Mató a un ladrón, está con domiciliaria y ahora su esposa vende choripanes para mantener a su familia

Carlos Romero le disparó al delincuente que en una semana lo había asaltado en dos oportunidades y se burlaba de él. Sus vecinos vendieron arroz con pollo para pagarle el abogado y su pareja busca alternativas para generar ingresos familiares.

jueves 09/05/2024 - 21:00
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A fines de marzo, un hombre de la ciudad de Corrientes mató a un delincuente que lo asaltó dos veces en menos de una semana. Desde entonces permanece con prisión domiciliaria y sus vecinos comenzaron a vender arroz con pollo para pagarle a un abogado. Pero, además, esa situación debió extender a su familia: ahora su esposa vende tortas y choripanes para mantener a sus hijos.

Casado de los robos y la falta de respuestas de las autoridades, Carlos Ramos un día cruzó en la calle al ladrón que le había robado y le disparó en el pecho. El hombre fue detenido, pero poco después volvió a su casa. La jueza Josefina González Cabañas le otorgó la prisión domiciliaria, aunque seguirá vinculado a la causa. Ahora, en el barrio lo llaman “justiciero”.

Ahora Silvana, su esposa, comenzó a buscar la manera de generar ingresos para la familia. “Antes él trabajaba todo el día y yo estaba en la casa con los chicos ocupándome de la escuela y otras cosas”, detalló en diálogo con Desayuno (Radio Dos).

“Mi hijo de cuatro años quedo mal. Delante de los chicos me destruyeron lo poco que me quedaba. Ellos saben, entienden bien lo que sucedió”, contó la mujer y agregó que el menor de los hermanos se encuentra bajo asistencia psicológica luego de lo ocurrido.

Sumado a esa situación, habló sobre las dificultades económicas que atraviesa. “No conseguimos trabajo estable, y no tener ninguna ayuda es difícil”, remarcó.

Es por eso que ahora, precisó, debe vender comida para mantener a los nenes y para cubrir los gastos del abogado que lleva adelante la defensa. “Me toca a mí ahora y no voy a bajar los brazos”, sostuvo.

De igual manera, Silvina reconoció que tiene miedo: “Siento temor a esa gente que esa noche me corrió de mi propia casa, miedo que se quieran desquitar conmigo. Siento bronca porque están en la esquina como si nada, con el perjuicio que me hicieron”, lamentó en medio de la angustia.

“Mi mamá y papá están al cuidado de mis hijos para que pueda hacer mis cosas, los vecinos me ayudan con mercadería”, contó y agradeció la ayuda que recibió.

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