El candidato de Cambiemos encabezó un acto en Humahuaca. «Merecemos vivir mejor», dijo y pidió la confianza de los votantes. Anticipó que su ministro de Economía tendrá un «perfil desarrollista».
Mauricio Macri decidió ir a lo seguro. Se apegó al libreto, como nunca: «Quiero que cada uno de ustedes se vaya hoy a sus casas sabiendo que el momento llegó». En solo 11 minutos, el candidato de Cambiemos cerró su campaña presidencial con un discurso sin riesgos, frente al Monumento de los Héroes de la Independencia, en Humahuaca, en el que se apiñaron más de cinco mil asistentes, entre dirigentes, funcionarios, militantes y lugareños que vivieron durante todo el día una revolución en el pueblo jujeño.
«No puedo creer estar acá, voy a dejar lo que tengo y lo que no tengo para que los argentinos tengan mejores oportunidades. Los verdaderos héroes de la patria no son un grupo de iluminados, somos todos nosotros. El domingo cuento con ustedes. Cambiemos, los quiero, los amo«, aseguró Macri, que prometió «echar al narcotráfico» y poner énfasis en la implementación del «Plan Belgrano» de infraestructura para el norte del país. Apenas terminó, se sacó algunas fotos, lo emponcharon con un atuendo autóctono y se zambulló en la camioneta que lo traslada bajo un celoso operativo de seguridad. Un par de minutos antes, una pequeña que, emocionada, entonó su «coplita del alma» fue un poco más audaz que el candidato presidencial: «Vientos de cambio se vienen por mi amada Argentina, a terminar con el odio que tanto nos lastima».
El que sí fue mucho más duro y efusivo fue Gerardo Morales, gobernador electo de Jujuy, que precedió en la palabra al postulante de Cambiemos. «Hay un gobierno que destruye la libertad de miles de argentinos. Quiero decirles que no sirve lo que hacen, que es muy perverso decirles a los trabajadores que van a perder el empleo. El domingo va a haber un cambio y Mauricio Macri va a ser el presidente», bramó el radical, el anfitrión del evento.
El Jefe de Gobierno porteño eligió Jujuy para ponerle un punto final a su extensa campaña con el objetivo de embolsar los votos de Sergio Massa, de excelente performance en el norte del país en los comicios de octubre. Los cálculos del comando de campaña de Cambiemos arrojan una captura del 80 por ciento de los votos que cosechó el líder del Frente Renovador. A tres cuadras del Monumento de los Héroes de la Independencia, unos 50 militantes del oficialismo, identificados con la Tupac Amaru –la agrupación de Milagros Sala-, se congregaron en una contramarcha que pasó sin pena ni gloria por las calles de Humahuaca. Pero se las rebuscaron para ser ingeniosos: «¿Vas a votar al millonario de Macri, que tiene un patrimonio de 61.133.686 millones, el cual quintuplica a Scioli, que tiene 13 millones?», consignaba uno de los pocos carteles de los manifestantes.
Macri llegó a Jujuy ayer por la noche en un vuelo privado junto a su mujer, Juliana Awada, y sus asesores más íntimos. Se alojó en el Hotel Huacalera –un pequeño pueblo a escasos kilómetros de Humahuaca-, vinculado, según los lugareños, al gobernador Eduardo Fellner. Entre ayer y la mañana de hoy terminaron de llegar a Jujuy los principales dirigentes y funcionarios del PRO y del frente Cambiemos, que se aglutinaron en un enorme corralito frente al improvisado escenario, en la escalinatas del monumento, en el último acto de una extensa campaña electoral que extenuó al ex presidente xeneize. Gerardo Morales, Emilio Monzó, Esteban Bullrich, Marcos Peña, Ernesto Sanz, Mario Negri, José Cano, María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta, Guillermo Montenegro, Carolina Stanley, Andrés Ibarra, Hernán Lombardi, José Torello, Humberto Schiavoni, Guillermo Dietrich, Rogelio Frigerio, Fulvio Pompeo, Fernando De Andreis, Diego Santilli, Hernán Iglesias, Pablo Avelluto, Eduardo Amadeo, Federico Pinedo, Paula Bertol, Patricia Bullrich, Ricardo Alfonsín, Julio Cobos, Ricardo Colombi y Leandro Despouy fueron algunos de los dirigentes presentes, además de funcionarios porteños de segundas y terceras líneas y de varios de los intendentes electos de la provincia de Buenos Aires.
