Los vecinos inundados se sienten abandonados

Es la segunda vez que sufren la inundación de sus viviendas. El fantasma del 17 de febrero del 2010 los despertó en la madrugada. Por las puertas y ventanas de sus casas el agua ejercía…

jueves 14/04/2011 - 11:00
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Es la segunda vez que sufren la inundación de sus viviendas. El fantasma del 17 de febrero del 2010 los despertó en la madrugada. Por las puertas y ventanas de sus casas el agua ejercía presión para ingresar. Las goteras no pedían permiso y la situación particular de cada familia se volvió temerosa.

Ayer a las 5 de la mañana, con la lluvia ya desatada, los vecinos del Juan XXIII, residentes en la calle Juan Manuel de Rosas, entre Juana Azurduy y Mariano Rodríguez despertaron al tesorero de la vecinal, Francisco Gutiérrez pidiéndole por favor que les ayudara a solucionar la situación. Se estaban inundando por segunda vez.

Ya entrada la tarde, la lluvia no cesaba y el referente vecinal sostenía: “los vecinos se están inundando, los sumideros no sirven, el agua retrocede porque se satura en canal de Roca y Chile y vuelve al barrio, es que el agua no tiene salida”.

Anoche en el barrio esperaban la llegada del nuevo secretario municipal de Obras Públicas, Maximiliano López para ponerlo al tanto de las complicaciones que sufrieron más de diez familias afectadas por el mal funcionamiento de los sumideros. “Después de la inundación, nadie se hace responsable”, reclamó Gutiérrez frente a las obras que solucionarían el problema y que nunca llegan.

Los inundados no quisieron dejar sus casas, por miedo a perderlo todo. En otros barrios algunos se autoevacuaron en la casa de familiares y otros fueron llevados al Gimnasio Municipal 3 del Máximo Abasolo.

Inundados

Frente al nuevo colapso del canal evacuador de la avenida Roca como en el alud del año pasado, el viceintendente Sergio Bohe quien había encabezado el Comité de Crisis que trabajó en Defensa Civil pidió “prudencia y paciencia”.

Dijo que sólo se debió a trabajos que se realizaban sobre la calzada en Roca y Canadá y en Roca y Kennedy. Sin embargo, el agua se introducía en la vivienda de los vecinos del barrio Juan XXIII y también en domicilios del barrio Pueyrredón.

La avenida Chile anegada en casi su totalidad no permitía salir a los vecinos de los barrios 30 de Octubre y Abel Amaya. En la avenida Congreso, el agua hacía lo propio sobre la terminal de ómnibus y no permitía la salida de los colectivos.

Lo que más le preocupaba al comité en un principio era “la afectación de los pluviales, el colapso del sistema cloacal y la falta de accesibilidad a áreas céntricas de la ciudad”.

Pero una vecina del barrio Moure, Florencia Silva, recordaba a las autoridades ante el grabador de Diario Patagónico: “que se fijen en los barrios bajos, porque en campaña todos piensan en los votos, pero ahora que necesitamos apoyo, la política no existe”.

Florencia estaba molesta, porque había llegado hasta la avenida Roca y Lisandro de la Torre con el objetivo de cruzar para pedir ayuda y no pudo. “Está todo inundado. Yo vivo sola con mis cinco hijos, en la calle Código 765, del barrio Moure, la mitad de mi casa está inundada. Acá en Roca y Lisandro no pude cruzar, no hay remis, taxis, colectivos. Estamos varados. Me siento abandonada. Pase por la vecinal y no hay nadie”, afirmó. Buscaba solo nylon para el techo de su casa.

En el Jorge Newbery, varias familias hacían lo que podían para sortear las goteras. Dos jóvenes se acercaron hasta Defensa Civil pidiendo nylon, colchones y ropa.

Perder todo

En el Jorge Newbery, varias familias hacían lo que podían para sobrellevar las goteras. Dos jóvenes se acercaron hasta Defensa Civil pidiendo nylon colchones y ropa. “Pasamos la madrugada mojándonos y sufriendo”, sostuvo José Alberto.

Mientras Claudia Muñoz y Roberto Alvarez, vecinos del Pietrobelli también describían a este diario la situación la parte alta de Saavedra y Huergo. “Siempre se inundó esta parte, la vez pasada con la lluvia grande vinimos y pedimos ayuda a Defensa Civil y nos dijeron que nos iban a llevar las chapas que nos iban a arreglar y nunca arreglaron nada”, dijo Muñoz.

A la casa de Claudia le caía el agua de la parte de arriba, en esa cuadra se vieron afectadas 20 familias.

“Vamos a quedar todos acorralados, en la escalera de la Huergo para arriba” reclamó Muñoz.

Mientras que Alvarez sostuvo que en la vivienda que alquila perdió todo. Se quedó sin colchón, ni ropa, y su esposa de cuatro meses de embarazo debió ser evacuada a la casa de una vecina.

“No sabemos cómo vamos a dormir, tengo un colchón y somos más de cinco. En mi casa entra por atrás y sale por adelante el agua, se nos mojó todo”, recalcó Claudia, que también reclamó que la vecinal del Pietrobelli estaba cerrada por la mañana.

El viceintendente admitió que las zonas más afectadas fueron las zonas habitadas de “forma irregulares, los barrios altos como el Máximo Abasolo, la Floresta, Las Flores y Pietrobelli. También trajimos dos personas de la calle, una con trastorno psiquiátrico, una mujer embarazada y cinco pibes”.

El vecinalista del barrio Máximo Abasolo, Roberto Varela, comentó que en la calle Eva Perón se desmoronó el cerro y afectó a cinco familias. “Está bravo, vamos a tardar entre 10 y 15 días en ordenar el barrio, hay mucho barro”.

Los sectores más complicados de esa barriada fueron la zona de Quintas 2 y la extensión del Máximo Abasolo.

Mientras en el barrio San Cayetano, la vecinalista Mariela Chávez dijo que lo de ayer “fue peor que el año pasado”. En ese barrio hubo 10 familias evacuadas y muchos autoevacuados. Las calles más afectadas fueron Francisco Behr, Calle 1 y la zona alta. “Sentimos mucho impotencia”, indicó Chavez.

Incluso una mujer que reside en Polonia y 10 de Noviembre fue rescatada con sus cuatro hijitos y derivada al gimnasio asistida por médicos. Dos de los niños son mellizos, y tienen tan solo ocho días.

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