Especialistas en seguridad opinaron sobre una de las ideas del secretario de esa cartera a nivel provincial, José Glinski, quien anunció la chance de trabajar desde su organismo para lograr una policía provincial “más operativa y menos burocrática”.
Con ello, se pretende además tener menos agentes en los escritorios. Ante esta situación, desde El Diario de Madryn se consultó a fuentes especializadas y las opiniones sobre el tema son coincidentes: el personal que trabaja en las dependencias internas de la Policía del Chubut no está capacitada para hacer las tareas propias de un agente profesional de la seguridad pública. Entonces, a menos que se sumen nuevos agentes recibidos de las escuelas de suboficiales de la provincia, la verdad es que en el corto plazo será difícil contar con más presencia policial en las calles.
Si bien el mismo secretario de Seguridad había afirmado que sacar los policías de las oficinas y remplazarlos con personal no policial tampoco iba a significar un cambio drástico en la prestación del servicio para los ciudadanos, con agentes en cada una de las cuadras, la verdad del anuncio es que ya sea mucho o poco lo que se pueda sumar a patrullar las calles, esos trabajadores no están en condiciones de ejercer como efectivos de seguridad, y mucho menos, manipular un arma oficial. El plan de Glinski de volver a la fuerza de seguridad en un instrumento más operativo y efectivo tendrá que contar con otras ideas alternativas.
Una de las fuentes consultadas, que conoce desde adentro la Policía del Chubut y algunos años atrás desempeñó un alto cargo en la jerarquía, explicó cómo se completa la fuerza además de los oficiales y suboficiales de la fuerza: además del personal policial, la institución armada de Chubut se compone de lo que se denomina Agrupación de Servicios, que incluye a los que realizan tareas administrativas, de maestranza, carpintería, albañilería y hasta mecánicos.
La pregunta básica fue si ese personal tenía alguna capacidad técnica de salir a la acalle y, por ejemplo, evitar un delito: “No, la formación de ese personal es absolutamente distinta a la que tiene el policía tradicional”. Para el especialista, es imposible que una persona de la administración o de talleres, por poner ejemplos, termine por salir a la calle con un arma, y si saldría “sería un peligro para él y para la sociedad”.
Claro que hay excepciones. Cuando uno de los servicios internos no está cubierto por personal no policial, “imperiosamente” puede ser ocupado momentáneamente por un policía; pero cae de maduro que no es la regla dentro de ninguna fuerza policial del país, y si por cierto fuera una regla, algo andaría mal puertas adentro.
Una de las fuentes consultadas también se refirió a otro tipo de casos excepcionales donde sí un agente policial podría estar prestando servicios administrativos o internos. Suelen incorporarse policías a esas tareas cuando han sufrido alguna lesión que les impida estar en el servicio de patrullaje, cuando tiene un certificado psicológico que recomienda sacarlo de la calle por algún tiempo o, incluso, cuando tiene alguna causa judicial pendiente de resolución. “No se lo deja sin tareas pero se lo desvincula de las operaciones en la comunidad”, aclaró la fuente.
Otra consulta que realizó El Diario es si algunas de las tareas que dentro de las comisarías realizan policías podrían ser remplazadas por trabajadores no policiales, como por ejemplo tomar denuncias, realizar inspecciones o completar algunos formularios de rutina. Al respecto, las opiniones no son categóricas: si bien es posible una modificación de esas tareas, los especialistas aseguran que ese cambio dentro de las fuerzas policiales sería muy grande.
“Por ejemplo, el policía que toma la denuncia está capacitado para trabajar y transmitir a los funcionarios judiciales el hecho que se tiene que investigar. Eso lleva un tiempo de preparación”, dijo el especialista. La posibilidad de que los policías dejen los trabajos en la comisaría y se aboquen a patrullar las calles es algo que se han planteado casi todas las fuerzas de seguridad del país; pero ninguna lo pudo trasladar a los hechos concretos.
Pero el escenario tiene más complejidades. Una situación difícil de imaginar, pero probable es qué pasa con los agentes que si bien no son miembros de las fuerzas policiales que están capacitadas para actuar ante un delito con signos de violencia pero que a la vez sí están uniformados (como por ejemplo sucede con los de la banda musical). “Visten como policías, caminan como policías y hablan como policías. ¿Si a 20 metros de alguno ocurre un hecho violento cómo hace para explicar que no está preparado para reprimir un hecho de violencia?”, se preguntó el especialista.
A fin de cuentas, los especialistas aclaran que una división porcentual aceptable del total de los trabajadores de la Policía del Chubut sería contar con 80 por ciento de agentes policiales y el otro 20 por ciento para el resto de las tareas que hacen a la infraestructura y servicios propios de la fuerza”. La Policía del Chubut estaría cercano a esos porcentajes; y para sumar agentes que patrullen las localidades de la provincia necesita de un impulso a las escuelas policiales e incentivo a elegir la carrera.