El salvaje aumento del dólar paralelo motivado por la devaluación impuesta por el gobierno nacional luego de las elecciones PASO, ya exhibe su efecto en las góndolas.
Los comercios familiares fueron los primeros en aumentar los precios, ya que su capacidad de almacenamiento es mucho menor a la de los supermercados y grandes cadenas.
El medio TN entrevistó a un comerciante que posee un almacén con carnicería en el barrio porteño de Caballito quien expuso la delicada situación que atraviesa el sector y las situaciones que se dan en el marco de la remarcación de precios, que a veces se limita a no hacerla a tiempo para no afectar el bolsillo de los vecinos.
“A veces me la aguanto por la gente. Me da pena la gente, pero bueno, no voy a bajar los brazos, sea el que sea presidente, gracias a Dios trabajé toda mi vida y nunca dependí de un presidente, que hagan lo que quieran con este país pero se tienen que dar cuenta”, dijo el hombre, que confesó que “hay angustia entre los comerciantes”.
“A mí me da pena por la gente. Conozco a la clientela, me da pena que venga un jubilado a sacar sus monedas para pagar un churrasco a 800 pesos”, narró también a modo de ejemplo.
“No es fácil, yo gracias a Dios tengo dos empleados y me mantengo para mantenerlos, no los quiero sacar, la estoy luchando, hay veces que no duermo, pero la sigo luchando y voy a seguir luchando sin bajar los brazos”, aseguró.
