En el balance que trazó el titular de la división de investigaciones de la Policía de Comodoro Rivadavia, evaluó que muchos de los crímenes cometidos en el año, lesiones con armas y robos agravados fueron protagonizados por delincuentes reincidentes. También sostuvo que el Código Penal “no prevé un sistema de protección de testigos adecuado”.
En un año donde la inseguridad pública ha crecido producto principalmente de la ola de violencia ejercida en los diversos tipos de delitos, el comisario Leonardo Bustos detalló los múltiples procedimientos que efectuaron con los integrantes de la división en procura de combatir el delito.
En el período diciembre de 2009 a la actualidad, se realizaron alrededor de 300 procedimientos con resultados muy positivos que permitieron incautar cientos de armas. Además, la mayoría de crímenes y robos agravados por el uso de arma de fuego, que se cobró la vida de dos comerciantes y dejó con graves secuelas a otros dos, fueron resueltos. Sin embargo, “el Código (Procesal Penal) actualmente no prevé la prisión preventiva para ningún tipo de delito, salvo peligro de fuga o entorpecimiento de la investigación”, cuestionó Bustos. Muchas veces el trabajo de pesquisa que realiza la Brigada para ofrecer evidencias, pruebas y testigos de un hecho o delito particular, no cuenta con el respaldo de la justicia como desean los propios investigadores. En este contexto, el comisario que está a cargo de la división desde el año 2009, explicó que en Comodoro Rivadavia “muchos de los homicidios, las lesiones con armas o robos son cometidos por reincidentes. Hay un alto porcentaje”, evaluó.
A modo de ejemplo, Bustos recordó que el resonante caso de la banda de reducidores que fue detenida en diciembre del pasado año, dio un giro judicial cuando “el trabajo nuestro era por asociación ilícita y la acusación que hace el fiscal es la de encubrimiento porque no estaba probado que hayan sido ellos (las personas involucradas) los que robaron”.
Los sospechosos de siempre
En ese sentido, el jefe policial recordó que “Seba Rodríguez, Barrales, Tascón y Abadie hoy en día siguen robando y están involucrados en homicidios. Leonardo Tascón que está muy involucrado en la causa de encubrimiento, es el autor de los tiros del locutorio (contra el comerciante Sergio Aballar). Si ese tipo hubiera estado preso, el hecho con autor no ocurre, por darte un ejemplo”, argumentó.
Frente a la creciente realidad de la inseguridad, Bustos analizó que “tenés que aislarte de eso porque el Código esta hecho así. Tenés que seguir laburando por la gente y lamentablemente el Código que tenemos hoy en vigencia es éste y tenemos que trabajar con esas reglas de juego”.
En cuanto a la colaboración que significa la declaración de un testigo en determinado delito, el jefe de investigaciones indicó que “la gente es reticente porque también el Código no tiene un sistema de protección de testigos adecuado”. Entonces en el día del juicio, el supuesto testigo protegido se tiene que “sentar enfrente del tipo (imputado) y muchas veces es tu vecino”.
Para especificar la situación judicial de alguna manera, el comisario afirmó que si “va a declarar un tipo por darte un ejemplo en el barrio San Martín y sabe que el vecino está a los tiros, vos lo llamás a declarar y el Código no prevé ni la identidad reservada. En el juicio se va a saber quién es y ese hombre va a tener que seguir viviendo con alguien que está en libertad porque no queda detenido y vive al lado de él”.
Homicidios y armas
Dentro de los cientos de procedimientos que efectuó la Brigada muchos crímenes lograron ser resueltos gracias a la rapidez y profesionalidad de los efectivos. Algunos de los resonantes casos que se destacan son el homicidio del empleado bancario, José Rodríguez y el agente de policía, Néstor Manquepán
También se han abortado posibles golpes de bandas organizadas que llegaron de otras ciudades y provincias. Fueron detenidos antes que actúen y se les secuestraron armas y vehículos. “Las armas llegan a poder de los delincuentes porque hay mucha gente que tiene armas legalmente en su domicilio y que durante los robos a viviendas se las sacan y esas armas comienzan a circular”, precisó Bustos.
Muchas de ellas son para la protección por la venta de drogas y principalmente circulan en los sectores conflictivos de los barrios Las Flores, Newbery, San Martín, Máximo Abásolo y 30 de Octubre. A principios y fines de año pasado, se han robado en viviendas unas 40 armas que eran de un coleccionista o gente que posee armas legalmente.
“En el último allanamiento había armas del robo a Temporada. En un homicidio había un arma robada a una armería y esas son las armas que circulan en la ciudad. Para el delincuente es más fácil agarrar un arma e ir a robar un comercio y hacerse 500, 1.000 o 2.000 pesos, que ir a una casa donde tenés que robar y tener un vehículo para moverte. En definitiva van a quedar en libertad en los dos casos, pero es más fácil robar con un arma”, sostuvo.