Mantas petroleras: El pecado de competir con Real Work

Los fabricantes y distribuidores de mantas absorbentes de petróleo que aspiran a participar del negocio en Neuquén comprenden –a fuerza de dilaciones, desestímulo o percepción de maltrato– que no pueden meter sus narices en un…

miércoles 12/07/2017 - 9:32
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Los fabricantes y distribuidores de mantas absorbentes de petróleo que aspiran a participar del negocio en Neuquén comprenden –a fuerza de dilaciones, desestímulo o percepción de maltrato– que no pueden meter sus narices en un nicho claramente orientado a una sola empresa: Real Work, cuya paternidad atribuyen al gremialista Guillermo Pereyra.

“Río Negro” ha demostrado cómo esta ignota firma de un ex empleado municipal de Cutral Co, facturó sólo a YPF más de 2.000 millones de pesos en cinco años. Fue por la provisión de mantas de pluma de pollo que –paradójicamente– la propia petrolera cuestionó por ineficaces y contaminantes. De hecho se documentó que muchas de esas mantas no iban a un horno pirolítico, sino que se quemaron a cielo abierto para padecimiento de los habitantes de la comarca petrolera.

Por si fuera poco, Real Work estaba inscripta como “tratadora” pero no poseía equipos para la disposición final. Tampoco fabricaba las mantas: las compraba a una firma de Pilar, provincia de Buenos Aires. Con el padrinazgo de Pereyra y normas oficiales hechas a medida y bajo presión del sindicato, la empresa prácticamente se convirtió en monopólica de un sistema que todas las perforadoras están obligadas a utilizar en Neuquén. A la propia YPF le queda en claro que “es una empresa de Pereyra”.

Seis sociedades que aguardan desde hace tiempo incluir sus productos en la oferta de mantas oleofílicas, trajinan sin resultados los pasillos de la subsecretaría de Ambiente de la provincia. Siempre hay un “pero” para que no prosperen sus habilitaciones. Según supo este diario, algunas de las firmas son Crunch Oil, Tigse, Comercial Argentina, Zain y Geotec, entre otras.

Algunos optaron directamente por acudir a la Justicia, hastiados de la discriminación y sospechosas dilaciones. Hubo también petroleras que demandaron a la provincia porque no toleraban que se les impusieran las mantas, convencidos de que las bandejas contenedoras son mejor opción.

La mayoría aceptó ofrecer su testimonio ante este diario a cambio de reserva de identidad, por el temor a que se acentúen las represalias.

Requisitos insólitos

Conocedores de que la pluma de pollo absorbe, pero genera olores pestilentes cuando entra en contacto con el hidrocarburo o el agua, hubo empresas que presentaron otras alternativas de mantas: de turba saturada, cuero molido, celulosa, cáscara de maní.

Environmental Service, comercializadora de mantas de turba, logró asomarse en el negocio, pero sus niveles de facturación son insignificantes respecto de Real Work. Su producto tiene aceptación en las comunidades mapuches donde hay extracciones petroleras. Desde esa empresa muestran resignación pero están lejos de apuntarle a su competidor RW y su privilegiada situación. Sólo consideran que tuvo mejor suerte y un “gran inversor detrás”.

En tanto, los distribuidores de mantas de cuero triturado son cuatro. Aseguran tener sobrados ensayos que demuestran que su producto es ignífugo (rechaza la combustión), hidrófugo (repele el agua) e inerte (no modifica el estado del ambiente). No entienden cómo técnicos del gobierno concluyeron que el componente no puede considerarse “producto natural” por haber sido sometido a un proceso industrial (con sales de cromo trivalente y con disolventes de óxido de calcio o sulfuro de sodio). Ven en esas observaciones una “excusa” para apartarlos ya que –advierten– que también las plumas de pollo deberían ser desinfectadas con gamexane para que no se pudran ni se generen parásitos. “Hasta un chico de primaria sabe que el cuero es natural. ¿Por qué ellos sí y nosotros no?”, se preguntan.

Las sospechas de estos comercializadores de mantas de cuero aumentaron cuando percibieron que cada presentación de documentación que hacían era rebotada con pedidos de los más insólitos, como por ejemplo un ensayo de EPA 1312 de lixiviación. “¡Como si en Argentina hubiera lluvia ácida! Además esa norma estadounidense aplica para residuos sólidos y la manta no lo es; es un elemento preventivo y orgánico”, explican.

Otro requisito visto como un desatino fue el ensayo ASTM 736-12 requerido para ambientes marinos. Acá se hablaba de suelos.

El organismo ambiental exigía, como es natural, también pruebas de biodegradabilidad. Las firmas presentaban las hechas en el INTI, la UTN, la Universidad de Valparaíso, la Universidad Nacional de Cuyo o en laboratorios privados. Pero las rechazaban porque querían que se hicieran en el CIMA de la Universidad Nacional de la Plata. Y este centro académico respondía que no podía por falta de medios.

