Es herrero, pero vende tortillas porque la plata no alcanza: “Quiero una situación mejor para mi familia”

Damián está todos las tardes cerca de la rotonda de la Universidad en Km4. Tiene un hijo recién nacido y otro de un año. Su sueño es hacer una casa para su familia y para…

lunes 24/10/2022 - 23:18
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Damián está todos las tardes cerca de la rotonda de la Universidad en Km4. Tiene un hijo recién nacido y otro de un año. Su sueño es hacer una casa para su familia y para eso, además de dedicarse a su profesión, cocina y vende tortillas para juntar algo más de dinero.

Quienes se quedan sin trabajo o no lo consiguen, encuentran en la venta ambulante una salida que permite juntar dinero al menos para subsistir.

Pero la crisis en el país se profundizó a tal punto que los mismos trabajadores deben buscar alternativas para obtener otras entradas de dinero.

La inflación sube a ritmo persistente y lo más probable es que cierre el año arriba de los tres dígitos, por eso racionar ya no alcanza y mucho menos para ahorrar y progresar.

Por todo esto Damián, de 31 años y padre de dos hijos, además de dedicar tiempo a su profesión trabajando como herrero, vende tortillas para abultar el ingreso familiar.

“Vendo por mis hijos”, le contó a EL COMODORENSE. Vino de Esquel hace varios años y hace seis meses se dio cuenta que no le alcanzaba solo con el oficio de herrero. “A veces no hay trabajo, y a veces el trabajo que hay no alcanza. Además, no quiero mendigarle laburo a nadie”, acota.

Con su conocimiento y herramientas construyó un chulengo hecho con material reciclable. Encontró en cercanías de la vivienda que alquila un espacio adecuado para la venta callejera, y empezó.

Su sueño es el de muchos: la casa propia. Tiene un hijo de un mes y otro de un año, vive con su esposa, y quiere poder darles un lugar donde vivir. “Quiero una situación mejor para mi familia”, dice mientras coloca en la parrilla una tortilla rellena a pedido de un conductor que frenó para comprarle.

Son varias las personas que pasan y le compran, aunque la venta depende de cada día. Damián inicia la venta alrededor de las 16h y termina a las 20h, cuando ya no pasa mucha gente por la avenida José Ingenieros.

“La gente sale de trabajar y pasa a comprar. Yo acá estoy con frío, viento o lluvia”, detalla antes de atender a otro cliente.

En efecto, la de Damián es una situación que se replica en Comodoro y refleja la situación que atraviesan muchos trabajadores, que ya no alcanzan a cubrir todos sus gastos necesarios con su sueldo.

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