Para Lula, gobernar un país es como ser DT de fútbol

El mandatario brasileño sostuvo que «es una ciencia que requiere saber montar equipos y tomar decisiones en la hora justa», al igual que un entrenador. «Espero que mi mandato haya desmitificado la idea de que…

miércoles 25/08/2010 - 9:13
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El mandatario brasileño sostuvo que «es una ciencia que requiere saber montar equipos y tomar decisiones en la hora justa», al igual que un entrenador. «Espero que mi mandato haya desmitificado la idea de que para ser presidente había que tener diploma, ser doctor en algo, hacendado o empresario», agregó.

La tarea de gobernar un país es como la de un director técnico de fútbol, definió hoy el presidente brasileño, Luiz Lula da Silva, quien aseguró que sus antecesores carecían de voluntad para la actividad.

«Si un wing o el centrodelantero no están jugando bien no se puede esperar hasta los 39 minutos del segundo tiempo para reemplazarlo, porque eso no resuelve; o se pone a un jugador para que marque un gol o entonces es mejor dejar de ser entrenador; la política es igual», describió Lula, luego de asegurar que gobernar es como «ser técnico de fútbol».

Durante su discurso al inaugurar un campus universitario en el estado Mato Grosso do Sul, el mandatario sostuvo que con su llegada a la Presidencia «el pueblo comenzó a percibir la diferencia entre el arte de hacer política y el arte de ser un buen futbolista, músico, profesor de matemática, un buen químico, un profesional».

«Gobernar es una ciencia que requiere saber montar equipos y tomar decisiones en la hora justa», afirmó y reivindicó su llegada al gobierno con la educación inicial incompleta, siendo un técnico en tornería, informó la agencia de noticias ANSA.

«Espero que mi mandato haya desmitificado la idea de que para ser presidente había que tener diploma, ser doctor en algo, hacendado o empresario; los de abajo no podían llegar cerca, a no ser a aplaudir a los finos que hacían la política», precisó.

En alusión al ex presidente Fernando Henrique Cardoso, Lula afirmó que a sus antecesores «no les gustaba gobernar».

«Ellos no recibían a los rectores, no recibían a los alcaldes, no les gustaban los estudiantes, los trabajadores, no les gustaba gobernar; Dios nos dio una boca y dos orejas para escuchar más que hablar», concluyó.

Funete: El Argentino.com

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