La candidata a vicepresidenta, Gabriela Michetti, y la diputada Elisa Carrió fueron las dos grandes ausentes del acto, ambas con complicaciones de salud. Michetti tuvo que ser hospitalizada por la mañana, aquejada por una fuerte gastroenteritis que ella misma publicitó a través de las redes sociales. Macri olvidó mencionarla en su discurso.
Antes del evento –que culminó con música y fuegos artificiales y que cuyo puntapié inicial estuvo a cargo de un intérprete autóctono con su erke, instrumento de viento típico de las celebraciones públicas del norte argentino-, los dirigentes se pasearon por el pueblo, revolucionado por el acontecimiento. Los restaurantes y bares de Humahuaca tuvieron su tarde de esplendor: es el primer cierre de campaña presidencial en el norte del país, con un candidato con altas chances de consagrarse presidente el próximo domingo.
El otro que sorprendió en la tarde de hoy fue Jaime Durán Barba. Acompañado por su socio Santiago Nieto, el ecuatoriano aprovechó que Macri se entregaba a la Pachamama para hacer gala de su provocación. «Estamos a favor de la libertad, el que quiera abortar que aborte», disparó primero. Y luego hizo alusión a las palabras del Papa Francisco, que ayer pidió «votar a conciencia», un mensaje que rápidamente fue aprovechado por el sciolismo. «No hay ningún elector que vote pensando en lo que dice el Papa. Un Papa no influye, no mueve más de diez votos», aseguró el consultor. Un rato antes, en el lobby del Hotel Huacalera, el influyente secretario General del Gobierno porteño había sido algo más cauto. «Interpretar las palabras del Papa es faltarle el respeto, él claramente no interviene en la política local», abundó Peña.
Durante todo el día, los principales referentes de Cambiemos se mostraron optimistas en la quebrada jujeña de cara a la elección del domingo, que definirá al sucesor de Cristina Kirchner. «Por más que los indecisos, que son alrededor de un 7 por ciento, voten por Scioli, no les alcanza», explicó Peña, flanqueado por Monzó y por Morales. El ministro de Gobierno porteño y operador político de Macri se mostró además confiado en la performance del domingo en el norte del país y en la provincia de Buenos Aires. Según él, Macri podría arrebatarle el territorio bonaerense al ex motonauta. «El intendente electo lo único que quiere es tender puentes con Vidal, y el que perdió no quiere saber nada», explicó Monzó en alusión a la situación de los caciques del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires. En Cambiemos derrochan confianza.
Al mediodía, el líder del PRO participó del ritual de la Pachamama, organizado por la comunidad aborigen de Huacalera, al pie del monumento del Trópico de Capricornio. Bajo un intenso calor, Macri y Awada mascaron coca y tomaron vino, y el ex presidente xeneize pidió «fortaleza y sabiduría» a la madre tierra para «conducir los destinos del pueblo» en caso de ser electo el domingo. Un rato antes, en la puerta del hotel en el que se hospedó, el jefe de Gobierno había sido deleitado con un carnavalito por alumnos de una escuela de la zona. Allí, el candidato volvió a machacar en su «desilusión» con Scioli. «Lo veo muy mal, radicalizado en la mentira, nos engañó a todos. Se trajo a los mejores (consultores) de campaña sucia del mundo, tiene al dream team del horror», disparó.
Entre mañana y el domingo, Macri tiene planeado pasar gran parte del tiempo junto a sus íntimos en la quinta Los Abrojos, en el partido bonaerense de Malvinas Argentinas. Tiene previsto participar del clásico y multitudinario asado en el quincho del bunker de la sede de Balcarce y Belgrano, en el barrio porteño de San Telmo. Recién desembarcará en el comando de Costa Salguero entrada la noche, como de costumbre. Para ese momento ya deberían tener los primeros resultados provisorios y los datos de las mesas testigos apostadas en todo el país. Esta vez serán 2.050, quinientas más que las distribuidas en la elección de octubre.