“Nosotros nos tomamos el atrevimiento de presentar 19 ensayos hechos en diferentes centros para demostrar poder de absorción, biodegradabilidad, lixiviación, capacidad ignífuga… Hicimos las correcciones que pedían. Pero no había manera de que te lo aprobaran”.

Se sumaban otros condicionamientos: cambiantes reglas de juego (normas modificadas), negativa a mostrar expedientes de empresas que sí consiguieron entrar al negocio (se buscaba saber si habían cumplido efectivamente con todo lo que les pedían), requisitos que no constaban claramente en las normas, etcétera.

Para presentar sus ensayos y obtener las respuestas, las empresas no lograban trasponer la Mesa de Entradas. “Me cansé de pedir audiencia con (Ricardo) Esquivel (ex titular del área). Hoy pasa lo mismo con el nuevo”.

Desde el 29 de junio, “Río Negro” intentó hablar con el actual responsable, Juan de Dios Lucchelli y la respuesta de una secretaria fue: “Él lo tiene que consultar con “Pancho” Salvatori (subsecretario de Prensa de la provincia) y lo llamarán”. Todavía estamos esperando.

Una vez, alguien logró llegar a un funcionario técnico de Ambiente que terminó respondiéndole: “Presenta lo que quieras, pero este producto no te lo van a aprobar”. A otro interlocutor le llegó una respuesta más áspera desde esa área: “Acá no se va a aprobar nada que yo no quiera”.

“¿Sabe con quién se mete?”

Ingenuamente, el dueño de una empresa de mantas pensó que podía tener mejores chances si hablaba con dirigentes de peso de YPF en Buenos Aires. La respuesta del funcionario lo dejó pálido: “¿Sabe con quién se está metiendo? Es un tema delicado…”.

Dos fuentes calificadas de la petrolera estatal reconocieron a “Río Negro” que sabían que lo de las mantas era un “curro ridículo” pero “nos veíamos obligados a contratar a Real Work. Las decisiones venían de arriba: del gobierno y, especialmente, del sindicato petrolero”.

El distribuidor de una manta absorbente de cuero relata que había logrado persuadir a una empresa de que colocaran su producto. De pronto apareció una camioneta con cuatro hombres del gremio. Nos pidieron las credenciales de afiliación y dijeron: “Mirá, esto lo vamos a hacer cortito. Levanten esa mierda”, ordenaron y trascartón bajaron unas mantas de la empresa que ellos mismos colocaron.

-“No es que no haya emprendedores en Neuquén. No los dejan. Que los políticos se saquen la venda”.

-“No estábamos dispuestos a darle coima a nadie”.

-“Me volvieron loco. ¡Me pedían hasta un ensayo de lluvia ácida!”.

-“No se imaginan la cantidad de presentaciones que hicimos. ¡Y las contestaciones que obtuvimos! ¡Absurdas! Ya no sabían qué contestar”.

-“Fueron tantas las reuniones y ensayos pedidos que nos cansaron”.

Indicios de la paternidad

-La empresa Real Work SRL y Servantec SA (de Martín Pereyra, hijo del senador, y del empleado en el Senado Estanislao López) comparten representante técnico, según los registros oficiales: el ingeniero Lucio Filippi.

-Pereyra cortó las cintas de Real Work en la inauguración junto a su hoy empleado Guillermo Coco y Eduardo Popovsky (exjuez y ex responsable de Relaciones Institucionales del gremio).

-El Sindicato promocionó las mantas de Real Work, apenas salieron al mercado.

-En un restorán porteño, Jorge Cárdenas Negro le imploró al jefe petrolero que bendijera sus negocios y le abriera caminos. Le prometió lealtad y afiliaciones, según un testigo.

-“La empresa es mía”, le escuchó decir a Pereyra un alto directivo de YPF, según testimonió a este diario.

-Otro propietario de Real Work, Jorge Rubio, es aportante de la campaña de Pereyra y declarado simpatizante.

-Si no estaban puestas las mantas de RW, el gremio paraba equipos.

La batalla en la Justicia

-No sólo productores y fabricadoras de mantas recurrieron a la Justicia para denunciar la “arbitrariedad” del gobierno de no permitirles competir. También petroleras se vieron obligadas a litigar con la provincia por exigirles el uso de un producto que consideraban inútil.

-“Río Negro” accedió a recursos jerárquicos que denuncian las resoluciones de Ambiente por “carentes de sustento científico, irrazonables y violatorias del principio de igualdad” (al considerar un negocio digitado). Denunciaron “ausencia de voluntad en resolver trámites” y “excesivo rigorismo ritual”.

-Años atrás, cuando el gobierno hizo obligatorio el uso de mantas tras la presión del Sindicato, hubo un litigio que duró cuatro años. Fue cuando la provincia presentó un amparo contra Petrobras, Petrolera Entre Lomas e YPF para obligarlas a usar las mantas. El Estado pretendía que se cumpliera la Resolución 218/06. Tras apelaciones y ratificaciones, finalmente se desistió de la acción pues cambió la resolución por la 704/09 que permitía otras soluciones más eficientes que las mantas.

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