Una muestra de valentía y vocación de servicio fue la que brindaron efectivos de la Seccional Quinta de Policía, quienes en medio de una intervención de emergencia lograron salvar la vida de un niño de 3 años que se había descompensado y no respiraba.
Todo ocurrió la tarde del jueves, alrededor de las 17 horas, cuando el Centro de Monitoreo recibió un llamado telefónico donde informaban que en el barrio Fracción 15 un menor necesitaba asistencia dado que no respiraba, inmediatamente desde la guardia de la Seccional Quinta informaron esta situación al móvil 1134, concurriendo los cabos Matías Dalpra y Yamila Calderón, y los sargentos Marcelo Méndez y Víctor Cuevas.
Paralelamente, se informaba la novedad al Servicio de Emergencias Médicas 107 con base en barrio 30 de Octubre pero debido a complicaciones con las calles, que estaban cortadas, no pudieron acceder.
“Estábamos realizando un patrullaje de recorrida cuando somos anoticiados que en Fracción 15 se encontraría un menor de 3 años con dificultad para respirar, nos dirigimos rápidamente al lugar, dando aviso al personal de ambulancia para llegar en conjunto, pero la ambulancia del 30 de Octubre no pudo llegar porque hay varias calles cortadas, entonces decidimos trasladarlo al periférico, con mi compañera hicimos las maniobras de RCP correspondientes porque no podía respirar, estaba morado” explicó el cabo Dalpra a Diario Crónica.
Y agregó que “la madre nos recibió con el nene en brazos desvanecido, cuando nos trasladábamos al periférico chocamos el móvil, pero logramos finalmente llegar, y en una ambulancia lo cargaron y llegaron a la guardia”.
Por su parte, la cabo primero Calderón comentó que “es la primera vez que me pasa algo así, llegamos al lugar y estaba la mamá con el menor. Lo agarré a pesar de que nosotros no podemos transportar personal civil en el móvil y ya lo sabemos, pero al vernos en las circunstancias que nos encontrábamos, la desesperación de la madre, ver el menor todo azul, lo metimos adentro del móvil y con mi compañero empezamos las maniobras, tratamos de que tome aire, golpearle la espaldita para que reaccione. No sabíamos si se había ahogado o qué había acontecido”.
Así remarcó que cuando lograron arribar al centro de salud, los médicos le explicaron a la madre que se quedara tranquila porque el menor había vuelto en sí, lo intubaron y derivaron al nosocomio con el acompañamiento de los efectivos.
“Cuando hacemos el curso de policía es muy por arriba lo que se ve (sobre RCP); cuando se quiere perfeccionar o instruir depende de cada uno, no de la institución, pero es importante que como empleado policial, tomemos conciencia de instruirnos más para estas situaciones” remarcó Calderón al tiempo que valoró que en este tipo de eventos se actúa con el corazón, “en ese momento te olvidás del régimen disciplinario y actuás como mamá, te ponés en el lugar de la persona que está pasando esa situación. Esa es la mayor satisfacción como empleado, cuando llegás y obtener esta recompensa que es el final feliz”.
El sargento Cuevas destacó que gracias al aporte de todos, desde el chofer, los empleados que realizaron RCP y el guardia que recibió el llamado, se logró este resultado y comentó que “somos las mismas personas trabajando hace varios meses en conjunto, tenemos más o menos roles asignados, se tuvo un muy buen desempeño, no sé si se piensa mucho (en estas situaciones) en ese momento reaccionás por instinto y la verdad no queda más nada que felicitar a todos”.
Segundos cruciales
Finalmente, el sargento Méndez, mencionó que el día de ayer la madre del menor se acercó a la seccional y pudo saludarlos y agradecerles por salvar la vida del niño; “fue muy satisfactorio, cuando andamos en la calle somos uno, así seamos dos, tres o cuatro, cada uno hizo su aporte más allá de las dificultades que nos tocó pasar, por eso también queremos concientizar a los automovilistas, porque nos costó bastante abrir camino con sirena o baliza” reflexionó.
Para concluir afirmó que “lo importante de todo es que se logró un final feliz, el menor está en observación pero controlado, se salvó, que es lo que nos importaba a nosotros. Son segundos cruciales, si no actuás puede pasar otra cosa peor. Con menores no había tenido intervenciones, sí accidentes con personas adultas, cambia porque uno tiene hijos y por ese lado te toca la parte humana, detrás del uniforme también somos personas”.
