El Secretario de Energía inauguró la exposición Argentina Oil & Gas Expo 2019. Allí volvió a destacar el supuesto boom del shale consecuencia de la gestión Cambiemos, boom que habría sido la causa de la recuperación en la producción hidrocarburífera a partir de la asunción de Mauricio Macri.
Refiriéndose a Vaca Muerta, Lopetegui afirmó que se pasó de «100 fracturas por mes a 600… O sea que, la inversión en Vaca Muerta de la manera más precisa de medirla que son las fracturas que van a permitir la mayor producción futura, se multiplicó por 6».
Preguntamos: ¿Las inversiones registradas se miden por la cantidad de fracturas? ¿Qué sucedió con las inversiones medidas en montos? En cuanto a los supuestos avances en materia de producción: «La caída en la producción se revirtió. Llevábamos 15 años de caída en la producción de gas y 20 años de caída en la producción de petróleo».
Preguntamos: ¿Acaso no hubo ninguna recuperación en la producción de gas y petróleo durante el segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner? ¿Qué ocurrió en 2016 y 2017 con la producción de petróleo? ¿Y con la de gas en 2017? Mencionó Lopetegui, al cierre de su exposición, la cuestión de los excedentes exportables y los supuestos avances en la balanza comercial energética: «Con este aumento de la exportación en la medida que ya estábamos abastecidos, aumentaron las exportaciones y disminuyeron las importaciones. Y este año vamos a llegar a una balanza equilibrada».
Preguntamos: De no haberse verificado la brutal recesión, el tarifazo y la inédita depredación de los ingresos de los argentinos y las argentinas, ¿la disminución de las importaciones se hubiera dado igual? ¿Hubiera podido abastecerse el mercado interno de haber continuado con el ritmo heredado de crecimiento en el consumo? Por otra parte, ¿realmente disminuyeron las importaciones de petróleo y combustibles en el balance de los cuatro años de gestión Cambiemos? En esta primera parte, respondemos la primera de las frases.
La cantidad de etapas de fracturas no puede ser tomado como indicador de inversiones. Es, en cambio, un muy fiel indicador cualitativo de la actividad. El factor determinante en la cantidad de fracturas tiene que ver con la «curva de aprendizaje», lo cual termina incidiendo en el número de ellas que pueden realizarse en un día. A mayor cantidad de etapas de fractura, los costos de cada pozo se ven fuertemente reducidos, con lo cual, si no hay nuevos pozos, las inversiones se reducen por sí mismas luego de la fase piloto.
En segundo lugar, los avances tecnológicos (equipos y diseño de pozos) están directamente asociados a una mayor extensión promedio de las ramas laterales (pozo horizontal), permitiendo a su vez aumentar la cantidad de fracturas. Desde 2015, por supuesto, la tecnología cambió de forma abismal. Finalmente, la multiplicación de fracturas por rama impacta en la reducción de los gastos por perforación, lo cual retroalimenta todo el sistema, por ejemplo, al reducir los riesgos asociados a la perforación en formaciones geológicas no convencionales. Por último, mencionar la logística del agua y la arena, factores determinantes también en el número de fracturas. Respecto a la arena, la tecnología de inyección es aún más crucial.
El aporte de la YPF renacionalizada
Fue la curva de aprendizaje de la estatal en Loma Campana, a partir del acuerdo con Chevron de 2013, lo que permitió dar el gran salto en materia de fracturas registradas en Vaca Muerta desde 2015 a esta parte. El conocimiento del reservorio que fue adquiriendo desde entonces, lo aplicó luego a El Orejano, en paralelo al inicio de los pilotos en La Amarga Chica (con Petronas), La Rivera, Pampa de las Yeguas, Bajada de Añelo y Bandurria Sur. Cabe mencionar que Loma Campana y La Amarga Chica son las dos primeras concesiones de shale oil en crecimiento en lo que va de 2019.
