Las fiestas clandestinas se multiplican a lo largo y ancho del país como si el amontonamiento fuera una necesidad. Todas ellas tienen el factor común que es la gran presencia de jóvenes, los que menos sufren la enfermedad y los que más contagian estadísticamente.
Esta vez fue en Córdoba, donde cientos de jóvenes coparon un balneario de la ciudad de Santa Rosa de Calamuchita sin respetar ningún protocolo para prevenir contagios de Coronavirus.
En plena escalada de casos en la provincia, el gobernador Juan Schiaretti había pedido responsabilidad a la ciudadanía para evitar que empeore la situación epidemiológica. Más tarde, también había adelantado que en Córdoba no se acataría el toque de queda sanitario propuesto por el Gobierno Nacional, que limita la circulación de 23 a 06hs.
Un usuario reveló a TN y La Gente fotografías que muestran a un multitud en las orillas del balneario Puchiqui. La imagen es similar a la que se vive en todas las ciudades costeras, como fue en su momento el caso de la fiesta electrónica en Rocas Coloradas.
Por la cantidad de jóvenes reunidos en ese lugar, los efectivos policiales se vieron superados y no pudieron dispersarlos.
En ese lugar bailaron al ritmo de la música y compartieron tragos, uno pegado al otro, sin importar su propia salud ni la de su entorno.
