¿Por qué la economía argentina convive con alta inflación?

Si bien la inflación es multicausal, es decir que no se explica por una sola variable, la puja distributiva a nivel de las cúpulas empresarias es un factor determinante en la actualidad. Las grandes empresas…

domingo 29/08/2021 - 14:36
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Si bien la inflación es multicausal, es decir que no se explica por una sola variable, la puja distributiva a nivel de las cúpulas empresarias es un factor determinante en la actualidad.

Las grandes empresas que concentran el mercado elevaron sus expectativas en relación a la tasa de ganancia esperada y en virtud de ello suben los precios en forma exagerada, subfacturan y triangulan operaciones para pagar menos al fisco, según publica Página12.

En la Argentina, la inflación se suele presentar como una variable difícil de manejar por parte de los equipos gubernamentales. En razón de ello, a lo largo del tiempo se han elaborado diagnósticos de diversa raigambre ideológica para identificar causas y sugerir qué medidas adoptar para eliminar su presencia y así encauzar las cosas.

Para comprender por qué la inflación persiste en este 2021 es necesario e interesante revisar los diagnósticos más usuales, para identificar cuáles poseen peso explicativo y cuáles no, con el fin de visibilizar orientaciones posibles de acción.

Aumento de salarios
Uno de los típicos argumentos para explicar la inflación desde perspectivas neoliberales refiere a que si el salario aumenta más rápido que la productividad de la economía, provoca una presión sobre la oferta de productos y servicios y en consiguiente un aumento de precios.

En la economía argentina, el salario real ha venido descendiendo desde la gestión de Cambiemos en el periodo 2015–2019, debido a que los aumentos nominales se mantuvieron por debajo del ritmo inflacionario. A ello se agrega la irrupción de la Covid-19 desde principios del 2020, lo cual provocó una caída del 10 por ciento en el PBI, con la consecuente pérdida de puestos de trabajo y nueva pérdida de ingresos reales.

Desde 2016, el salario real cayó cerca de un 20 por ciento, lo que refutaría la idea de que los salarios funcionan como catalizadores de la inflación. Si bien en estos momentos diversos gremios están cerrando acuerdos paritarios, difícilmente alguno de ellos alcance a superar el actual nivel de la inflación.

Emisión monetaria
Otra explicación habitual del enfoque neoliberal aduce que el problema es la emisión monetaria, consecuencia del déficit fiscal. De acuerdo con esta perspectiva, la emisión no se realiza acorde al aumento de la productividad de la economía y ello impacta en el nivel general de precios. Es decir, si el Banco Central pone más dinero en los bolsillos, se ejerce presión sobre la demanda y se convalida la inflación.

Sin embargo, el BCRA durante 2021 ha estado aplicando una política monetaria contractiva, ya que la base monetaria acumuló una variación del 1,9 por ciento en lo que va del año. Esto significa que el dinero circulante no aumentó y ha acompañado el lento crecimiento que exhibe el PBI. Por ello, tampoco podría afirmarse que esta variable esté motorizando la aceleración de los precios.

Déficit fiscal
Otro de los argumentos del manual liberal es que la causa de la inflación debe buscarse en el déficit fiscal. Es decir, que el Estado gasta más de lo que recauda, y especialmente lo hace en políticas sociales que buscan paliar, contener y/o mejorar las condiciones de vida, como el IFE, la AUH, los subsidios a las tarifas públicas, el Repro y el Programa Potenciar Trabajo.

Sin embargo, en lo que va de 2021 no se intervino con políticas específicas nuevas de gran alcance ni tampoco han aumentado considerablemente los montos de las prestaciones ya existentes, por lo que no cabe hablar de déficit. Si se analiza la evolución del gasto público los primeros meses del año, se observa que está contenido en un nivel relativamente bajo, por lo que tampoco podría afirmarse categóricamente que sea el causante del incremento de los precios.

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