Monumentos a la desidia política en Comodoro

Lo que en algún momento se anunciaron como obras emblemáticas para el crecimiento de Comodoro Rivadavia, hoy no parecen ser más que monumentos a la desidia política. Vagabundos que viven en el Estadio Centenario, adolescentes…

domingo 23/01/2011 - 12:00
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Lo que en algún momento se anunciaron como obras emblemáticas para el crecimiento de Comodoro Rivadavia, hoy no parecen ser más que monumentos a la desidia política. Vagabundos que viven en el Estadio Centenario, adolescentes que usan la Ciudad Judicial como murales para plasmar su arte, y una Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos que ni siquiera tiene un candado, son tres ejemplos de cómo un simple «desacuerdo» político puede afectar a toda una población; en este caso, a la más grande de la provincia.

Comodoro Rivadavia soñó alguna vez tener estos tres edificios que, dijeron, servirían para el progreso. Con el Estadio Centenario, habría un lugar techado, moderno, frente al mar, para desarrollar grandes eventos deportivos. Con la Ciudad Judicial, un edificio central donde funcione toda la justicia, y no locales alquilados y dispersos. También habría allí un parque verde y público. Y acaso el más importante de todos: la Planta de Tratamiento de Residuos Urbanos, que eliminaría finalmente el problema de la basura de esta ciudad, que tiene un basural frente al mar.

Estas tres obras de presupuesto nacional comenzaron a ejecutarse entre los años 2003 y 2006, cuando la relación entre el gobernador Mario Das Neves y el entonces presidente Néstor Kirchner era todavía armónica. Luego, un conflicto de intereses puso a ambos en lados opuestos, y -como siempre- los comodorenses quedaron en el medio, que se quedaron sin edificios, sin eventos, sin nada.

Preguntarse de quién es la culpa, a esta altura carece de sentido. Lo mismo opinó el titular de la Unidad de Gestión de Proyectos Especiales del municipio, Ricardo Trovant. «Hay motivos que no parecen ser importantes. Lo importante para los intereses de nuestra ciudad es que todos los dirigentes colaboren para reflejar la situación que tienen estas importantes obras para la ciudad y hacer las gestiones necesarias».

Todos lo saben: tienen que ponerse, los de un bando y los de otro, todos de acuerdo. Pero el tiempo pasa y las grúas no llegan, los vagabundos se instalan en los gigantes esqueletos de hormigón, los pibes pintan la justicia con aerosol.

¿Están gestionando? «Estamos viajando, haciendo estas gestiones con los responsables técnicos y del área económica del Ministerio de Planificación para que se vaya resolviendo», dice Trovant. ¿Se pueden financiar de otra forma, con las regalías de la misma ciudad? «Efectivamente, ya hemos iniciado contactos para conseguir financiamientos alternativos a éste para que el municipio pueda, a través de sus propios recursos o con recursos que podamos traer de otras jurisdicciones, hacer frente a la conclusión de estas obras tan importantes», agrega Trovant. ¿Cuándo se van a terminar? «Personalmente, no tengo ninguna duda que en los primeros meses de este año las obras van a reiniciarse y a continuar con un ritmo acelerado para estar en servicio porque es lo que la ciudad necesita», concluye Trovant.

Un café y un apretón de manos es todo lo que hace falta. Es hacer política. Y quizás algún día los comodorenses se enorgullezcan al pasear por su ciudad
. (ds)

Fuente: Diario Crónica

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