Guillermo Pereyra, senador nacional y titular del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Neuquén, Río Negro y La Pampa, advirtió ayer que no aceptará que se modifique la excepción al impuesto a la transferencia de los combustibles (ITC) que rige en la Patagonia y que permite que los valores que se pagan en el surtidor sean hasta un 20 por ciento inferiores a los del resto del país. El sindicalista y senador neuquino es un peso pesado dentro del mundo de los negocios de los hidrocarburos y mantiene una alianza, hasta ahora inquebrantable, con el Presidente Mauricio Macri.
“No vamos a ceder este tema del ITC, que se podría utilizar como fuelle para subir y bajar los precios del combustible, cosa que no comparto”, desafió el dirigente gremial al lobby empresatio que impulsa cambios. “El ITC es una conquista que tenemos los patagónicos que nos marca una diferencia en los precios desse La Pampa hacia el sur, por eso nuestra negativa”, remarcó en declaraciones radiales.
El petrolero también se refirió a la decisión del Gobierno Nacional de liberar el valor del combustible. “Los empresarios coinciden y yo también, pero solicitaron que faltan cambiar algunas cuestiones más, como la libre importación y exportación, tema sobre el cual yo no estoy de acuerdo”, afirmó.
Si bien todavía no se trató de manera oficial, la medida de liberar el precio de los fluidos hace suponer que en algún momento se revise lo del ITC. Las empresas lo plantearon pero depende de una ley y de la decisión que pueda llegar a tomar sobre el tema el gobierno nacional. Se especula que la suerte de este impuesto está atada a la discusión de una reforma impositiva general que se está diagramando para el año que viene. El ITC podría transformarse en una especie de regulador del precio de los combustibles en un mercado que ahora quedará desregulado. La rebaja del 22 y 12 por ciento para las naftas y el gasoil, respectivamente, comenzó a regir en diciembre de 2015. Se estableció a partir de la promulgación en noviembre de ese año de la Ley Nacional 27.209.
