El pasado viernes a las 23h, un hombre de 66 años ejecutó por la espalda y puso fin a la vida de Emiliano Ávila, estudiante avanzado de Ingeniería de 33 años que volvía de juntarse con amigos y caminaba por la vereda de calle Alvear al momento de ser baleado.
La víctima corrió 50 metros y cayó malherido en la vía pública. A la llegada de la Policía se constató que presentaba una herida de arma de fuego en su espalda, y el personal del Hospital Regional confirmó su deceso en el lugar.
En los primeros minutos después del crimen, el personal de la Seccional Segunda dio con el autor del disparo. “Cuando tocan la puerta, sale y se incrimina”, narró el Jefe de la Brigada de Investigaciones, Pablo Lobos.
En diálogo con el programa Fuerte y al Medio de RadioCracia, reveló que la primera hipótesis del crimen se diagramó en base al testimonio del tirador.
“En principio -el acusado- dijo que le disparó a alguien que entró a robar. Esto provocó una confusión importante” y fue la versión informada por los medios de comunicación apenas ocurrido el crimen.
El hombre quedó con custodia hasta las 4 de la mañana del sábado, cuando se hizo efectivo el allanamiento donde se secuestró la carabina calibre .22 con la que disparó al menos en una ocasión, así como cartuchos de la misma. A estas horas “faltaba verificar si el hombre era legítimo usuario del arma”, aclaró Lobos.
En el transcurso de las horas, gracias al relevamiento de las cámaras de seguridad del sector, se confirmó que Emiliano Ávila solo pasó caminando por la vereda cuando fue ultimado de un balazo por la espalda, y que nunca tuvo intenciones de cometer un delito contra la propiedad como indicó inicialmente el presunto asesino.
Del relevamiento de los registros fílmicos también se desprende que “había otra persona que ingresó al patio de la vivienda, pero no fue a quien le disparó el detenido. El que entró, saltó por el techo y se fue corriendo hacia calle Vélez Sarfield, y justo pasaba por allí Emiliano Ávila”, la víctima del hecho de sangre.
El detenido es un exmilitar de 66 años que reside sobre calle Alvear. Según la investigación, habría detonado el arma de fuego al menos dos veces desde el techo de su vivienda hacia la humanidad de la víctima.
La acusación fue encabezada por la fiscal Andrea Rubio, que pidió su imputación por homicidio agravado por uso de arma de fuego y un plazo de tres meses de prisión preventiva.
La magistrada Mónica García fijó la causa contra el tirador con la carátula solicitada por Fiscalía y estableció que pase un mes en prisión preventiva. El crimen que se le imputa prevé una pena mínima de 10 años y 8 meses de prisión.
