tratar esta condición, las cuales fueron autorizadas en distintas partes del planeta.

En Argentina, la droga semaglutida hasta el momento, solo estaba autorizada en su presentación comercial Ozempic™ para pacientes con diabetes tipo 2. Sin embargo, ahora también podría ser inminente la aprobación de la droga inyectable para tratar la obesidad por parte de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), aunque aún no fue oficializado mediante el Boletín Oficial.

Este fármaco, denominado comercialmente como Wegovy™, es calificado como un cambio en el paradigma de los tratamientos para la obesidad, tanto por su practicidad como por su eficacia, ya que la semaglutida, diseñada originalmente para controlar la diabetes tipo 2, demostró ser eficaz también en el descenso de peso.

1- Desde la aprobación de la FDA hasta el inminente aval de la ANMAT

Las noticias sobre este fármaco comenzaron a circular en junio de 2021. La Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos avaló su administración mediante prescripción médica en personas con obesidad, y en ciertos casos, para sobrepeso con pacientes con comorbilidades.

“La aprobación de hoy ofrece a los adultos con obesidad o sobrepeso una nueva opción de tratamiento beneficiosa para incorporar en un programa de control de peso”, precisó John Sharretts, médico endocrinólogo y subdirector de la División de Diabetes, Trastornos de los lípidos y Obesidad en el Centro de Evaluación de Medicamentos de la FDA, al momento del anuncio.

En ese momento, consultado por el tema, el doctor Alberto Cormillot (MN 24.518), había explicado: “Se tratan de los primeros medicamentos que controlan el apetito y aumentan la saciedad. La medicina no tuvo medicamentos de este tipo hasta el año 2000”. Posteriormente, distintos entes reguladores del mundo avalaron este fármaco y otros de acción similar para tratar esta condición.

Según detallaron desde la FDA, este fármaco, cuyo componente es la semaglutida (2.4 mg) está aprobado para administrarse una vez a la semana a pacientes adultos con control de peso crónico, con al menos una afección relacionada con el peso (como presión arterial alta, diabetes tipo 2 o colesterol alto), para su uso junto con una dieta baja en calorías y una mayor actividad física.

Ahora, a la ya autorizada Ozempic™, para pacientes con diabetes tipo 2, se le sumará Wegovy™, según señalaron fuentes de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT ) de la Argentina, quienes revelaron que fue autorizada en el país para el tratamiento de la obesidad, aunque aún no fue publicado en el Boletín Oficial.

2- Cómo funciona

La droga fue diseñada originalmente para el tratamiento de la diabetes tipo 2, comercializada bajo el nombre Ozempic™ (en dosis inyectables de 0,25; 0,5 y 1 miligramo).

Luego también fue aprobada para el tratamiento de la obesidad, comercializada bajo el nombre Wegovy™ (semaglutida inyectable de 2,4 mg) en Estados Unidos, Europa y varios países de Asia.

La semaglutida tiene efectos similares a los de la hormona humana GLP-1 (péptido 1 parecido al glucagón), la cual se encuentra en el páncreas y aumenta la capacidad de respuesta ante los cambios en la glucemia. Siendo que la semaglutida -que imita a esta hormona- incentiva al cuerpo a generar más insulina, la cual contribuye a disminuir los niveles de glucosa. Pero también influye en el deseo de comer y la sensación de saciedad, propiciando una menor ingesta de alimentos.

En palabras de Cormillot, la semaglutida es un “análogo”, porque “es parecido a algo que produce el cuerpo”, de la hormona GLP1 que “produce el organismo cuando uno come”. “La GLP1 regula el apetito. Cuando uno empieza a comer, al poco tiempo hace que uno deje de comer”, precisó. Las dos presentaciones de la semaglutida, Ozempic™ y Wegovy™, son desarrollos del laboratorio Novo Nordisk.

“Tiene dos efectos, regula el apetito y regula la cantidad de azúcar que hay en la sangre. Tiene la propiedad de estimular al páncreas para que produzca más insulina. Además, las células del páncreas, que son las que fabrican insulina, que se han muerto o adormecido empiezan a revivir y hay más células del páncreas resolviendo el tema del aumento del azúcar, la hipoglucemia”, señaló Cormillot en declaraciones recientes a Infobae.

3- Para quiénes está aprobado este fármaco

Tanto en la Argentina, donde se espera una aprobación, como en otras partes del mundo, este fármaco está destinado a un grupo específico de pacientes. Es que Wegovy™ está indicado para adultos con un índice de masa corporal (IMC) inicial de superior a 30 (obesidad), o entre 27 y 30 (sobrepeso) en presencia de al menos una comorbilidad relacionada con el peso, por ejemplo, alteraciones de la glucemia (prediabetes o diabetes mellitus tipo 2), hipertensión, dislipidemia, apnea obstructiva del sueño o enfermedad cardiovascular.

En este contexto, fuentes de la ANMAT revelaron que la autorización del fármaco tiene sus especificidades: debe ser prescripto junto con un plan de alimentación de bajas calorías y un incremento del ejercicio físico para controlar el peso corporal.

