«No hay un diagnóstico de certeza pero esta niña de dos años tiene la edad y los síntomas de que se trate de Síndrome Urémico Hemolítico«, expresó el director del Hospital Regional, Sergio Clemente, en diálogo con El Comodorense Radio.
«Esta paciente tiene todas las sospechas de que se trate de esta enfermedad, hay que hacer mucho hincapié en la prevención. Aparte de la carne molida es muy importante la cadena de frío para los lácteos» indicó.
«Es una enfermedad muy seria, la mayoría de los chicos recuperan la función renal pero alguno no. Y también tiene un índice de mortalidad», agregó.
Qué es el Síndrome Urémico Hemolítico
El Síndrome Urémico Hemolítico afecta especialmente a los niños menores de cinco años, manifestándose a través de la insuficiencia renal, la anemia hemolítica y la disminución de plaquetas en sangre, pudiendo ocasionar daños graves en la salud de las personas.
Por lo general, su aparición se produce por una bacteria llamada ‘Escherichia coli’, que se encuentra en los intestinos de las vacas y puede ingresar al organismo de las personas como consecuencia de la ingesta de carne mal cocida, o de otros alimentos que hayan estado en contacto con materia fecal, como la leche no pasteurizada, las verduras y frutas mal lavadas y las aguas contaminadas.
Síntomas
El cuadro clínico suele presentarse con una diarrea que aparece luego de 3 a 4 días de ingerido el alimento contaminado por la bacteria, seguida por dolor abdominal y vómitos. Posteriormente, esta diarrea se vuelve sanguinolenta, y, aunque puede ceder espontáneamente, el paciente seguirá presentando palidez y disminución en la frecuencia de la eliminación de orina.
Es importante que ante el primer síntoma o sospecha de la enfermedad el paciente concurra al hospital o centro de salud más cercano, ya que las condiciones clínicas pueden variar rápidamente y agravarse.
Claves de la inocuidad de los alimentos
En tal sentido, la cartera sanitaria provincial recordó, a través de la Dirección Provincial de Salud Ambiental, que las medidas de higiene constituyen la única forma de prevención posible para esta enfermedad, y es por ello que desde el equipo sanitario enfatizaron la necesidad de implementar estas medidas conocidas como las 5 claves de la inocuidad de los alimentos.
Las claves de la inocuidad son lavarse las manos siempre con agua y jabón: antes de comer y cocinar, después de tocar alimentos crudos, ir al baño o cambiar pañales; lavar las frutas y las verduras cuidadosamente bajo un chorro de agua segura; cocinar completamente los alimentos, en especial las comidas que lleven carne picada; y separar siempre las carnes crudas de los alimentos cocidos o listos para consumir, no utilizando los mismos utensilios para su manipulación.
Además, el agua de uso y consumo debe ser potable. Ante la duda agregar dos gotas de lavandina por cada litro de agua, o hervirla durante cinco minutos para beber, cocinar o lavar los alimentos. También se recomienda bañarse en aguas recreacionales seguras.