La noche del 13 de enero del 2000, Silvia Mabel Picón salió de su trabajo en La Anónima de calle Francisco de Viedma, en Kilómetro 3, donde era cajera.
A la salida la esperaba su expareja, con quien compartía dos hijos y se había separado recientemente, incluso con medida judicial de por medio. Según pudo saber EL COMODORENSE por parte de la familia de Silvia, ella era víctima de violencia de género.
Según el testimonio del hombre, compartieron un corto viaje en auto y la dejó en la avenida Fray Luis Beltrán al 300, a escasos 600 metros del lugar de trabajo de Silvia.
El sujeto fue el último en ver a Silvia Picón con vida, dado que desde entonces no se supo más de ella.
La búsqueda no dio frutos y en una primera instancia el sujeto era el único sospechoso de haber tenido participación en la desaparición de Silvia, pero nunca pudo ser demostrado.
“Ella fue víctima de violencia de género y la Justicia no hizo nada de nada”, acusó la familia de la joven desaparecida, que a 23 años del día que cambió sus vidas siguen recordándola con el deseo de saber qué fue de Silvia Mabel Picón.