4- Cómo debe administrarse

Según la FDA, su administración, mediante una inyección subcutánea, es bajo prescripción médica precisa.

Asimismo, se establece respetar la dosificación indicada por el médico a cargo del tratamiento. Asimismo, la dosificación debe ser progresiva, por eso este fármaco se distribuye en cinco dosis diferentes: en el primer mes los pacientes se aplican una dosis de 0,25 mg una vez a la semana y aumenta la dosificación cada 4 semanas hasta llegar a la dosis completa de 2,4 mg.

En ese sentido, Cormillot aclaró que “el fármaco se aplica una vez por semana a través de una inyección subcutánea”. “Es como la insulina, viene en una jeringa que es autoadministrable”, concluyó.

5- Efectos secundarios y los reparos de los expertos

A medida que el fármaco fue ganando popularidad, expertos comenzaron a evidenciar algunos reparos. La doctora Meera Shah, endocrinóloga de la Clínica Mayo y la doctora Laurie A. Keefer, psicóloga académica de la salud y directora de la Investigación Psicoconductual de la División de Gastroenterología en el Monte Sinaí, detallaron los efectos segundarios más comunes: náuseas, dolor de estómago, estreñimiento, diarrea y vómitos.

Estos signos fueron refrendados por la doctora Shah, quien aseguró que “estos efectos secundarios a veces pueden mejorar con el tiempo pero, al menos el 10% de los pacientes que comienzan con estos medicamentos tienen que dejarlos porque los efectos secundarios no mejoran”. Siendo que el síntoma más común son las náuseas, seguidas de dolor abdominal, estreñimiento y diarrea.

“Las náuseas constantes y el dolor abdominal son una realidad desagradable. El estómago y el cerebro están tan conectados que los problemas intestinales pueden provocar estrés, ansiedad y depresión; es lo que se conoce como la ‘conexión intestino-cerebro’”, agregó la experta.

Por su parte, Keefer aseguró que “el dolor abdominal crónico y los síntomas digestivos impredecibles, como náuseas, diarrea, plenitud o estreñimiento, pueden afectar significativamente su estado de ánimo y sus niveles de energía”.

“La ansiedad acerca de cuándo y dónde se presentarán los síntomas también puede conducir a la evitación de actividades sociales, debido a que el cerebro y el intestino están tan conectados, los síntomas emocionales pueden a su vez empeorar los síntomas gastrointestinales creando un círculo vicioso”, recordó.

6- Cambios en el estilo de vida: las recomendaciones de los expertos

Esta nueva generación de fármacos no es una fórmula mágica, advierten los expertos. En ese sentido, especialistas de la Universidad de Harvard destacaron la importancia de adoptar una alimentación con menos productos procesados y ultraprocesados, y más frutas, verduras, entre otras comidas. Además, puntualizaron sobre la importancia de aumentar la actividad física, ya que son acciones que no deben dejarse de lado para resolver el problema de la obesidad.

Walter Willett, catedrático de Nutrición de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, consideró que hay dos caminos por delante: nuevos fármacos que ayudan a las personas con obesidad grave a perder cantidades significativas de peso, elevando las posibilidades de éxito en los enfoques basados en el estilo de vida; y fármacos para contrarrestar hábitos poco saludables que mantienen y que pueden haber contribuido al problema.

“En este camino, la salud de la población seguiría siendo mala porque los buenos estilos de vida contribuyen al bienestar de muchas maneras no relacionadas con el control del peso”, agregó.

Fatima Cody Stanford, especialista en obesidad del Hospital General de Massachusetts y profesora asociada de medicina y pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, contó que, para la mayoría de los pacientes con obesidad grave, las estrategias de estilo de vida no son suficientes.

Es por eso que resaltó que estos nuevos medicamentos, si se combinan con una cirugía bariátrica, son herramientas con la potencia adecuada para abordar un problema de salud que, como se ha demostrado, conlleva un mayor riesgo de afecciones potencialmente mortales como la hipertensión, la diabetes y el hígado graso.

Aunque aclaró que hay que considerar los efectos adversos y si corresponden para cada paciente. En ese tono se expresaron otros expertos, quienes advirtieron sobre los riesgos de abandonar los esfuerzos por comprender las raíces de la crisis de obesidad. Según resaltaron, solo si se realizan cambios en el estilo de vida, la dieta y los niveles de actividad se podrá invertir el aumento de la obesidad, la diabetes y otras enfermedades asociadas.

David Ludwig, especialista en obesidad del Centro de Prevención de la Obesidad de la Fundación New Balance del Hospital Infantil de Boston y profesor de pediatría en la Facultad de Medicina de Harvard y de nutrición en la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, afirmó: “Más allá de intervenciones genéricas como hacer más cómoda la actividad física, debemos adoptar un enfoque más sofisticado para investigar los efectos biológicos de la dieta».

«El conocimiento de estos efectos, combinado con métodos conductuales intensivos, podría informar el diseño de alternativas eficaces a los fármacos y la cirugía para la prevención y el tratamiento”, cerró.

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