Lautaro es el niño que con solo 10 años comenzó a vender golosinas para tener su plata y así poder financiar su hobby.
En comunicación con EL COMODORENSE, el niño contó que “comencé mi emprendimiento con 1000 pesos, comprando unos turrones”.
Ese fue el puntapié inicial para lo que vendría, ya que “con la ganancia fui comprando más mercadería para vender”, detalló.
El nacimiento del emprendimiento de Lautaro tiene un propósito concreto: “Me gusta la carpintería”, contó, haciendo referencia a que con el dinero financiaría sus lecciones y el material para practicar lo que le apasiona.
En las últimas horas el emprendimiento de Lauti cobró trascendencia y decenas de usuarios apoyaban su iniciativa.
Si bien varios opinaban que no debería trabajar de tan chico, el niño lo toma como un juego y entiende que eso le facilitará poder practicar carpintería para seguir desarrollándose en el área que más le gusta.