La policía de la provincia admite crecimiento de hechos delictivos

En la jornada dominical, la edición de papel de Diario Crónica publicó un informe referido al aumento de los delitos comunes, el que reproducimos a continuación. Las últimas estadísticas, confirmadas por el propio jefe de…

domingo 17/07/2011 - 16:35
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En la jornada dominical, la edición de papel de Diario Crónica publicó un informe referido al aumento de los delitos comunes, el que reproducimos a continuación.

Las últimas estadísticas, confirmadas por el propio jefe de la policía provincial comisario general (R) José Guillermo Castaño, confirman que los delitos mayores, robos calificados y homicidios han mermado, habida cuenta de que los últimos hechos de homicidios están directamente relacionados con ajustes de cuentas y enfrentamientos entre grupos antagónicos y no con la inseguridad. No obstante, el propio jefe policial reconoció su preocupación por el delito común, por estos días en alza en esta ciudad, y que con mucha frecuencia sobrepasa a las fuerzas policiales.

Es en este sentido que se incrementaron por ejemplo los casos de arrebato de carteras que ya no se circunscriben a un determinado lugar, sino que en general se dan en casi cualquier sitio de la ciudad. Inclusive estos mismos hechos que hasta hace poco tiempo eran considerados como hechos perpetrados por menores que solo arrebataban una cartera para huir después, se han hecho ahora mucho más violentos.

Sirve como ejemplo el caso de una joven mujer que fue sorprendida por un delincuente al volver de su trabajo mientras caminaba por la avenida Rivadavia, quien ante la resistencia de la víctima a entregarle la cartera no dudó en cortarle el rostro con un afilado vidrio.

Ingresan a las viviendas cuando saben que hay gente
Pero estos no son los únicos hechos que preocupan. Hace apenas unas semanas, un grupo de vecinas del barrio Abel Amaya manifestó su preocupación por los reiterados hechos de robos que cada vez se tornan más violentos. Es que hasta hace muy poco, los delincuentes hacían todo un trabajo previo de inteligencia y seguimiento de determinados domicilios que pensaban robar, llegando a conocer los horarios de las víctimas para poder dar el golpe en momentos en que éstas estaban ausentes.

Pero ahora esa modalidad parece cosa del pasado. Sin ninguna reserva, los delincuentes atacan y asaltan viviendas, aun sabiendo que en el interior se encuentran sus ocupantes y resultan extremadamente violentos en algunos casos.

Sirve como ejemplo la terrible experiencia vivida por una joven vecina del barrio Moure que se encontraba descansando en su dormitorio y en la tranquilidad de la madrugada fue sorprendida por dos jóvenes delincuentes que derribaron su puerta a patadas, entraron violentamente, le apuntaron con un arma y la arrojaron al piso, para llevarse un teléfono celular y una notebook, nada más.

Medidas que no alcanzan
Estos hechos, de alguna manera marcan la tendencia a los atracos violentos en los que los perpetradores demuestran un desprecio tremendo por las vidas ajenas, ya que no tienen reparos a la hora de cometer un hecho. A la par de esto y cuando la Jefatura trata de dotar a su gente de más elementos, tecnología y más agentes que recorran las calles, lo cierto es que todos estos esfuerzos se ven ampliamente superados por los delitos del día a día que acentúan la inseguridad con la que los comodorenses conviven y que los obliga a tomar una serie de medidas y recaudos a fin de protegerse y proteger sus bienes.

No se puede desconocer la cantidad de móviles y policías que se ven recorrer la ciudad y que en un importante trabajo preventivo permanecen atentos a los indicios de posibles ilícitos. Seguramente que los refuerzos de efectivos próximos a dotar las comisarías con más personal, al menos aquellas que tienen muy pocos como las Seccionales Quinta y Sexta, resultarán gravitantes a la hora de frenar los delitos comunes.

De todas formas, los esfuerzos siempre parecen pocos o insuficientes, para el ingenio y la habilidad de algunos delincuentes que pululan por la ciudad en busca de su próxima víctima.

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