
iovane Élber es un brasileño distinto. De hecho, en el transcurso de su charla confiesa que se siente «hasta un poco más alemán que brasileño», aunque su sonrisa amplia y permanente lleva el sello inconfundible de su tierra de origen.
Esa sonrisa directamente se convierte en emoción, cuando se encuentra con la camiseta original de Boca de los tiempos en los que él lo enfrentó con los colores del Bayern Munich, en aquella Copa Intercontinental 2001 que quedó en manos de los bávaros, según publica Olé.
«Uy, mirá lo que es. Te juro, se me eriza la piel», confiesa mientras se somete a las fotos de rigor, con la roja del Bayern y la azul y oro en mano y antes de despedirse con la misma amabilidad que sostuvo durante toda la entrevista. Un mano a mano con la excusa del duelo entre el Xeneize y el club del cual es embajador de sus colores por el mundo, el que se jugará este viernes y será la reedición de aquel en el que -más de dos décadas atrás- lo tuvo como protagonista.
Sí, porque de ese agónico gol, en el final del alargue de la noche de Tokio, el propio Giovane se hace responsable: «Yo me vi ante la oportunidad de generar una falta y eso ayudó a que Kuffour marque el gol. Hoy, con VAR, estaría anulado», repite el ex delantero casi como una muletilla, aunque ante el pedido de Olé de ir un poco más allá, no duda: «Si el árbitro me hubiera consultado, yo sin duda le hubiera dicho que sí, que fue falta. Es normal, porque después vos tenés que estar con la cabeza tranquila».
– ¿Eso es parte de la cultura que aprendiste en Alemania?
-Sí, yo con 17 años salí de Brasil, pasé por Suiza, que tienen una cabeza distinta, como son los europeos. Nuestro entrenador de entonces, Ottmar Hitzfield, siempre nos decía que nosotros teníamos que jugar al fútbol, no hacer trampas.
– ¿Y pensás que el Bayern ganó bien aquel partido?
-Yo ese día pensé, si Boca juega al fútbol, vamos a tener muchos problemas. Y el primer tiempo tuvieron chances, pero después con un jugador menos (en esa primera parte se fue expulsado el Chelo Delgado por doble amarilla, la segunda por simular) es lógico, que jugara menos, que esperara por los penales. Fue un partido duro. En el global, yo creo que merecimos ganar. Y ese día la suerte estuvo de nuestra parte y no de Boca.
El Boca-Bayern que viene y cómo se resuelve el Grupo C
Fast Forward, vamos para adelante. La actualidad que volvió a cruzar los caminos de Boca y de Bayern y otra vez con un título mundial en juego. Y con la primera ronda de partidos jugada, la combinación de resultados puede dejar al Xeneize merced a lo que hagan los alemanes en su último partido del grupo ante Benfica.
Giovane Élber, protagonista de la Intercontinental 2001 con el equipo alemán ante el Xeneize, primero reconoció la falta que hizo en aquel gol de Samuel Kuffour y luego, sin rencor, se centró en el duelo de este viernes: «Le deseo mucha suerte a Boca».
Sin embargo, Élber no deja terminar la pregunta e interrumpe, categórico. «No. Jamás Bayern va a levantar el pie del acelerador, lo juro a los hinchas de Boca. Aunque esté clasificado, va a jugar al máximo, porque es el prestigio. Ganarle a Benfica, a Boca, para el club es muy importante. Por eso no creo que saque jugadores para que jueguen los jovencitos. Sí, es disciplina alemana, porque sería una vergüenza. Si haces eso en un Mundial, no demostrás respeto a tus adversarios. Se piensa siempre en el próximo partido», opina, a modo de mensaje tranquilizador.
– ¿Cómo estás viendo el Mundial?
-Los equipos que no son europeos están en medio de la temporada, no en el final. Y eso pesa. Pero hay que cambiar la cabeza. En la previa, tal vez no lo tenían en cuenta, pensaban en la Champions o en las ligas locales y no en el Mundial. Pero ahora ya está, y ya que no están de vacaciones, tienen que dar lo mejor. Así lo hizo el Bayern contra el Auckland, aunque se trata de un equipo amateur. Yo me acuerdo cuando Flamengo le ganó a Liverpool en el ’81. Y yo lo veía campeón del mundo. Eso es lindo transmitir.
Giovane Élber en el Bayern Munich vs. Boca, por la Copa Intercontinental 2001.
– ¿Y en cuando al color y el clima?
Élber con Olé, en Miami.
-Está muy lindo. Es impresionante lo de Boca, de la 12. El banderazo, en la playa. Eso en Europa no lo tenemos. Y el jugador en la cancha eso lo va a sentir, va a querer dar más por la gente que acompaña, aunque en definitiva siempre son 11 contra 11.
Giovane y la camiseta de Boca. «Se me eriza la piel».
Relatos de un trotamundos
Su tarea (viajar por el mundo transmitiendo el mensaje del Bayern, acompañar al equipo en su rol de leyenda), lo trajo hasta el Mundial y le consolidó esa vida lejos de su tierra, la que tanto le costó dejar de joven. «Me dolió dejar mi casa, extrañaba a mi mamá, pero ella me insistió en que siguiera adelante». Y como bandera del equipo alemán y como gran protagonista del partido del 2001, no duda.
La revancha del 2001 y un mensaje para Riquelme y Boca
«Para mí no es una revancha, es verdad que está Juan (Riquelme), pero son partidos distintos. ¿Es una oportunidad? Sí, pero no es una revancha. Y del partido en sí, cuando lo vi a Román no le quise ni hablar de ese partido, ja«, confiesa. Y nos da el hilo del cual tirar para terminar el ida y vuelta con un mensaje directo al presidente de Boca. Que, de paso, les llegará a los hinchas xeneizes.
«Oye, Riquelme: perdóname, por 2001, yo esperaba que sea un partido con un gol normal, pero así pasó. Te deseo muchísima suerte para el partido con Bayern. Son un gran equipo, la gente. Es acojonante. Y espero que Boca y Bayern Munich sean los que pasen de ronda», avisa. Y el que avisa…