La triste situación se da luego de varios tiroteos afuera del colegio.
Se escuchan disparos, alguno impacta contra los muros del colegio 1-682 Héroes de Malvinas de Las Heras. Dentro de la escuela, los alumnos y algunos docentes se encuentran en el patio. Están en medio de un recreo. Al sentir las detonaciones, algunos se tiran cuerpo a tierra, otros corren hacia la galería, alguien se encarga de llamar al 911. No sucede siempre pero la situación es una constante. Es una escuela que vive entre balaceras de dos bandas y cuyo personal tiene miedo de que alguna vez, esta situación se convierta en una tragedia.
Marcela Moreira es la vicedirectora de la escuela 1-682 Héroes de Malvinas. El colegio se ubica muy cerca de la cancha de Huracán Las Heras, a pocos metros de donde se produjeron los incidentes que derivaron en la suspensión del partido entre el Globo y Ferro de General Pico y en los que resultó herido el técnico visitante. Las mismas bandas responsables de los incidentes son las mismas que protagonizan balaceras dejando a la escuela en medio del campo de batalla.
«Nosotros estamos en el medio, nuestra escuela está ubicada en el barrio Alas Argentinas, cerca del barrio Amigorena y del 20 de junio», explicó Moreira a Radio Nihuil. «Cuando hay problemas entre las barras, la escuela se transforma en un caos porque comienzan las balaceras».
A veces, cuando eso ha ocurrido, «ha pasado que hemos estado en recreo y hemos tenido que tirarnos cuerpo tierra o entrar a las corridas a la galería por estos disparos».
«Tenemos un protocolo que una docente preparó. Hay un protocolo de seguridad que lo ha enviado la Policía, enseguida llamamos al 911 y vienen inmediatamente. Cuando llega el apoyo, las barras ya se han ido. Esto es una constante. Siempre estamos con el miedo de que alguna vez le pueda pasar algo a un niño o algún docente o personal no docente de la escuela», dijo Moreira, muy preocupada y agregó: «Esto lo vivimos casi siempre, cada vez que hay disputa entre las barras».
Otras consecuencias
La pelea entre barras también tiene otra consecuencia puertas adentro de la escuela. Muchos de los alumnos son hijos o familiares de integrantes de las bandas, lo que lleva a que haya peleas de estudiantes.
«Muchas veces se arman problemas dentro de la escuela porque hay niños de distintas barras y tiran para su lado porque están al tanto de lo que sucede. Se pelean entre ellos pero esto es controlable dentro de la escuela. Uno dialoga con ellos y se calman pero lo que es al exterior de la escuela ya no lo podemos manejar», se lamentó la vicedirectora.
Pero el peligro con el que convive el colegio tiene otra consecuencia. Muchos de los padres que no integran ninguna de las bandas, sacan a sus hijos de la escuela para evitar cualquier tipo de riesgo. Otros, en cambio, lo naturalizan. Mientras tanto, en medio de tanta violencia, otros corren los riesgos de acudir a estudiar o trabajar cada día, y según la docente, su escuela no es la única con esta realidad.
Fuente: Diario UNO
