La tragedia educativa que se profundiza

El pasivo más grande y preocupante de Chubut no es económico, sino la catástrofe en materia educativa a la que se ha condenado a una generación. En este 2022 ingresaron al nivel secundario alumnos que…

lunes 11/07/2022 - 0:24
Compartí esta noticia

El pasivo más grande y preocupante de Chubut no es económico, sino la catástrofe en materia educativa a la que se ha condenado a una generación.

En este 2022 ingresaron al nivel secundario alumnos que transitaron los seis años de primaria sin haber tenido clases de manera regular; primero fueron los paros sindicales y luego se sumó la pandemia con su fracaso de la virtualidad, introduce la columna De Puño y Letra de diario El Chubut.

José María Grazzini, cuando asuma el 18 de este mes, se convertirá en el sexto ministro de Educación desde que Mariano Arcioni es Gobernador, pero hay que ir más atrás para darse cuenta que este descenso permanente no es responsabilidad de un solo sector.

Ahora bien, caprichosamente se podría resumir que una exministra como Graciela Cigudosa logró llegar a la Legislatura y aunque hoy sigue siendo diputada provincial deberá afrontar un juicio oral y público acusada de corrupción; hubo ministros que ejercieron sin haber tenido al menos un día de clases, como Leonardo De Bella y Paulo Cassutti; Andrés Meiszner nada tenía que ver con la cuestión educativa y su paso también fue fugaz (hoy es abogado defensor de Cigudosa).

Florencia Perata estuvo cuestionada desde el primer día y en todo momento se le buscó un reemplazante, y terminó renunciando por lo que podría haber sido una tragedia como la intoxicación con monóxido de carbono en una escuela del paraje Buenos Aires Chico, cerca de El Maitén. Es decir, se tuvo que ir no por un problema meramente educativo, sino por cuestiones más vinculadas con el Ministerio de Infraestructura.

Ahora llegará José ‘Pepe’ Grazzini, quien fue ministro de Gobierno hasta diciembre pasado. La discusión salarial parece ser otra vez lo prioritario. ¿La educación, para cuándo?

La semana pasada el Observatorio Argentinos por la Educación difundió el informe sobre los resultados de las pruebas Aprender 2021 en cada provincia. Chubut registró la mayor caída en el desempeño escolar de la Patagonia y en datos específicos los estudiantes de nuestra provincia bajaron más del 20% el rendimiento en Lengua, respecto del 2018; y casi cuatro de cada diez alumnos no comprende lo que lee en ese nivel, mientras que solo el 53,3% obtuvo buenos resultados en Matemática.

Son las dos materias en las que evaluaron a los estudiantes de 6º grado de primaria, es decir que la inmensa mayoría de ellos no tuvieron clases de manera regular en todo su período escolar.

Cada vez que se consultó a la ahora exministra Perata por la deserción escolar, sobre todo desde la metodología de la virtualidad, nunca pudo brindar un dato certero. O peor aún: nunca pudo brindar un dato, listo. Se difundieron números escalofriantes como el que expusieron desde Padres Organizados alertando que 50 mil chicos abandonaron la escuela. Desde el Ministerio de Educación nunca lo pudieron rebatir, porque está claro que ni siquiera tenían una precisión.

A la vista de todos está que la educación no parece la prioridad en una provincia que condenó a una generación. Y las culpas son repartidas, por supuesto que en primer lugar está el Gobierno, pero no están exentos desde el sector gremial y también tienen su parte sectores de la oposición.

No se trató en todo el año pasado el proyecto radical de emergencia educativa y sigue congelado el presentado en este período, que apunta a un Pacto Educativo Intergeneracional. Claramente no serán soluciones definitivas, pero ni siquiera se discute sobre educación.

Las trayectorias pedagógicas fueron interrumpidas. Si no hay acuerdo salarial volvería a haber huelgas tras el receso invernal. Lejos de vislumbrar una solución, seguimos postergando a nuestros chicos y nuestros jóvenes.

Compartí esta noticia