Marisa Mellao, dirigente barrial y fundadora del Club Social y Deportivo Favaloro de Comodoro, aseguró que el femicida detenido en su barrio fue capturado a partir de una investigación policial en la que colaboró y brindó datos. Se trata de Antonio José Castellanos, que era buscado por el crimen de Sabrina González en noviembre de 2014 en Virrey del Pino, La Matanza.
Mellao cuestionó que se haya ventilado información privada y se haya manipulado el nombre de la institución, por lo que plantea cobrar la recompensa de $ 5 millones para ser destinado a la institución, creada hace seis años y que compite en la Liga Costa Austral y la Asociación de Veteranos. “Habiendo expuesto la Justicia el nombre de la institución sin mi consentimiento, del mismo modo debería dársele el pago de la recompensa al club”.
Negó los rumores que la vinculan con la persona que buscaba la Policía Bonaerense desde hace nueve años. Se identificaba como Carlos Vega pero su nombre real era Antonio Castellanos. Se ocultaba por el femicidio.
“Esta persona no residía en el Favaloro sino en el barrio Centenario en un lugar que usurpaba en una reserva natural. Los vecinos cuestionaron que se tenía un asesino en el sector y no lo estábamos sabiendo”.
Sostuvo que no era socio del club Favaloro, sino que se lo fichó y estuvo tres meses a prueba. “Al no responder los requerimientos de la Liga y no presentar la documentación que se requiere, se lo expulsó del club. Me llamaba la atención que hubiera una menor de por medio y que nunca registrara el apellido. Su hija lleva el apellido de su pareja”, sostuvo Mellao.
“Una persona hizo alusión a que yo era la pareja de esta persona y que lo tenía escondido en mi domicilio. Me provocó un daño muy grande porque yo tengo mi familia. Hay una falta de respeto porque si uno aporta datos, lo correcto es que te cuiden”, sostuvo la dirigente que denunció la situación ante la Policía hace más de un año y medio; colaborando activamente con el oficial Patricio Rojas de la Brigada de Investigaciones.
Mellao expresó su malestar ante la exposición del club. Ningún funcionario se contactó para resguardar siquiera en el manejo de la información. “Fui quien lo denunció, se cruzaron datos y por eso, obvio mencionar a otras personas. Al club le están ocasionando un daño; la persona está detenida y la causa continúa” según detalló Jornada.
“Si algo no anda bien en el club, personalmente me encargo de echarlo. Ya sea una persona violenta o que no respeta los estatutos y las normas. Se supone que se juega para divertirse y no cobramos cuota societaria”. La dirigente lamentó que la misma persona al ser expulsada de la institución, la acosara mediante mensajes de texto. “Me enviaba mensajes obscenos durante dos meses, que me permitieron guardar información a modo de prueba. Después directamente lo bloquee”, aclaró.
“Me sobreexpuse y nadie me lo reconoció cuando se supone que una debe estar resguardada y tienen que cuidarte porque si no cualquier vecino que vea algo, mirará para el costado, dará vuelta la cara y continuará con su vida, entendiendo que es mejor no denunciar y no involucrarse”.
El detenido vivía en Comodoro desde 2021, sin poseer identificación y con identidad apócrifa. Trabajaba en la construcción y tras su salida del club, asistía a una iglesia evangélica del sector. Era padre de una menor que llevaba el apellido de su mujer quien padece problemas psiquiátricos y tendría antecedentes de agresiones a vecinas.