El blindaje que protege a Vaca Muerta de la crisis internacional de los precios del petróleo comienza a resquebrajarse al tambalear el pacto sellado a fines de 2014 para mantener la actividad en pleno repunte de la producción de crudo y gas tras una década de declive.
El barril de petróleo de mayor calidad en Argentina cotiza unos 77 dólares, casi el doble que el WTI, el precio de referencia de Estados Unidos, que esta semana volvió a desplomarse tras los cimbronazos en el sistema financiero chino.
Pese al escenario interno favorable, las grandes compañías de servicios multinacionales amenazan con trasladar al país sus planes de ajuste global que dejaron miles de despidos alrededor del mundo en los últimos meses, y comienzan a aplicar descuentos salariales. Los gremios se pusieron en guardia.
Por otro lado, las pequeñas y medianas empresas que prestan servicios a las operadoras aseguran que, tras la rebaja de tarifas de principios de año y los últimos aumentos salariales, ya no tienen margen de rentabilidad.
Cada sector apunta al otro y todos se aferran a su porción del negocio. Llegó la hora de ajustar los números y nadie quiere perder.
Por el lado de las grandes compañías de servicios especiales, segmento dominado por Schlumberger, Baker, Weatherford y Halliburton, aseguran que el recorte de tarifas que impusieron las operadoras como YPF y el incremento de los costos salariales llevan a un inexorable recorte de personal y a cambiar las modalidades de trabajo en la industria.
Recortan salarios
Por estas horas hay un conflicto latente con el Sindicato del Petróleo y Gas Privado por la liquidación de los salarios que se cobrarán en septiembre, de los que -según denunció Guillermo Pereyra- se descontaron las denominadas “horas taxi”, lo que significa una merma entre el 30 y el 40% del efectivo que ingresa mensualmente a los bolsillos de los petroleros.
Se trata del pago de las horas de descanso en las que el trabajador está a disponibilidad de la empresa a la espera de retomar su turno laboral. Pereyra señaló que, si bien esas horas están por fuera del convenio colectivo, es un derecho adquirido porque se liquidan desde hace unos ocho años, cuando las empresas se disputaban los trabajadores y empezaron a ofrecer mejores condiciones.
“Son 280 o 300 horas extra por mes, lo que hace que el sueldo bruto de los compañeros supere los 100 mil pesos. Con el desplome del precio del crudo quisieron sacarle esos derechos adquiridos de la gente”, indicó el líder petrolero.
Una fuente de una importante compañía de servicios especiales indicó a LM Neuquén que con la explotación no convencional cambiaron las modalidades de trabajo, con lo cual los trabajadores están dos semanas en el campo y es inviable pagar tantas horas de descanso. “Ganan fortunas, entre 120 y 150 mil pesos, y duermen en hoteles o en tráileres con todas las comodidades”, agregó. Y aseguró que las horas taxis “son un absurdo, un error que no se corrigió y que ahora con el no convencional no se puede sostener”.
Asimismo, agregó que Pereyra es consciente de eso, pero que debe responder a las bases. El gremialista lo explicó de una manera más llana: “El compañero está pagando una casa, un cochecito, manda sus hijos al colegio privado de acuerdo con el nivel de vida de esos ingresos. Si le quitan las horas taxi se desploma su economía familiar. Le van a quitar el coche, los van a embargar”. Y advirtió que “hay muchas cosas de reducir costos pero que los salarios de los trabajadores no sea la variable de ajuste”.
La fuente de las empresas de servicio asegura que los despidos en el sector petrolero local son inevitables. “Las multinacionales han recortado 9 mil puestos de trabajo en el mundo, y cuando les decís que acá no podés echar a nadie, no lo pueden creer”, asegura.
Sin embargo, el líder sindical considera que en el país “las empresas de servicios especiales tienen un nivel de trabajo impresionante, quieren aprovechar la coyuntura de la crisis del precio internacional para reducir costos”.
Los datos de la Secretaría de Energía de Neuquén le dan la razón. Si bien disminuyó la cantidad de plataformas de perforación en actividad (hubo 55 en junio, 9 menos con respecto al mismo mes del año pasado), la cantidad de equipos de pulling, coiled tubing y workover se mantiene.
Ganancias
En tanto, Marcelo Zúñiga, delegado del Ministerio de Trabajo de la Nación, opina que las multinacionales “quieren seguir ganando lo mismo, es mentira que no tienen rentabilidad. Lo que buscan es mantener los niveles de ganancias. Tienen que entender que en Argentina se firmó un pacto y se está haciendo un esfuerzo para mantener el barril a un precio que no existe en el mundo y sostener el nivel de actividad en busca de recuperar el autoabastecimiento y garantizar la paz social”.
El recorte de tarifas que aplicaron las operadoras a principios de año para bajar costos -la clave para que Vaca Muerta sea viable- puso en jaque a las pymes neuquinas prestadoras de servicios. Pereyra señaló que se están financiando con los aportes de los trabajadores, y que le deben 250 millones de pesos al gremio y a la mutual. La deuda se incrementa en más de 40 millones de pesos por mes y amenaza con resentir los servicios de la obra social.
“Hemos hablado con las empresas productoras y les hemos dicho que no pueden reducir las tarifas de esta manera a las pymes, porque los bancos no les dan créditos y entonces su capital de trabajo es lo que aporta el trabajador para la seguridad social”, comentó el senador nacional.
El presidente de la Cámara Empresarial Industrial Petrolera y Afines (CEIPA), Marcelo Volonté, reclamó a las grandes empresas que no manden a los trabajadores a sus hogares.
Las pymes reconocen que tienen atrasos en los pagos de los salarios y aseguran que no pueden hacer frente al bono de 6000 pesos por mes hasta fin de año que acordó el gremio con las cámaras que nuclean a las empresas de servicios y a las operadoras (CEPH y CEOPE). La CEIPA aduce que las productoras no les reconocen el 100% del personal, sino sólo el que trabaja en los yacimientos.
Mientras todos tironean de las patas de Vaca Muerta, el frente externo se torna cada vez más adverso y amenaza con perforar el blindaje local. Si los precios internacionales siguen en baja, llegará el punto en que será más barato importar crudo Bonny Light de Nigeria, el sustituto del Medanito que produce la Cuenca Neuquina y que es el que requieren las refinerías argentinas para producir combustibles. De todos modos, si se llegara a ese escenario, el país no dispondría de divisas suficientes para incrementar las compras en el exterior.
La crisis de China y la sobreoferta de petróleo abren un gran signo de interrogación. Nadie sabe en qué precio se estabilizará el crudo en el corto plazo.
De todas maneras, la coyuntura externa no significa el fin de Vaca Muerta. En todo caso, se ralentizará su desarrollo. Se trata de un negocio con un horizonte de más de 30 años, con lo cual las empresas con espaldas financieras mantendrán sus apuestas. Pese a las dificultades que atraviesa la industria, YPF, Chevron, Petronas, Pan American Energy, Wintershall y Shell se aseguraron este año concesiones no convencionales.
