Hallan un explosivo de guerra en basural del Stella Maris

Un mortero de Infantería del Ejército, de 120 milímetros, fue hallado por un grupo de chicos que buscaba comida en una batea del basural municipal. Los jóvenes manipularon peligrosamente el explosivo que contiene un kilo…

viernes 04/02/2011 - 11:21
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Un mortero de Infantería del Ejército, de 120 milímetros, fue hallado por un grupo de chicos que buscaba comida en una batea del basural municipal. Los jóvenes manipularon peligrosamente el explosivo que contiene un kilo de trinitotolueno.

Lo llevaron al campamento que tienen en el mismo basural y luego decidieron entregárselo a un policía.

Especialistas confirmaron  que ese tipo de munición resulta más peligrosa que la hallada el 7 de enero en El Infiernillo, ya que se trata de un artefacto moderno y que se encuentra activo.

Día por medio, “Pato” acampa en el basural del Stella Maris. Allí se junta con otros adolescentes como él para “chatarrear” y “basurear”. Entre los residuos buscan alimentos que les sirvan. Los camiones de los supermercados que arrojan comida vencida son una panacea para ellos.

“El pollo, la verdura y la fruta a veces se rescata para venderla o comerla”, narra uno de los chicos a Diario Patagónico. Tiene 11 años y también los dedos negros de tanto clasificar basura. Se esconde detrás de una capucha y cuenta que “Pato” encontró la bomba.

Dice que estaban buscando en una batea algo para comer y su amigo se encontró con el explosivo. Lo tomaron sin la menor precaución y lo llevaron hasta el campamento que tienen en el interior del basural. Allí la mayoría quema cables para extraerle el cobre o funden otros materiales además de clasificar la basura que les sirve para vender o llevarse a su casa.

Cerca de ese fuego sobre unos neumáticos fue colocado el artefacto de guerra y todos se acercaron a verlo sorprendidos. Sin embargo, la curiosidad trajo miedo en los más grandes y decidieron entregárselo a la policía.

Fue así como un joven identificado como Matías Serrano se acercó en un automóvil hasta el lugar donde se encontraba de guardia un policía que ayer pasado el mediodía cumplía tareas adicionales en el basural y le entregó el artefacto.

Sorprendido, el sargento primero Félix González, del área de Operaciones recibió la pieza en sus brazos como un bebé recién nacido y con cuidado la dejó en el suelo, en un sector del basural ubicado a pocos metros del ingreso a la base logística de la empresa DLS.

González se comunicó con la Seccional Tercera por lo que de inmediato tomaron intervención los oficiales Sergio Casanova, Tomás Vázquez y Andrés García, quienes llegaron al lugar y delimitaron la zona donde se encontraba el explosivo.

Ante tamaño hallazgo, la policía dio intervención al fiscal federal Norberto Bellver quien dispuso la participación de los especialistas del CEDEX, Centro de Explosivos de Gendarmería Nacional, que llegarán a Comodoro Rivadavia desde Buenos Aires para desactivar en estos días el explosivo encontrado el 7 de enero en la zona de El Infiernillo.

Peligro

Sobre las 14 ya con presencia de este diario en el lugar, se hizo presente en el basural una comisión del Grupo Especial de Operaciones Policiales (GEOP) con especialistas en explosivos.

De ese modo, el cabo Diego Barros se acercó al artefacto y lo examinó, determinando que se trataba de un mortero 120 milímetros perteneciente en forma presumible al Ejército Argentino.

El aparato de guerra presenta un largo de 77 centímetros y no tenía iniciador que es el elemento que lo activa una vez golpeado. Además, tiene su punta pintada de amarillo, lo que significa que es instantáneo, es decir una vez que se lo golpea estalla.

Esa bomba normalmente es accionada por el mortero de mayor tamaño que tiene el Ejército Argentino, de 120 milímetros, ya que existen otros de menor calibre como el de 60 milímetros y el de 81 milímetros.  Según pudieron comprobar ayer los especialistas, el explosivo no tiene mucha antigüedad por lo que se cree que está activo.

La trayectoria que puede alcanzar el proyectil, una vez accionado desde un mortero, es de unos 2.100 metros de distancia de recorrido y al estallar abarca un diámetro de 30 a  100 metros, dependiendo del terreno y de sus alrededores. Es que las esquirlas que se desintegran por acción del conglomerado de explosivos que tiene en su interior, son altamente destructivas.

Al cierre de esta edición, se procedió a su traslado por parte de Gendarmería para su posterior detonación o desactivación, lo que será evaluado en las próximas horas.

(El Patagónico)

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